April 28, 2012

EL COLLAR DE PERLAS DE LA SABIDURÍA: IBN GABIROL


1 Dijo el sabio: Con la sabiduría tributan los sabios su gratitud al Creador; por ella se logra en vida la plena realización del culto divino, y buen nombre después de la muerte.

2 Nada hay que tanto afine el entendimiento como la instrucción y la sabiduría, ni que tanto evidencie el verdadero saber como la buena conducta.

3 Las preguntas del sabio son la mitad de su sabiduría; la afabilidad con el prójimo, la mitad de la sensatez, y la buena administración, la mitad de la economía.

4 ¿Quién será el más idóneo...? El sabio que gobernó, o el gobernante que busca la sabiduría.

5 El sabio y el justo a nadie temen...
("Me sentiría humillado si Dios viera que yo temo a otro fuera de Él")

6 ... la sabiduría se inclina hacia el que la busca.

7 Quien se afana tras la sabiduría y la sensatez logra una diadema.

10 ... pues el fin de la sabiduría es la paz, y el del oro y la plata, angustia y agobio.

13 También le aconsejó: Busca la compañía de los sabios, pues si sabes, te honrarán; si yerras, te enseñarán, y si te exhortan, te beneficiarán.
("Sea tu casa lugar de reunión de los sabios, y no temas empañarte con el polvo de sus pies, y bebe con ansia sus palabras".)

15 ... pero es menos culpable negligir la sabiduría por ignorancia que por desprecio.

16 Preguntaron a un sabio por qué aventajó en sabiduría a sus compañeros, y contestó: Porque he gastado en aceite más que ellos en vino.

24 La mejor prosapia es la sabiduría, y el amor, el más fuerte vínculo.
("la virtud es la sola y única nobleza", Juvenal)

26 La sabiduría es el placer de los sabios, y la necedad, el de los necios.

27 Qué hermosa es la acción coronada con la sabiduría, y la sabiduría coronada con la acción, y aún más, la acción sazonada con la gracia.
("Es la virtud más amable si brilla en un cuerpo hermoso", Virgilio.)

28 No hay mejor unión que la modestia con la sabiduría, y el poder, con la clemencia.

30 Así adoctrinaba el sabio a su hijo: Procura ser sabio, aprender y escuchar; de lo contrario, podrías malograrte.

31 E insistió: No está bien avergonzarse de preguntar sobre lo que se ignora, y decir sencillamente: No lo sé.

33 La valoración de una persona depende de su saber.

35 Los sabios de la tierra se asemejan a las lumbreras celestes.
("Los sabios en la tierra son como las estrellas en el cielo".
Los sabios brillarán con el esplendor del firmamento, y los que enseñaron la justicia a la muchedumbre resplandecerán por siempre, eternamente, como las estrellas", Ben Mislé)

36 Interrogáronle a un sabio: ¿Quiénes son mayores, los sabios o los ricos? Y contestó: Los sabios.

37 Insistiéronle: Siendo así, ¿por qué razón los sabios frecuentan más las casas de los ricos, que los ricos las casas de los sabios? Respondió: Porque los sabios conocen el valor de la riqueza, no así los ricos el de la sabiduría.

39 El primer escalón para la sabiduría es el silencio, el segundo, la atención; el tercero, la memoria; el cuarto, el esfuerzo; el quinto, el maestro (0: el estudio).

47 Dijo el sabio: La sabiduría va acompañada de la modestia y la paciencia, y las requisitorias del necio, de ruindad y orgullo.

48 ... y la cortedad malogra la sabiduría.

51 Que repulsiva es la estulticia en el anciano.

53 La sabiduría buscada en la vejez es como lo escrito sobre arena, y la adquirida en la juventud, como lo esculpido en piedra.

56 La pobreza no abate al sabio, ni el placer le subyuga.

71 Preguntaron a un sabio si el saber beneficia a la ancianidad, y respondió: Si la necedad es un oprobio, el saber es un ornato.

