January 25, 2014

QUÉ NOS HIZO PERDER EL DONAIRE Y LA CARNE DE HIJOS PREFERIDOS DE DIOS

Voy-de-culo-estos-días-porque-me-he-dado-cuenta-de-que-no-hay salvación en esta vida ni en la otra, tú siempre sigues la bandera del Santuario de la Victoria, vamos recogiendo el último sol de la tarde, esta gente cerrada de la Vega del Jarama no tiene ni perros, en esa corrala de Salvanés huele a Pitas Pitas, la vida está constituida de momentos espectaculares que se viven, suena el timbal de que viene el orden de Almanzor, cómo he de entender el pasado y la historia, yo no soy de los inmortales pero dónde se fue tu ser tan dulce y espabilado de los ocho años, por cuál lo trocaste ahora en este impávido desmocional que sabe tan poco, dónde quedó el ser gracil tocado por lo divino y lo sentido, todos se hicieron perros con collar dentro de una hilera de coches camino del infierno, dónde quedaron los aires de libertad y alegría de ese español en tierras extrañas e inaccesibles, qué cosa esperpéntica nos hizo perder el donaire y la carne de hijos preferidos de Dios.

Un virus alienígena se nos había metido dentro del cuerpo, el mismo dinero era la principal vitamina más que la persona amorosa, palabras que desaparecerían del vocabulario, la amargura y la desconfianza eran el síntoma general, símbolos de muerte como salvavidas se exhibían a modo de ejemplo en nuestros balcones, niños inmortales y vírgenes poderosas porque la señal milagrosa era femenina, tenía que escapar de la ciudad y del sistema para elaborar la estrategia de recuperar el ser mejor que fui, el mejor natural sin consideraciones y el libre niño colibrí que querían ahora esos brutos desplumar.

Dónde están esos paisajes que nos hacen ser especiales, la gente bien no va a un Kebab ni a un griego aunque vaya a un mexicano y frecuente un tailandés y un japonés y el arte de la comida puede aún salvarnos pero el vino es industrial-soporífero-caro-y malo.

Hay que tener cuidado en qué se suelta el dinero, no se puede enriquecer a esos curas que se gastan el dinero en reformar los templos y en dejarlos peor de como estaban, esto es parte de la crisis que es la transformación aséptica de los templos, cuando tengo una pesadilla me cambio la camiseta del pijama, está la gente del supermercado con ganas de gresca, en Madrid la mantequilla que sea asturiana y el vino que no sea francés, el joven debe hacerse a la economía, como unas tijeras que caen en punta en Oporto no hay manera de ir como un primor por la vida, el alta mar mediterráneo sabe a barritas de piñones y cuando suena un pito en la calle me levanto del lecho.

Mía es la mujer de Nomadejado, no mi novia no tenía mastitis ni mi pene era mayor que el de un mastodonte, mi clienta era como una ratita suiza, ese cliente como un obispo suizo, ya no hay clientes como Marcello Mastroianni y Claude Mauriac, ese hacendoso llevaba barba de brocal, La Mata Hari y el casto Matador y la general masturbation de todos, San José no pegaba al niño a mansalva, no lo veía como un enemigo-y adversario-siervo del Diablo sino como alguien a quien cuidar Jesús y hay una cosa de la que yo disfruto mucho que es viendo a mi hijo sacando al conejo de la jaula.

La apariencia no es para siempre pero tampoco la conservamos en gracia dándonos cuenta de que siempre debemos estar en ella así con dejación a la natural tendencia, no aguanto esos perfúmenes de la reina de la piruleta y de la infanta Cristina, la bella puede ser hija del Demonio, yo les enseñaré a los inmigrantes humildad y en la Biblioteca Vaticana tienen la miniatura de la Vida de Matilda que era lo peor de las cualidades femeninas.

No me gustaría ser pintor de un Studio Rojo, cómo va mi hijo a andar entre la locura del intercambiador de autobuses, subiendo al Teide por la presión a las doce en punto me saltó el reloj de mi hermana que es como estar en el paisaje espacial de los ángeles sin escafandra, como afortunado comeré al mediodía en el Matrix Rodilla, los autobuses de la Sierra Pobre huelen a pienso-heno-orín de conejo blanco, que en lo que tu seas sea en lo mejor y los jubilados de Alcobendas parecen turistas belgas.

El francés sonó como alemán cuando invadieron la península ibérica, la duda propia de la negación de lo que voy a acometer me hiela los huesos y los mexicanos podrán tener pistolas estadounidenses pero sin silenciador que sería el máximo histerismo del pecador de la ira Maxim Hiram Percy.

Los dientes suelen ser duros, 
la dentista me chorreó hasta la camisa,
boca sucia,
libido floja.

Ese perfume de mujer a olor de cogoño escozoso, no podemos alzar la cabeza al salir por el lateral de la Castellana porque ellas nos la meten entre las piernas de su tiempo del Bernabéu, esa directora del banco Banesto-Santander que dice se caga en san Pedro, esos pantalones del joven huelen a mbulu-ngulu pizza y no soportó el joven con su medio digital verme oír pasar página en el vagón del tren.

En Medellín las chicas indígenas son muy guapas y la Merkel lo que quiere es hacer la mediatización del sur de Europa.

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