El vacío sólo lo percibes si te concentras en ti mismo y te olvidas de todo lo que te rodea, hay diversas formas de percibir la realidad pero las resumo en las dos visiones de la famosa botella: Una botella a medio llenar la podemos percibir como medio vacía (pesimismo, depresión, visión negativa) o medio llena (entusiasmo, optimismo, ilusión, ganas de vivir).
Si sólo me concentro en mi percepción, en mí, en mi interior, caigo en el egoísmo más absoluto porque me olvido de los demás, no sólo existo por y para mí, porque no estoy aislado, me desenvuelvo en un medio social, en el mejor de los casos un medio enriquecido por afectos: familia cercana (esposa, hijos, padres) más o menos lejana (hermanos, primos y demás parientes) y amigos; o en el peor con familia pero disfuncional y pocos amigos o sin calidad pero no solos ya que en cualquier caso mantenemos una relación con ellos y a veces (satisfactoria).
Situados en un caso extremo, sin familia ni amigos, sin arraigo tendremos las relaciones laborales, que pueden ser a veces más gratificantes que las amistosas propiamente dichas, con lo que seguimos sin estar propiamente solos.
Seguimos bajando al peor de los niveles, tampoco tenemos una relación laboral bien porque sea insatisfactoria, nula o poco cordial o bien que sea inexistente (persona en paro, una realidad cada vez y por desgracia más frecuente), aún así no tenemos porqué experimentar el vacío: nos tenemos a nosotros mismos, ya que para experimentar el amor a los otros tenemos que empezar por el amor más básico y egoísta, el amor a nosotros mismos que comienza en el mismo momento de nuestra existencia, que debemos ver como una oportunidad para llenarlo con las pequeñas y grandes cosas del día a día, poco a poco construimos una realidad, es cierto que muchas veces cuando suena el despertador no queremos levantarnos, entrar en el día real, es en ese momento cuando debemos darnos una razón para ello, el día puede ser maravilloso, la sonrisa de un niño al levantarlo, el buen ambiente en el trabajo, un buen libro que nos espera al llegar a casa, un hobby que nos apasione ya sea el baile, el senderismo, la escritura, una buena tertulia con amigos, o simplemente la belleza de un día de otoño o la perspectiva de un viaje en ciernes, hasta la posibilidad de ver la lluvia en el cristal cuando uno se encuentra en una habitación caldeada y con una taza de café (cacao, o cualquier líquido que se prefiera) caliente en la mano.
Una de las mejores tardes que recuerdo: disfrutaba del larguísimo largometraje del "Conde de Montecristo" en una de sus múltiples versiones (es este caso la protagonizada por Gerard Depardieu), en un frío día de invierno, mientras veía la lluvia caer en el exterior y sujetaba una taza de cacao caliente.
Si hacemos una lista con todas las cosas que en un momento podemos tener en nuestra vida desde la más pequeña a la más grande, no tenemos motivos para dudar que ese vacío pueda ser llenado incluso en la mayor soledad no tenemos porqué experimentarlo, porque vuelvo a insistir, nos tenemos a nosotros mismos, sentimientos, pensamientos, gustos, deseos, ilusión...Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad: Si tienes familia, trabajo, amigos ¿Dónde está el vacío?
Tú eres tu realidad y tú debes pintarla día a día. ¿Cómo te gusta más en color negro noche sin luna o con los de arco iris? Tú decides.
La vida es maravillosa y sólo tenemos una, disfrútala.
Un saludo
(Maite de Pablos, 46 años)
September 13, 2010
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