June 12, 2010

LAS VASCONGADAS III

Las consecuencias de la cólera son muchísimo más nocivas que las causas que la provocan. Lo importante no es lo que nos hace el destino, sino lo que nosotros hacemos de él. Quien no castiga el mal, ordena que se haga.

No tenemos derecho a imponer a otros nuestras ideas, pero sí a exponerlas y proponerlas, es decir, aceptando el diálogo, respetuoso y civilizado con otras posiciones. Hay que cambiar, hay que tener un poco de coraje. La verdad malintencionada es peor que la mentira. "De ETA nos interesa lo que hace, no lo que dice", dice Rubalcaba.

Sólo estudiando la represión se puede entender la mentalidad de los "nacionales". Tienes a tu enemigo grabado en la mente como un hierro incandescente. No existe nada potencialmente más sucio que una guerra escondida. El Derecho como lo que es condenable, la conducta meramente "mala": el dolor infligido y padecido y la impunidad.

La ruptura con España se fundamenta en la sangre de los casi 900 muertos a manos de ETA. Parece haber allí la contradicción y la confusión características de las obras diabólicas. La mentira y la cobardía, y el mal pastor lehendakari. Pide a dios que no te sean indispensables los perversos: sería mal presagio.

Juvenal decía que las bromas son como la sal: se deben usar con gran precaución. Conviene reír sin esperar a ser dichosos, no sea que nos sorprenda la muerte terrorista sin haber reído.

A través del humor se atenúa la agresividad como respuesta a una frustración. De manera que el humorismo vasco, les falta, es señal de madurez. Porque quien sabe hacer reír es capaz de comunicar, y la comunicación está en la base misma de cualquier relación social. Si tú tienes una relación sana y constructiva con la gente, siempre surge lo cómico de la vida.

O te ríes de la realidad o ella se ríe de ti. Hay una relación directa entre el humor y la salud. Una hora de estrés de las fuerzas armadas equivale a cinco horas de trabajo físico, gastamos en un día la energía de una semana. Hay que sacar tiempo para preocuparse por los demás y reírse de las dificultades.

Hay que moderarse o se cae en el sarcasmo extravagante y mordaz. Nadie debe sentirse mejor o superior a aquellos de los que se ríe. La defensa del humor protege de la misma estima porque permite al sujeto no pretender demasiado de sí mismo. Para progresar cada día, convirtiéndose en educador de sí mismo, hace falta progresar en el sentido del humor.

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