73 La compañía de los sabios honra, la de los necios afrenta.

75 Busca la sabiduría con la avidez que un tesoro; a su lado nada valen el oro y las perlas.

86 Quien acumula paciencia y mansedumbre disminuye sus ofensores y aumenta sus protectores.

90 Quien no domina su cólera, no posee sabiduría cabal.

91 El silencio es la mejor respuesta para el necio.

94 La modestia se confunde a veces con la tontería.

95 Quien no aguanta un denuesto oirá otros muchos.

103 Donde hay medida no hay yerro.

104 La paciencia habitual aligera las mayores contrariedades.
"La paciencia todo lo alcanza".)

105 Quien elige lo bueno evita lo malo.

113 Cierto monarca sentenció a muerte a un sabio y uno de sus consejeros le dijo: "Tú podrás hacer lo que no hayas hecho, pero no anular lo ya efectuado". El rey volvió sobre su acuerdo y no le ajustició.
(Máximas de gran elevación, totalmente dentro del espíritu evangélico y, por tanto, muy por encima de la primitiva ley del talión.)

114 Dijo el sabio: La circunspección origina seguridad; la precipitación, arrepentimiento.

115 La circunspección trae prosperidad, y el apresuramiento desgracia.

117 Con reflexión se llega a la meta; con precipitación, se tropieza.

120 ¿Y qué se entiende por tal?¿Cómo definirla, por ejemplo, la confianza? -Es la fe, respondió. Insistieron. ¿Y qué se entiende por fe? -No temer a nadie, tener confianza en Dios, conformidad con sus designios y entrega a Él, fue su respuesta.

127 El verdaderamente sabio y confiado en Dios es aquel que se complace en los designios divinos, cuando vienen y cuando finiquitan.

131 Si pones en manos de Dios todos tus asuntos, alcanzarás el camino de la verdadera felicidad.
("Encomienda a Yahvé tu destino, y Él te sostendrá, pues no permitirá jamás que el justo vacile", Sal 55.)

144 El duelo no vencido (o: templado) por la paciencia prolonga la aflicción.

148 ¿Quién es el más paciente? -Aquel que domina sus pasiones.

155 Dijo el sabio: Quien apetece más que necesita, compromete su actual bienestar.

161 A quien no apetece del mundo más que lo suficiente, su parvedad le basta.
("Si vives conforme a las exigencias de la naturaleza, nunca serás pobre; si según la opinión de la gente, jamás serás rico", Séneca.)

167 La riqueza espiritual vale más que la material.
("La riqueza del alma es la única verdadera riqueza".)

178 Modestia y fe van unidas: si falla la una, falla la otra.

182 Asimismo: La excelente reputación dignifica el alma, mantiene la esperanza de días mejores y la confianza en Dios: es la fe perfecta.
("Mejor es el buen nombre que el oloroso ungüento".)

184 La distinción se manifiesta en la selección o rechazo de las cosas, y no te creas sabio mientras no domines tus pasiones.

185 Quien sigue los dictados de la razón obrará y se comportará rectamente, y quien va tras sus pasiones se extravía y perece.

186 Feliz el que controla sus pasiones, pues testigo será El invisible existente, y nadie tuvo que arrepentirse de lo renunciado en honor al Creador.
("Cuando todo es pasión, entonces ya todo es azar, y no es ley de razón".)

189 La conciencia de que Dios lo ve y lo oye todo aparta de las malas acciones.

190 Al que sigue sus pasiones le acosarán desgracias.

193 Cuando las pasiones desbordan la razón son el sello de la necedad.

194 Quien no sabe dominarse, ni reprimir sus pasiones, ni preservarse del mal, mal podrá gobernar a otros.
"Necia pretensión dominar a los demás no sabiendo dominarse a sí mismo".)

199 Quien cede a sus pasiones se esclaviza, y quien se sobrepone es un valiente.

202 La pasión es hermana gemela de la ceguera.

203 El buen sentido duerme en tanto que la pasión está despierta; por eso ésta le vence.

205 ¿Cuáles son los deberes con el vecino, a juicio de los sabios? -Ejercitar con él la caridad y evitarle daño.

211 Una prudente selección denota buen sentido, y la fe solamente se afianza con la razón.

216 El talento del hombre se pone de manifiesto en sus actividades, y el fracaso (o:su inteligencia), en su vocación.

217 Dijo el sabio: Quienquiera que seas, adquiere educación moral, porque sin ella nada hay bien cimentado.

220 La experiencia da cordura, la inestabilidad recto criterio y por las buenas maneras se reconoce al discreto.

223 La experiencia es un campo ilimitado, donde el juicioso hace acopio de saber.

224 Al que no quiera oírte no te empeñes en hablarle.

225 Con aquel que te interrumpe no converses, pues carece de cortesía.

231 La instrucción aparta la necedad del necio, y la discreción se afianza en quien la tiene.

232 He aquí cuatro principios que todos debieran practicar: 1º, usar palabras amables; 2º, escuchar amablemente al interlocutor; 3º, comportarse amistosamente con todo el que encuentre; 4º, habituarse al bien hablar. Y otros cuatro que deberán evitarse: 1º, tratar con necios; 2º, discutir con testarudos; 3º, lisonjear al vano; 4º, asociarse con el corrompido.

