January 08, 2014

EL GRAN HERMANO 1984-2000

En la novela de Orwell 1984, se apunta ya lo que sería el Gran Hermano como inspirador y alentador de la globalización y, la nueva esclavitud del hombre. La narración describe cómo la máquina y el Estado triunfaría sobre el hombre individual. Pero Orwell se quedó corto en su pronóstico.

Cuando estamos finalizando el año 2000, el panorama no puede ser más desalentador, sin dejarnos dominar por un pesimismo enfermizo. Se puede afirmar, sin temor a equivocarnos, que la cultura actual tiene como nombre economía. Todo, incluso el hombre, son medios al servicio del poder del dinero. Los conceptos se han invertido de tal forma que fines y medios han perdido su verdadero significado, con el aplauso de los que se consideran intelectuales de lo social.

Marxismo y liberalismo son los extremos de la cuerda. Si, por un lado, prevalece el intervencionismo estatal, se deterioran el estímulo personal y el crecimiento. Cuando el Estado liberaliza todo y declina la gestión en manos de la sociedad, su razón de ser se reduce y minimiza teniendo como únicos fines un arbitraje escasamente controlador, aunque sí recaudador.

Marxismo y capitalismo son igualmente materialistas, y sus efectos, comunismo y consumismo, son dos extremos igualmente perniciosos para el hombre. El ismo predominante atiende las cifras macroeconómicas y proclama que tocamos a jamón per capita, olvidando que hay quienes consumen gran número de ellos y el resto, o no lo prueban, o a lo sumo, degustan una fina loncha. El capitalismo -que es el auténtico nombre del liberalismo- al grito de ¡sálvese el que pueda! se dedica a fomentar la guerra de la producción y el consumo, de la oferta y la demanda, de forma que viene a cumplirse la profecía de J. Smith, padre de la ciencia económica. En su libro Economía y principios morales, el autor afirma que el liberalismo lleva en sus entrañas el cáncer que lo destruye: el desmesurado afán de lucro.

Occidente queda dividido en dos grandes bloques, y es uno de ellos Europa, como hija bastarda de EE.UU. El tercer y cuarto mundo ahí están, en aumento y amenazantes. Dólar y petróleo se han convertido en las manos poderosas del Gran Hermano. Las Bolsas, árbitro de la economía, pierden objetividad al ser manipuladas por la poderosa influencia de trusts y lobbies. El Gran Hermano se está quedando sin clientes y hay voces autorizadas lanzando avisos de que la recesión está servida.

Los graves efectos del sistema reinante no han tocado fondo, mientras hombre, democracia, trabajo y principios morales están resultando ser meras palabras.


Ángel Baón Ramírez

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