August 20, 2017

LOS CONSEJOS SABIOS DEL ECLESIÁSTICO

(la Iglesia no le da las armas del Eclesiástico a sus fieles a fin de que no sepan más que ellos)
(¿o de por qué no se lee la Biblia con sus buenos consejos?)


I


El amor de Dios es gloriosa sabiduría. Aquellos a quienes ella se manifiesta, ámanla luego que la ven, y que reconocen sus grandes obras.

Acepta gustoso todo cuanto te enviare, y en medio de los dolores sufre con constancia, y lleva con paciencia tu abatimiento. Pues al modo que en el fuego se prueba el oro y la plata, así los hombres aceptos a Dios se prueban en la fragua de la tribulación.

Confía en Dios, y él te sacará a salvo; y endereza tu camino, y espera en él; conserva su temor hasta el fin de tus días.

Hijo mío,
ten cuenta del tiempo,
empléalo bien,
y huye del mal.
No te avergüences
de decir la verdad,
cuando se trata de tu alma.

Pero por la justicia, pugna hasta el último aliento para bien de tu alma; combate por la justicia, hasta la muerte, porque Dios peleará por ti contra tus enemigos, y los arrollará.

La palabra dulce multiplica los amigos, aplaca a los enemigos; y la lengua graciosa vale mucho en un hombre virtuoso.

Fija tu atención en los preceptos de Dios, y medita continuamente sus mandamientos; y él te dará un corazón firme en el bien, y te cumplirá el deseo de la sabiduría.

No aborrezcas el trabajo aunque sea penoso, ni la labranza del campo instituida por el Altísimo.

Acuérdate de la ira y venganza de Dios, la cual no tardará.

Casa la hija, y dala a un hombre sensato, y habrás hecho un gran negocio.

Si tienes una mujer conforme a tu corazón, no la deseches; y no te entregues o cases con una que sea aborrecible.

La beneficencia parece bien a todo viviente; y ni a los muertos se la debes negar.

No dejes de consolar a los que lloran, y haz compañía a los afligidos. No se te haga pesado el visitar al enfermo, pues con tales medios se afirmará en ti la caridad.

En todas tus acciones acuérdate de tus postrimerías y nunca jamás pecarás.

Confía en Dios, y mantente en tu puesto porque el pecador pone asechanzas a la vida de sus hermanos.

Mira que seducido no te humilles neciamente ante el rico.

No te engrías cuando tu obra te salga bien: ni estés de plantón en tiempo de necesidad.

Hijo, conserva en la mansedumbre tu alma, y hónrala como ella merece.

No te prives de las ventajas de un buen día que Dios te concede; y del buen don o bien que te da el Señor no dejes perder ninguna parte.

A ninguno ha mandado obrar impíamente, y a ninguno ha dado un tiempo o permiso para pecar.

No te aconsejes con tontos; porque éstos no pueden amar sino aquello que a ellos les place.

Guárdate del hombre corrompido, pues está fraguando males: no sea que te cubra de perpetua infamia.

Si admites en tu casa al extranjero, idólatra y vicioso, te trastornará como un torbelino, y te despojará aun de lo tuyo.

(Nota de Jg: en lugar público hay pocos amigos, todos son enemigos encubiertos, envidiosos y resentidos, ten cuidado...)

Porque mejor es tener un solo hijo temeroso de Dios, que mil hijos malos. Y más cuenta tiene el morir sin hijos que dejar hijos malos.

Así como usa de misericordia, así también castiga: él juzga al hombre según sus obras.

Todos los pecadores juntos son como un montón de estopa para ser consumida con llamas de fuego.

El camino de los pecadores está bien enlosado y liso; pero va a parar en el infierno, en las tinieblas y en los tormentos.

Cuando el impío maldice al diablo, a sí mismo se maldice.

Habla con un dormido quien discurre de la sabiduría con un necio; el cual al fin del discurso suele decir: ¿Quién es éste?

Llora tú por el muerto, porque le faltó la luz; y llora por el fatuo o pecador, porque le falta el seso.

Con el necio no hables mucho


(continuará)

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