233 No compartas tu alimento con quien no se lo merece, es decir, no converses con quien no te atiende.

234 La excesiva chanza disminuye el respeto.

237 Decían los sabios indios: No busques camaradas sin fe, ni vida futura sin obras buenas, ni amor de mujer sin moral, ni ventaja propia con daño ajeno.

241 Dijo el sabio: La conducta buena y virtuosa encumbra a quien la tiene a un alto rango y le lleva a la práctica de las buenas obras.

243 A buen seguro, aquello que puedan decir harán; procura, pues, que no lo digan y evitarán su realización.

244 Y añadió: En tu comportamiento habitual trata a los de buen espíritu con afabilidad y cortesía, y a los ruines, con severidad; a los primeros les aprovecha la cortesanía, pero a los otros, solamente el rigor y el desdén.

248 Cualquier amistad tiene sus ventajas, excepto la del necio.

260 Tres grados hay de necedad: 1º, censurar en otros las propias faltas; 2º, descubrir los defectos ajenos que en nosotros disculpamos, y 3º, requerir un favor innecesario.

263 Tres clases hay de amigos: 1ª, el que ayuda con su persona y medios: es el amigo verdadero; 2ª, el que saca de ti toda ventaja y te sacrifica por cualquier capricho: no le creas sincero, y 3ª, aquel cuya amistad es solo aparente, amistad salutoria, siempre dispuesto a sonsacar, más que a dar: no te confíes en su amistad.

267 La afabilidad fortalece la amistad; la irritación deteriora la cordialidad.

270 No hay admonición provechosa para el hombre amoral

271 Antes de castigar, amonesta.

274 La amistad acrisolada preserva de muchos males.
("Un amigo fiel es poderoso protector; el que le encuentra halla un tesoro. Nada vale tanto como un amigo leal; su precio es incalculable".)

277 Yo estimo al que en privado me advierte mis defectos.
("Amonesta a los amigos en secreto; alábalos públicamente".)

283 No confíes en la amistad de quien te carga con sus penas y te excluye de sus alegrías.

287 Sé generoso en alma y bienes con tus amigos; en buenas obras y palabras con tus conocidos; en amabilidad y saludos con todo el mundo; en caridad con tus enemigos; ten en cuenta tu religión, sé cabal en tus acciones y, sobretodo, cuida tu reputación.

288 Guárdate del que mide su amistad por su interés; pues cuando éste acabe, se terminará aquélla.

292 Dijo el sabio: Da por terminado el malentendido, aunque la excusa sea sólo aparente.

293 No está bien increpar al que se justificó.

294 Evita la amistad de quien ni perdona una ofensa, ni admite una excusa.

295 Cuando se te disculpe tu amigo, aun brevemente, no le pongas trabas y perdónale, pues el perdón es una virtud noble.

300 Dijo el sabio: Guárdate del trato de quien nada bueno puedes aprender.

301 El trato con el indigno crea malas costumbres.
("El que entre lobos anda a aullar aprende".)
("Júntate con los buenos y serás uno de ellos".)

304 El peor contubernio es la unión con una mala mujer: es una llaga.

305 Guárdate de la camaradería con el estulto, que muchas veces pervirtió al hombre sensato.

306 Sea tu trato con los hombres distinguidos, pues tanto el honor como la ignominia provienen de las relaciones.
("Al hombre se le conoce, entre otras cosas, por sus amistades".)

310 ¿Qué es lo mejor para el hombre? -Tener talento, dijo el sabio, y, a falta de él, bienes de fortuna, que granjean consideración; una esposa que sirva de pantalla a los defectos de él, y, si no la tiene, el silencio, que los encubre; pero el sepulcro es preferible a la falta de todo esto.

311 Cuatro cualidades destruyen al hombre: orgullo, indisciplina, pereza y precipitación.

312 Dijo el sabio: El verdadero amigo te sirve con sus bienes en el tiempo de la necesidad, y con su alma en el de la desgracia.

