Jorge iba con sus padres dando un paseo por la ciudad. Pasaba por la iglesia de al lado del parque de Andalucía, que era una iglesia nueva: SAN BENDITO SALVADO, se llamaba. Desde la claraboya se oía un cántico:
"A un mundo nuevo vamos ya,
donde reinará el amor,
donde reinará la paz".
Y entraron a conocerla. Vieron que era nueva, y que no era como las que habían visitado esa tarde. Jorge comentó que el Cristo no estaba bien colocado, que estaba torcido, y un poquito rajado. Se le acercó un cura rogándole que no hablara en un lugar sagrado. Jorge le contestó:
- ¿Llama usted sagrado a esta iglesia tan moderna?
El cura tuvo un pestañeo de asombro. Jorge vio que era tan moderna y ahuecada, que aquél antiguo cristo no encajaba en aquel lugar. Pero se disculpó ante el cura.
- Perdone por la contestación. Me disculparé ante el hijo de Dios.
Se inclinó para besarle los pies al Cristo. El cura gritó:
- ¡Noooo!!
Pero era demasiado tarde, el Cristo se vino abajo.
(Andrés Domínguez, 7 años)
November 14, 2009
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