Me da pena que para defender el socialismo uno tenga que apuntarse al comunismo. Noche de pena, me da pena que no consigamos la dignidad en existir, que por conseguir la igualdad de clases algunos prefieran morir, me da pena que algunos hagan la guerra para sanear la economía, que haya chupópteros y explotadores de los trabajadores y de la sociedad, me da pena que haya muerto ese hombre del pueblo, artesano, José Saramago, por lo que intentó.
Como dice Anguita la historia de la sangre derramada, la sangre es roja y el corazón está en la izquierda, se escribirá en rojo de claveles y no en luz divina amarilla.
Que fue uno de los pocos que no se dejó seducir por el poder socialista con su jersey merino frente al frío de la adversidad cotidiana del patrono.
El trabajador de la industria llegaba por lo general a la ciudad desde el campo donde dejaba atrás su suerte al modesto servidor de "terratenientes ausentes" que no invierten en el medio rural. Indefenso uno y otro frente al patrón o dueño o "uraño usurero", su lucha alimentaría la Historia del Humanismo Obrero que terminaría en el 2010 con la muerte de Marcelino Camacho.
March 15, 2011
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