313 Cuando quieras elegir un amigo, ponle a prueba: si, presa de la cólera, se da a razones, admítelo; de lo contrario, recházalo.

314 No cuentes con la gratitud hasta que la hayas contrastado con la negativa, pues el agradecido es paciente, y el pusilánime, ingrato.
("Los faustos sucesos amigos crean, los infaustos los tantean".)
("Mientras seas feliz, contarás numerosos amigos;
pero en la adversidad, que solo te encontrarás", Ovidio.)
"Amigo en la necesidad es amigo de verdad".)

315 No descubras a tu amigo nada que ocultarías a tu enemigo.
("Si el corazón te oprime tu secreto,
¿esperas que éste ha de aguantarlo el de otro?")

321 El secreto es tu cautivo; pero, revelado, es tu cautivador.
("Si tu lengua no encadenas, ella te encadenará".)

322 El verdadero secreto está entre dos; entre tres, ya no hay secreto.

323 Quien su fortaleza basa en la rectitud, doblega a los demás mal de su grado.

328 Preguntaron a un sabio. ¿Qué es la humildad? Y contestó: El sonrojo causado por nuestra propia flaqueza.

341 Hay palabras que malograron cuantiosos provechos.
("Porque callar a nadie dañó; pero sí haber hablado".)

342 La congoja del silencio es preferible a la de la locuacidad: incluso la muerte por el silencio es preferible a la ocasionada por obra de la garrulería.

345 Cuando las palabras sobrepujan a la inteligencia, abruman; cuando es la inteligencia la que excede a la expresión, beneficia.
("El silencio es el valladar de la sabiduría".)
("La taciturnidad en el necio es un substitutivo de la sabiduría".)
("Evidentemente hay ocasiones en que es vergonzoso callarse, y puede ser, además de una vituperable cobardía, una injusticia y ocasión de daños".)

353 1º, hay palabras que prometen beneficios, pero luego acarrean fatales consecuencias, que neutralizan sus ventajas; 2º, palabras que no brindan ventajas y presentan nocivos resultados, siendo, por lo tanto extremadamente peligrosas; 3º, palabras que no prometen ni ventajas ni desventajas, y evitarlas trae consigo alivio físico y mental, y 4º, palabras que ofrecen provecho y seguridad para el futuro, y son las que deben hablarse.

354 Dijo un sabio: Habla poco, pues a menos palabras, menos yerros.

358 La palabra verídica aventaja al silencio.

359 ... pues quien sabe hablar sabrá también callar oportunamente.
("Quien no sabe callar, tampoco sabe hablar".)

364 El rey y la ley son hermanos, no subsiste el uno sin la otra.

365 No habites en ciudad donde no hay rey respetado, juez justo, médico sabio, mercado establecido y río navegable.

366 El rey es como un fuego: a distancia lo necesitas, y de cerca te abrasa.

367 Si el rey se te enfrenta, cercena tus palabras, pues serás vencido.

370 La amistad de un rey, aun cuando implique dignidad y honor, se asemeja a un monte elevado, abundante en sazonados frutos, pero también en animales feroces; su ascenso es duro, y la morada en él, aún más dura.

371 Ante la injusticia humana, apelamos al soberano; pero ante la injusticia de éste, ¿a quién apelaremos?
("Dios vela por tu vida y dará a cada uno según sus obras".)

376 La riqueza de un individuo es paliativo de sus defectos y hasta justifica su perfidia; pero la inteligencia del pobre es menos preciada, y su sabiduría se toma por necedad.

388 Y jamás devolví mal por mal. -¿Y por qué?, insistió el rey. -Porque si el agresor era una persona cualificada, sus razones serían incuestionables, y tendría yo que aguantarme, y, en caso contrario, no me preocuparía de la censura de cualquier ruin.
("El que te dañó o es más poderoso que tú, o más débil; si más débil, perdónale; si más poderoso, perdónate a ti mismo".)

393 Un espíritu bueno, un vecino amable, morada confortable y aseada indumentaria aseguran larga y venturosa existencia.

396 Un espíritu amable es principio y consumación: su principio, la sabiduría, y su consumación, la paz, pues a un espíritu tranquilo le aguarda la vida eterna y no le afectarán las vicisitudes de este mundo.

397 A un magnate le interrogaron por qué medios había logrado preponderancia sobre su pueblo, y él contestó: Con una constante hospitalidad, desprecio del calumniador y socorro a los pobres.

