April 17, 2012

LA CRISPACIÓN DE ESPAÑA: SANTIAGO CARRILLO

En un 17 de abril (174=17/4) el Diablo no saldrá a campear porque tiene todas las de perder.


Santiago Carrillo siempre ha comido/corrido/cosido a dos mofletes como Eolo el de los malos vientos del Este por la Elipa y no sabe que es la fe religiosa la que ha mantenido unido al pueblo español junto con la lengua de Castilla.

Muchas las cosas que dice Santiago Carrillo se han dicho ya, pero es necesario que no insistan más, porque es como una piedra angular en el zapato izquierdo. Porque la juventud socialista está muy confundida y desea bajarse de este vagón al matadero antes de que las moscas salgan en verano.

Él como atrevido considera burgués la modernización de la clase trabajadora, la educación y el fin del analfabetismo hasta las mismas autonomías son burguesas dentro del capitalismo.

Y por qué queremos lo proletario y a los proletarios sino para hacer la guerra del demonio a los mismos inseguros y trasnochados y diplomáticos socialistas del PSOE y de la UGT.

Se había derribado a la Monarquía y atacado a la Iglesia y se habían infiltrado en el Ejército y nacionalizado las empresas extranjeras no consiguiendo nada porque vino en el caballo de Santiago nuestro Francisco Franco.

Dentro de los países los nacionales son los cristianos, eran nacionales los rojos y eran nacionales los franquistas pero quiénes eran cristianos.

si Franco hubiera vivido en 1990 hubiera visto caer a los regímenes comunistas de los Países del Este a los 74 años después (octubre/17=X/74) para mayor gloria suya. Y eso esperó cristianamente sin apoyar al alemán Hitler.

Y si hubiera ganado la República en España estaríamos como Yugoslavia, Cuba y Corea del Norte, y hubiéramos caído en la Gehena histórica después del tropezón porque nuestros enemigos nos envidian y estarán al acecho.

Pero trinchados por el demonio se nos nubla la fe. ¡La Gran Rusia de Stalin, la del aniquilamiento de las almas de los ciudadanos rusos! Y qué educación recibieron ahora la Rusia de los millonarios capitalistas.

El fascismo comenzó siendo la forma más extrema del anticomunismo y sus revoluciones solo el cristianismo podía atemperarlas y destruirlas. 

La izquierda española siempre ha sido anárquica y despistadísima y ha puesto en peligro la base del Estado Español del 1474.

Santiago Carrillo hubiera preferido una guillotina del Estado de 1930 y una purga estalinista de todas las cabezas raras. Y pensó que el anarcosindicalismo de las masas de izquierda lo lograrían como ahora con los frikis adocenados con sus tatuajes diablescos.

Azaña sin armar al pueblo quería hacer una España de no sé qué dentro de Europa y sus ministros humanistas no casaban con el marxismo lo que fue providencial, pero se decantaron por el laicismo y se quemaron iglesias y conventos y se expulsó a los jesuitas que eran la vanguardia progresista y el mismo gobierno republicano proclamó el estado de guerra por causa de los temas eclesiásticos.

A Carrillo le hubiera gustado ser el Napoleón Español y no es sino un bandido de Sierra Morena.

Al pueblo exaltado y en paro le gustaba los vientos de la República y mientras tanto los sindicalistas trataban con los movimientos huelguísticos implantar el comunismo libertario.

Los socialistas criticaban a la derecha pero no cambiaban nada por su mismo carácter de clase política acomodada.

Por eso los comunistas querían la dictadura y ponerle el cascabel al gato de la prensa a ver si así la oposición de derechas no seguía enterándose y formándose de los asuntos de la nación y que no les importe nada y que los dejen pasar con la Pasionaria a Madrid.

Largo Caballero quería unos republicanos más recios y los hace obreros y radicales y leninistas, así que imagínate como estarían los disciplinados militares.

Maltrecha y destrozada la unidad de los españoles por el insistente y estridente extremismo verbal y la irresponsabilidad política de los socialistas radicales si no fuera por las elecciones democráticas y no demagógicas la mitad del pueblo de derechas se sublevaría.

Lo que más le horroriza hoy a Santiago Carrillo es que la gente se desplaze a la derecha y quiera Dios y Patria y que horrorizada por el caos de provincias pida más centralismo y conjunción de los esfuerzos comunes.

El PCE quería ser una rama del PCUS y bolchevizar al PSOE y en la desesperación lo consiguieron, y las Juventudes Socialistas no se comprometieron ni con el matrimonio.

Y los intelectuales al Servicio de la República o de la Zeja no tenían nada que ver con el Gorki de la ideología comunista y la socialización de la legislación porque España dejaba de ser católica, claro que no.

Para Santiago Carrillo a la derecha había que meterla en la cárcel y fusilarla y nunca darla una amnistía y había que emplear la fuerza dura con todos ellos.

Pero también consideraba a las ratas republicanas y socialistas parlamentarias que corrían a los callejones y que si no había una gran hecatombe en el país nada se podría hacer.

No van a renegar de la República sino que había que recuperarla, enderezarla y enmendarla con Zapatero, y quitar las estatuas de Francisco Franco, y que su ministro Jáuregui le quitara la tumba del Valle de los Caídos.

Las masas españolas son siempre sacrificadas en su tontería y los burgueses los que debían irse de España, y las Juventudes Socialistas las que debían ocupar los puestos de poder, y todo a golpe de mitines políticos porque no había tele, ni móviles ni la internet del conocimiento, y no se sabía que las clases sociales están donde está el dinero y que los pobres no pertenecen a ninguna clase social y que solo los que siguen a Jesús y la Iglesia vela por ellos.

En los millones de muertos de la Segunda Guerra Mundial quiere Carrillo justificar el comunismo. Y el ansia de los españoles por Gibraltar como si fuera lo que los hace traicionar la democracia. Y así como el sol y la sombra fue la Guerra Civil con sus nubes algodonosas sobre el Ruedo Ibérico entregado al dinero y las armas.












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