Había una vez un país llamado Tirolete (Ahora desaparecido por revueltas y revueltas, no lo busques en el mapa, que te conozco ) algo que lo hacía especial. Y eso era que nada absolutamente nada tenía punta. Los tejados de las casas, los rascacielos etc. Ah, por si no os lo he contado, me llamo Francisco. Y soy vendedor de objetos de muestra y por encargo en el extranjero. Y voy a contaros una de esas historias que te contaba tu abuela sobre tiempos fantásticos. En este caso, sobre países. Cuando me encargaron ir a Tirolete a vender mis productos, me sorprendió mucho el nombre de la empresa a la que tenía que acudir. "Redondiglass S.A. Avenida redondete n. 19 polígono industrial, Tirolete.
- Qué raro -pensé-, ¿Redondiglass?
- Yo conozco puntaglass, pero ¿Redondiglass?
-esto es muy raro-
Pero solo tenía una opción, y era ir o quedarme sin trabajo (es que en mi empresa son de degelos usted ir con el tema de los encargos...). Pero en fin, no tenía más remedio. Así que me fui a la estanción para coger el Expreso de Tirolete.
- Uno para Tirolete, por favor -dije en la ventanilla. Y me dispuse a esperar el tren. De repente, oí una voz anunciando mi tren.
- "Expreso Tirolete con parada en todas las estaciones"-
Enseguida apareció el tren, completamente redondo. Su interior, hacía honor al dicho sobre Tirolete. Asientos redondos, puertas redondas, manillares redondos y hasta el conductor era redondo. (Bueno, no es que fuese Tiroletiense, es que le sobraban uno o dos kilos de más. Cuando llegamos a la frontera, tendí el pasaporte al guardia de turno. Este sin prestarme mucha atención, me estamparon un sello. (Y si, lo Habéis adivinado. Era redondo.)
Una vez en su capital, Tirolecity, me desplacé a la dirección adecuada y resulta que aquello era una fabrica de lunas de plexiglass especiales para evitar que los niños, en los colegios de planta baja, saltasen por la ventana en el momento de salir al encerado. Después de unos días de estancia en la capital y de comprobar en directo como se forraban los de la empresa "Redondiglass" S.A., decidí volver a mi país. Haber si copiando a los de la fabrica de plexiglass le doy la idea a mi jefe y haber si me asciende. Eso si, lo más importante, nunca, nunca, nunca vayiais a algún país como Tirolete diciendo que sois representantes de una empresa de venta de productos al por mayor y trayendo muestras de cuchillas de afeitar. Y pensándolo mejor, le daré la idea a mi jefe, haber si tengo suerte y me asciende y pedire el traslado a otro departamento, espero que alguno que tenga objetos circulares, porque creedme, la experiencia lo es todo. ¿Es que trabajar en una empresa de venta al extranjero de todo tipo de productos tiene que tener sus ventajas, no?
(Andrés Domínguez, 11 años)
June 10, 2010
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