400 El hombre más grande es aquel que sobrepasa a todos en mansedumbre y sociabilidad.

403 Decía también: Si quieres que te aborrezcan, visita a menudo, y para aumentar el afecto, visita de tarde en tarde.

404 Que una milla de distancia no te retraiga de visitar a un enfermo; el doble, de pacificar a dos personas, y el triple, de rendir homenaje a tu Creador.

405 Guárdate del visiteo, causa de despego, como las lluvias, que demasiado persistentes molestan, y cuando escasean, se las implora con oraciones.

418 Sábete también que quien corrige al rudo e instruye al obtuso se asemeja al que melodia para los muertos o invoca a los ídolos.

419 En cambio, al cuerdo la menor admonición le basta; una sola palabra docta le impone en sus obligaciones y le ofrece los términos adecuados para sopesar unas cosas y otras.

422 Bueno es el perdón, y la fidelidad es ornamento de la persona, y la rectitud, la mejor de sus acompañantes.

426 La falsedad adolece de escasa consistencia.
"Los malvados difícilmente se corrigen, y el número de los necios es infinito".)

428... porque la inteligencia sin la moral no aprovecha, en tanto que la unión de ambas realza la comprensión y la actividad.

429 Si no fuera por la sensatez, no existiría diferencia entre los hombres; pero la preeminencia la determina la buena conducta (saber estar).

431 El discreto refleja gloria y bendición en su persona, honra en su casa, ornamento en sus amigos, prestigio en su familia, y se eleva o doblega cuando le place.

432 El discreto, aun cuando sea de humilde condición, tendrá acceso hasta el soberano, asiento entre los magnates, reunión con los príncipes; todos le alabarán, codiciarán su trato, tendrán en mucho su amistad, le temerán sus amigos y él será su mejor monitor y guía propio.

444 No contiendas con el iracundo, no sea que le hieras, ni admitas en tu sociedad a quienes solamente contienden por imponerse, ni te goces en la caída de tu enemigo, pues no sabes qué puede acarrearte.

447 No otorgues de una vez tu familiaridad; pon siempre la verdad ante ti: tendrás seguridad todos los días de tu vida y gozarás siempre de distinción.

454 Hijo mío, no comparezcas ante el rey cuando esté airado, ni ante un río desbordado.

456 Hijo mío, haz por conseguir una buena esposa y un buen amigo; la una te dará tranquilidad dentro y el otro, fuera.

475 Quien tolera la compañía del mentiroso es peor que él, pues el impío no reflexiona en lo que habla, ni se asienta el temor en sus palabras.

477 El inmerecido elogio produce tristeza más bien que alegría.

488 Tres cosas merecedoras de máxima compasión: 1ª, el entendido controlado por un inepto; 2ª, el hombre recto mandado por un perverso, y 3ª, el hombre noble dependiente de un ruin.

489 Dícese que uno vituperó en público a su amigo diciéndole: Me han asegurado que tú me difamaste. -¡Ay!, replicó el amigo, la compañía de los malvados induce a calumniar a los buenos.

493 No contestes al ignorante evidenciando su error, pues tu deseo de instruirle suscitará su odio contra ti

499 No es propio del sabio gozarse en la abundancia de riqueza, ni dolerse por la penuria, sino complacerse en su inteligencia y en sus anteriores buenas obras, pues confía en que nadie podrá despojarle, ni será responsable de las del prójimo.

507 ¿Quién será el más estimable de los hombres? -El que mira sin envidia la propiedad ajena.

508 ¿Qué es lo que hace amable la vida y destierra la tristeza? -La justa estimación de lo que al mundo debemos y el mundo nos debe.

517 Morir con resignación requiere una vida ejemplar.

524 Quien no se aflige por lo que no pudo conseguir, se asegura tranquilidad, mente imperturbable y longevidad.

529 ¿Quién es afortunado en sus negocios? -El que trueca lo perecedero por lo duradero.

530 Es tacha de este mundo que a nadie da lo que le convendría: o de más o de menos.

533 La indiferencia hacia este mundo trae quietud mental y descanso corporal; en cambio, el apego a lo terreno ocasiona desasosiego moral y perturbación física. Quien conoce la Providencia no teme privación ni zozobra por el sustento o de parte de los hombres.

535 Condición de todo humano corazón es la congoja por lo terreno, que tritura los huesos y consume el meollo.

566 La liberalidad para con otro te hace superior a él; la indiferencia, su igual; el respeto ha de ser recíproco, y los favores solicitados de alguien te rebajarán ante él.

