July 26, 2013

GENERAL PRIMA-VERA-NO DE LOS DOS-TRES MIL RAYOS DE MADRID

Tengo muchos problemas, los dejaré en manos de la Virgen, y que se rompa por donde se tenga que romper.

Antes de que llegue la barbarie y el hastío y el fastidio de todo tenemos diez años para cerrar las puertas luego la crisis empalmará con la vejez de todos.

Los organigramas de las empresas parecen derretirse como celdas de cubitos de hielos este verano y el organillo de los chotis oficinescos parecen cuajarse de cornadas de las novilladas a los empleados.

No pienses lo que no es ni digas lo que no debe ser pero el ímpetu que nos saque de la recesión y el estar a gusto tras salir de la crisis no es para viejos sino para jóvenes que se entreguen a trabajar a cambio de nada.

No quiero encontrarme con los folladores del metro follón que no respetan mi patio particular de macetas suizas en el vagón.

Los inexplicables problemas que tenían que sortear los pilotos de la primera guerra mundial eran atribuidos a unos seres pequeños, con el pelo ensortijado en rojo y verde, y con un sombrero alto y llamados gremlins, y la guardia civil los conoce muy bien en los accidentes de tráfico y los que van a rondar por los ministerios perdiendo los papeles, pero para la gente buena que lleva el tiempo y la oración y se persigna al volante como dice el obispo de Vic cuando se va de vacaciones ellos no están porque van con buenas intenciones y san Cristóbal y la Virgen del Carmen son quienes les protegen y si no te lo juego a una moneda.

Ni por oración, ni humildad ni amor voy a alcanzar la santidad ni creo con cuarenta de calor pueda pensar en todo esto, ni en ser militar ni en curar almas porque ya no hay guerras y todos son ya inteligentes e informados, pero menuda tontería queda en el mercado de la ciudad, y quiero pasar el balón adelante pero no sé dónde está el Cristamessi que valga la pena ni el Contador que lo merezca.

No me digas que la muerte nos iguala a todos, con la huella en internet permanecerán nuestras vidas, no serán breve bien, fácil viento, leve espuma, los ríos que van a dar a la mar y en este anhelo inagotable de eternidad y poder no será un sueño sino que permanecerán a los ojos de los siglos y de calado de día y el que nos busque nos encontrará pero qué chute habrá que darle a los cuerpos para que aumente el conocimiento.


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