En la carretera el peligro es constante y en la ciudad los peatones cruzan por todas partes. Tú mismo saltas pasos de cebra y semáforos y aparcas en cualquier parte. Huyes como un paranoico de los atascos y de los que meten prisa por detrás porque quieren acortar una distancia en diez minutos. ¿Cómo salir a conducir sin tomar una tila?¿Cómo calmar el latir nervioso del corazón al regresar?
¿Y todo el aparato eléctrico y el montaje de hormigón sepultado la naturaleza, la polución, el dinero invertido en gasolina, reparaciones, adecentamiento, etcétera? Hoy tener un coche es un lujo y no parece tan ecológico. Además, todos hemos tenido un accidente de vértigo en que actuó el ángel de la guarda. De eso se trata, de echar a suerte nuestro natural cuando la audacia con el automóvil es la muerte. ¿Cuántos no habrán regresado tras las vacaciones de Semana Santa?
(Cartas a YA, abril 1996)
May 21, 2010
Subscribe to:
Post Comments (Atom)
No comments:
Post a Comment