November 15, 2017

HIJO, RECUERDA QUE RECIBISTE TUS BIENES EN TU VIDA, Y LÁZARO, A SU VEZ, MALES: POR ESO AHORA ÉL ES AQUÍ CONSOLADO, MIENTRAS QUE TÚ ERES ATORMENTADO

LA TRANSMIGRACIÓN DE LOS ESPÍRITUS PERO NO DE LAS ALMAS QUE SON PLACAS RADIOGRÁFICAS
Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se ahogó en el mar. Los que lo habían visto contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos.

EVANGELIZÓ:
El que había estado poseído por el demonio le pidió que le permitiese estar con él. Le dijo: "Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo porque ha tenido misericordia de ti". El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

¡Imaginémonos si Dios no dará el Espíritu a quienes -aun autistas como son- lo piden con apasionada insistencia! Dijo Jesús a sus discípulos: "Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielo dará cosas buenas a los que le piden!

Podemos afrontar con la oración el resentimiento que experimentamos, encomendando a quien nos ha hecho el mal a la misericordia de Dios: "Señor, te pido por él, te pido por ella". Después se descubre que esta lucha interior para perdonar purifica el mal y que la oración y el amor nos liberan de las cadenas interiores del rencor. Como nuestro Padre celestial, también nosotros nos convertimos en misericordiosos, porque a través del perdón vencemos el mal con el bien, transformamos el odio en amor y así hacemos que el mundo sea más limpio.
(papa Francisco)

Dame la humildad para pedir perdón cuando he hecho algún mal a otro, y el amor para reconciliarme con quienes tienen algo contra mí. La reconciliación es el clima habitual de quienes queremos ser discípulos tuyos.

Dios no perdona la infidelidad
La castiga con infelicidad

LA INVITACIÓN A LA CONVERSIÓN
La suciedad del corazón se quita con el hacer: realizar un camino distinto, otro camino que no es el del mal. ¡Aprender a hacer el bien!, es decir el camino de hacer el bien...
(papa Francisco)

No me hagas caso en esto: ayúdame a buscar ser el último, el que sirva a los demás, que es servirte a ti mismo. Lo demás, como tú quieras: siempre será lo mejor para mí hacer tu voluntad.


No comments:

Post a Comment