February 06, 2018

POR UN COMERCIO MUNDIAL ÉTICO A LO CHRISTIAN FELBER

Es otro intento de legitimar con aparente ciencia sus intereses y deslegitimizar los intereses de los demás diciendo que no están basadas en ciencia. “Lo que yo digo es la verdad y lo que tú dices es una tontería”. “Lo que tú dices es populismo y lo que yo digo es serio”. “Lo que tú dices no está probado y lo que yo digo es ciencia”. Pero hay que hacer que calen esas calificaciones, y en vez de discutir sobre el argumento, si queremos anteponer el derecho al comercio a los derechos humanos, que es lo que habría que debatir, se desvían diciendo que la posición del resto no es científica. Entonces ya no hablamos de esto y entramos en una guerra de calificaciones, y esta guerra solo sirve para desviarnos del debate, porque todo el mundo está de acuerdo en que LOS DERECHOS HUMANOS son más importantes que un incremento del comercio.


¿Qué es más importante? ¿El capital o LA PERSONA? Las constituciones dicen que el capital es un medio y las personas son un fin en sí mismo, por su dignidad, y otorgar mayores derechos al capital que a las personas es una violación estructural de la dignidad y los derechos humanos y tendría que ser ilegal, pero como se oculta bajo el título de liberalismo, ¿quién se opone a la libertad? Si preguntaras a las personas qué es más importante, si la libre circulación de personas o la libre circulación de capital, creo que el 90 % decidiría que es más importante la libre circulación de personas. 

En cuanto a la teoría sobre el comercio, sí, pero al menos en el espacio germanohablante había debates estratégicos en los medios principales en los que economistas se pronunciaban a favor de la teoría de Ricardo, como si el estado de las cosas de su época fuera el mismo de ahora. Volvieron al inicio del debate para legitimar esa hegemonía liberal, que es siempre una lucha retórica para legitimar el actual sistema, no ciencia.


Creo que con la protesta no es suficiente. Mi conclusión particular es que hace falta otra ciencia, por un lado, pero lo más importante es OTRA FORMA DE DEMOCRACIA. Sin que tengamos otras herramientas democráticas no vamos a poder cambiar las pautas del comercio internacional. Por eso proponemos unas asambleas democráticas, donde se debatan las diez o veinte preguntas clave para el comercio internacional y que de estos procesos cuajen las constituciones, esto sería un nuevo mandato para la política internacional.


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