567 Cuando uno decae en la riqueza, hasta los propios hijos ya no acatan sus palabras ni sus órdenes.

568 No estimes lo que te den y suponga rebajamiento y sonrojo, porque el menoscabo excede al provecho.

572 La interdependencia es indispensable; pero Dios haga que no necesites de la gente ruin.

574 Pide a Dios que no te sean indispensables los perversos; sería mal presagio.

598 Bastante tienes con ver al envidioso abatido por tu alegría y felicidad.

600 Quien alardea de lo que no posee, se imagina haber vencido a la naturaleza, como aquél que se tiñe el cabello, y a poco que éste crezca, le delata.

601 Bastante reproche es ver en otros los defectos que él no acierta a ver en sí, y censurar en los demás lo que él hace igualmente.

602 El trato con el malvado perjudica a la reputación y su fin es desastroso.

603 El compañero perverso es como una grave enfermedad difundida por todo el cuerpo; escudriña los defectos de su colega y encubre sus méritos.

614 Preguntaron al sabio: ¿Cuál es el peor mal? -Un vecino malo, respondió, porque, delante, te molestará y, ausente, hablará mal de ti y te denigrará.

617 Preguntaron al sabio: ¿Cómo se vengará uno de sus enemigos? -Aumentando las buenas cualidades propias.

620 Dijo el sabio: Cinco defectos caracterizan al necio y son: 1º irritación inmotivada, 2º benevolencia fuera de lugar, 3º vano esfuerzo corporal, 4º incapacidad para distinguir al amigo del enemigo y 5º revelación de secretos. Dos más podrían añadirse: precipitación en contestar y espíritu inquisitivo.

622 Dijo el sabio: El vacilante debe ser fortalecido y el orgulloso humillado

625 El arrogante en su propio concepto y autocomplacencia sobrevalora sus méritos; en eso consiste el orgullo.

626 ¿Qué es el orgullo? preguntaron al sabio, y contestó: Una locura de la que sus afectados no pueden liberarse.

628 Equiparar por igual a todos es una simpleza que no tiene remedio.

630 Dijo el sabio: Mira al inconstante en la amistad más bien como un enemigo y no te fíes jamás de su afecto.

631 Dijo el sabio: Si tienes con tu amigo una honrosa atención y él no corresponde lo prudente es abandonarle.

634 La compañía de un amigo sazona la comida y la de un enemigo la hace nauseabunda.

635 El charlatán se atrae el desvío de todos.

636 Un rey grabó en su anillo: Te has hecho pesado, vete. Y lo exhibía a los visitantes intrusos.

638 Cuando el entrometido te importune con sus preguntas hazte el sordo y el ciego.

641 El que te trata con obstinación acabará por apartarse y aborrecerte.

642 No porfíes con el iracundo porque le irritarás y resultarás culpable, ni te asocies con dos que discuten solamente para vencer.

644 ¿Has intentado alguna vez vencer a un malvado? -Sí, contestó. Y él replicó: No lo pretendas, porque serías peor que él.

645 Dijo el sabio: Ocho clases de personas hay que si incurren en vituperio, a sí mismas únicamente deben culparse: 1º quien va a un banquete sin haber sido invitado, 2º quien toma el mando en una casa estando presente el amo, 3º quien busca el respeto de un enemigo, 4º quien solicita un favor del tacaño, 5º quien se entromete en los asuntos de otros sin haber sido requerido, 6º quien menosprecia al rey, 7º quien se arroga un puesto que no le compete y 8º quien habla a quien no le escucha.

646 El escarnio ahuyenta el respeto.

647 El burlador debe ser despreciado y el charlatán se delata a sí mismo.

649 La deliberación con garantía de éxito es preferible a la precipitación con probabilidad de fracaso.

650 La veracidad es el fruto de la piedad, el incesante trabajo de la codicia; la circunspección es torre de fortaleza; y la precipitación fuente de sinsabores.

651 Preguntado un magnate cómo había alcanzado su honrosa posición: Por la veracidad, la lealtad, la renuncia a la opresión y no exigiendo superfluidades.

652 El ápice de la sensatez es el silencio; el colmo de la discreción, la humildad; pero el charlatán se pone en evidencia.


Selección de Perlas, Selomó Ibn Gabirol
Biblioteca Nueva Sefarad






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