El LABRIEGO Y LA ESTRELLA I:
Censaba, observaba, buscaba desesperadamente a su compañera; no odiaba a las mujeres porque no quería llegar a ser un homosexual. No las tenía confianza porque tenían tres o cuatro novios cada una a la vez. Buscaba desesperadamente a una compañera, pero las conversaciones terminaban siempre en un adiós que cercenaba su mente en las horas de trabajo, durante el día. Y por la noche, ¿quién le esperaba? su amistad tenía necesidad de excursión, mas ¿por qué no le ofrecían una ayuda antes de que cambiase de carácter y se endureciese?
- Mas, ¿dónde estaba “tu ella”?, le preguntaba un amigo.
Y se la imaginaba como a una estrella; tú un labriego, y ella una estrella de blancas colinas, muslos blancos, cuerpo de mujer, lejana y superior.
Grandiosa, fecunda y magnética estrella; el labriego no sabe nada a no ser que se le muestre en lo alto del cielo. Son así las cosas: el labriego efectúa acciones de Parsifal para poder sobrevivir juntos; lento juego de luces (ahora te veo, ahora no te veo) manifiesta la supervivencia de los dos. Y esta prueba ha de ser de noche.
Tiene un hálito de niebla, brazos de piedra, besos transparentes que ni se saben, pues es muda. Y se miran estando cerca las palabras del labriego; la estrella está apagada como una enredadera a los miembros valerosos del labriego a costa del sudor y sangre caída del cielo.
Si la estrella ausenta su tacto y sus ojos, el labriego mal nacido empieza a lloriquear, oleando el mar a la orilla de un faro. Se desquicia el labriego cuando no la ve cerca: “¿dónde estás?, ¿entre qué estrellas?, ¿acaso hablas con otro?”. Cree que el cuerpo de la estrella es de nácar soleado e inclusive que es la dueña del universo después de la luna. Es única, del labriego, mil veces suya. En la red de su música está preso el hombre; redes tan anchas como el cielo.
Esta estrella, ¿es centro del Universo?, ¿es mortal, muda o tiene otras formas de alimentarse, de reciclar?¿Desaparece, se extingue cuando el labriego se interesa por otra mujer, o por una mujer? El sol que la ilumina ha cambiado, es otro sol; no abrasa, no quema, no absorbe el agua ni nuestras vidas; el labriego luchó contra el otro sol anterior, que ya no es fuego; todo por ella.
Pero tranquilo, no estés a gusto más que cuando ella sea un encanto y se muestre contenta de ti, cuando ella te diga: “¡yo quiero un encanto y ese eres tú!”
Dejarás de ser un labriego: serás un hombre.
Dejará de ser una estrella: será una mujer.
EL LABRIEGO Y LA ESTRELLA II:
He acabado de leer el libro de Calderón de la Barca titulado La vida es sueño. De tal modo que me considero Segismundo preso buscando a una Rosaura de espada honorífica y viviente, pero me pierdo, cortesanamente, por una Estrella de Venus, beldad soberana, diosa humana, a cuyos divinos pies se postra el cielo, su arrebol, mujer bella, Estrella prima de Segismundo, ELLA, que lo estorba para que no se case con Rosaura, su futura esposa. Rosaura es una infeliz dama de Estrella. En la escena VII, jornada 2ª, Segismundo le dice a Rosaura lo siguiente:
“¿Pues cómo si entre flores, entre estrellas
piedras, signos, planetas, las más bellas
prefieren, tú has servido
la de menos beldad, habiendo sido
por más bella y hermosa
sol, lucero, diamante, estrella y rosa?”
¿Qué clase de labriego tenemos? Segismundo, digamos, es un gobernador al estilo de Hernán Cortés, ora valiente, ora grosero. O peor aún, un Atila, ora inhumano, ora bárbaro, lo que hace que Rosaura se busque a un Clotaldo o un Astolfo, apartándose del labriego.
En la escena XII, jornada 2ª, Estrella llama a Rosaura por el nombre de Astrea. Estrella tiene que casarse con Astolfo, pero le gusta y persigue a Segismundo, por lo que obliga a Astrea a que se enamore, sin quererlo, de Astolfo. Propósito que consigue al fin. En esta disertación de Ave Fénix me quedo ciego, por ser tan íntimo a mí esta situación ya vivida anteriormente. Tal vez, ni siquiera pueda considerarme yo Segismundo preso, sino Clarín altanero (y acompañante preso también) o Nerón que de nada se duele.
ROSAURA es LA DAMA SIN CORBATA, LA AURORA y tiene tres facetas (escena X):
a) Varón de rigurosa prisión.
b) Mujer fantasma, sombra.
c) Entre galas de mujer y armas de varón, la adornan.
Digamos que Estrella es la contrafigura de la Celestina. Y digamos que al final de la obra toma Segismundo a Estrella por esposa. ¿Cuál es el error? Simplemente que Rosa no dejó rastro.
June 15, 2010
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment