May 19, 2010

EL BOSQUE DE RAMAJE

Hombre feliz es
aquel que siendo rey o campesino
encuentra paz en su hogar.

Goethe


No hay hombre tan desdichado
que no tenga un envidioso
ni hay un hombre tan venturoso
que no tenga un envidiado.

Pedro Calderón de la Barca


“...así las almas que se trasladan al aire, tras permanecer bastante tiempo, se transforman, se desperdigan y arden, siendo recogidas en la razón inseminadora del Todo, y de esta manera proporcionan espacio a las almas que vienen a habitarlo. Esto se respondería sobre la hipótesis de que las almas perduran...” (Libro IV.21)
“...Alejandro de Macedonia y su mulero, una vez muertos, se convirtieron en lo mismo, o bien regresaron a las mismas razones seminales del Universo, o se dispersaron de igual manera en los átomos...” (Libro VI.24)
“...La muerte es el reposo de la impresión sensorial del impulso que nos mueve como marionetas, de la reflexión pensante y de la servidumbre de la carne...” (Libro VI.28)

Meditaciones, Marco Aurelio


“Imagínese un número de hombres encadenados, y condenados todos a muerte, varios de los cuales son degollados cada día a la vista de los otros, quienes ven su propia condición en la de sus semejantes y, mirándose unos a otros con dolor y sin esperanza, aguardan su turno. Esta es la imagen de la condición de los hombres”.

Pascal


“Con la palabra escrita, el hombre brinda a los demás lo mejor de sí mismo y ellos están en libertad de aceptarlo cuando así lo deseen, de rechazarlo o buscarlo de nuevo. Unas cuantas hojas de papel, cubiertas de signos y cosidas entre sí, pueden expresar pensamientos, sentimientos, emociones, incluso la ilusión de la vida misma”

Rodenick Haig-Brown


“Por él he llorado día y noche,
No consentí que lo sepultaran,
Por si mi clamor despertaba a mi amigo.

Lo he llorado siete días con sus noches,
Hasta que el gusano invadió su cara,
Desde que murió, no he vuelto a encontrar vida,
Y errante voy por la estepa, como un salteador”.

Gilgamesh


I

¡Oh gentes!, maravillaos
de lo que logra la enfermedad de amor,
a hacer descender a la luna
de la obscura noche de los cielos a la tierra.
Amo de tal manera que si él se separase de mí,
mi corazón le seguiría.

II

Ojalá supiera encontrar el medio para estar solos,
y apartar de nosotros los oídos del espía!
¡Oh maravilla!
Amo estar a solas con quien viene,
cuando mora en mis entrañas y en mi pecho!

Umm al-Kirám de Almería (siglo XI)


¿Cuántas notas dormían en sus cuerdas
como pájaro duerme en las ramas
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas?

¡Ay! –pensé– ¡cuántas veces el genio
así duerme en el fondo del alma
y una voz, como Lázaro, espera
que le diga:
levántate y anda!

Gustavo Adolfo Bécquer


Y el peor de no ser lo que yo hubiera sido,
La pérdida del reino que estaba para mí,
el pensar que un instante pude no haber nacido
¡y el sueño que es mi vida desde que yo nací!

Rubén Darío


“Pues jamás la raza de los sufridos humanos hallamos el placer con un pie cabal, sino que por siempre alguna cuita amarga es acompañante de los gozos. Se les confortó así el alma, ante la idea de que con favorables augurios alguno de los dioses dichosos había venido a su encuentro”.

Los Argonáuticas, Apolonio de Rodas


Yo soy un gran Shlemiel.
Tú eres un pequeño Shlemiel.
Cuando crezcas
serás un gran Shlemiel.
Cuando tengas hijos,
tú serás un papá Shlemiel
y yo seré un abuelo Shlemiel.

Cuentos judíos de la aldea de Chelm, Isaac Bashevis Singer


“Llego a los dominios del alma y a los amplios palacios de la memoria, donde están los tesoros de las innombrables imágenes aportadas por las percepciones polimorfas de los sentidos. Allí están guardadas todas las representaciones que han captado nuestros sentidos y todos los otros datos que están depositados allí, en la medida en que no los haya absorbido y enterrado el olvido...”

Libro X, Confesiones, San Agustín


“Por la mañana, diríase que su cara era un tono ligeramente rosado, pero después de las doce del mediodía –su hora de comer– se le encendía como una parrilla llena de brasas navideñas y continuaba llameando –pero, por así decirlo, con un gradual apagamiento– hasta las seis en punto de la tarde aproximadamente, después de lo cual aquel rostro alcanzando su punto álgido con el sol, parecía ponerse con él, elevarse, culminar y apagarse hasta el día siguiente, con la misma regularidad e idéntica gloria”.

Bartleby, el Escribiente, Herman Melville


Si uno pudiera entregarse, sin daño de las más nobles facultades, a las emociones espirituales que acompañan a las más estremecedoras y sublimes sensaciones producidas por el engaño;
si la vida pudiera convertirse en un largo sueño libre de los dolorosos sobresaltos producidos por el ruido y los choques del mundo;
si el opio de la ilusión pudiera ser administrado en grandes dosis sin la tal debilitación de nuestras energías racionales;
si todo esto fuera posible, la suerte de un hombre dotado de nobles sentimientos, educado en una confiada fe en las doctrinas católicas, elevado a ser dispensador de sus misterios, sería envidiable por encima de cualquier otra.

José Blanco White


La verdadera locura quizá no sea otra cosa que la sabiduría misma que, cansada de descubrir las vergüenzas del mundo, ha tomado la inteligente resolución de volverse loca.

Heinrich Heine

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