LA REFORMA LABORAL III

Esta es una sociedad de mentirosos. El gobierno tiene un calendario de mentiras para todo el año. Sino cómo se reduce la clase trabajadora a términos de esclavitud. Necesitamos de patrones y de empleados. El poder económico pertenece al llamado mercado de la oligarquía financiera y empresarial y que no puede haber democracia política lo está demostrando esta crisis y las anteriores.

Cómo mantendremos la ilusión del capitalismo, si han arrojado por la borda a todos los menesterosos con un salario liso y llano, con la ley de gravedad del bienestar general, con las masas entontecidas con este espectáculo, y con una desocupación devastadora, como la de sus hijos en suicida procreación, no han hecho mella en la mente porque seguimos no creyéndonoslo.

Todo lo que nos metemos en el cuerpo, pues también me meto el tener que trabajar, pero el trabajo es algo personal no es una mercancía, y el capital es el producto del trabajo de muchos trabajadores luego pertenece a todos los trabajadores y aquellos que bajan los salarios o los impiden en detrimento de nuestro bienestar físico, material, moral y familiar atentan contra las personas que están dentro del Estado.

El crédito-capital debe de estar en nuestras personas-casas y no en manos de los bancos ni administrado por un partido-y sus ministerios, porque el trabajo ya no es una realidad, porque si la crisis es profunda y luego se subirá mucho, y porque ya no hay ganancia en el sistema del capital.

Unas frases de oro de Unamuno para la crisis, tenemos que luchar contra la muerte por la vida, por lo que nos esforzamos, por lo que luchamos contra la enfermedad, por lo que madrugamos aunque haga mucho frío, brindemos por la vida, no es cierto que con la edad aparezca la mezquindad, sino que es una oportunidad para que aparezca lo sublime y la paz perpetua de los superkants por imperativo moral.

Después de los 70 qué te voy a contar que no sepas tú, luchar con los achaques y ayudar con los nietos, y suerte si llego a los 82, ¡y a los 92 años a celebrarlo!, and singing again.