December 09, 2011

SOCIEDAD Y CIUDADANOS X

A una persona que escribe cosas tan bonitas cómo no la van a dejar pasar los santos y los dioses de los lugares para que transcriba las bondades del pueblo y sus rutinarias y sus correrías y sus monumentos y sus santuarios y sus personajes ilustres para contárselo a los de la capital.

Si es necesario donaré hasta mis cinco litros de sangre a la comunidad pero paremos ya la falta de ahorros de las familias y la poca ingesta de la alimentación necesaria para una buena calidad de vida y por último paremos el bombardeo de los entrometedores audiovisuales y arreglemos la contaminación atmosférica y evitemos la soledad de los ciudadanos.

Puedo tener amaneceres del Barrio de Salamanca aunque viva en una humilde choza con Hipatia si Dios me da un día más y comprendo que mi mente está presa en el cuerpo limitado de una Juana de Arco y es el espíritu santo el que no debe mermar y el celo del templo de mi Dios me devora y si una mujer no aprisiona al David de Miguel Ángel y a la Gioconda en sus vanos esquemas de presunción.

La de castañas y palomitas que me he tomado en los resfriados de invierno de Chamberí y la de pipas que me he tomado en el parque de las palomas y las fuentes para que ahora me digan que no voy a tener más tiempo de solaz y de que voy a correr deprisa y con la lengua fuera a un curro imaginario donde no me van a dejar ser mi yo chulapo y tendré un vispas impedido a bailar un chotis a la crisis del parqué el sábado noche.

He llamado a todos los lugares y he buscado a la mujer más hermosa y me he ido a bailar y a quitar las penas con ella y ahora me siento más hecho y con ganas de verla pasar la crisis pero no puedo olvidar sus morritos ni sus pechos, ni sus piernas ni sus ojos, ni su cabecita sonriente y su vestido negro de desayuno en Tiffany´s.

En el estuche de los lápices de la razonálisis encontré que todos los revolucionarios de lenguaje poético como Alvite pasaron entre sol y negro sus historias de amor, compadrearon la locura de Mallarmé, Lautréamont y Proust y su experiencia de la literatura no les llevó como a Wittgenstein a no hablar de lo que no se puede sino a romper el hielo de su romántico Titanic y su bohemio y simbólico Orient Express.

No se tocan las propiedades de los demás porque son suyas y si no te dejan no se las puedes tocar eso lo saben los jóvenes cuando van de marcha y a los niños se les dice que no tiren piedras en la carretera porque las curvas son para derrapar y las rectas para avanzar y una china no es para el cristal, y yo no hago voto de pobreza en la adquisición de información pero sí hago voto de humildad en no hacer secreto de ella.

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