La veleta del político nacionalista es lo fantástico del estado. Lo humano, lo sentimental, los mitos, las tradiciones y el desfile limitan con lo válido, lo legítimo y lo capaz de realizaciones, según De Gaulle. Espíritus, historias, idiomas, infortunios, glorias y ambiciosos proyectos siempre estarán de moda. Pero en la dentadura está la unidad; la unidad es para ver, para crecer y no para lacerar.
El socialismo fue una "inconsciencia" ¿y el nacionalismo?: una roca vista de perfil, que se puso a andar, dio dos pasos y cayó al mar.
(Cartas a EL INDEPENDIENTE)
November 20, 2009
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