December 30, 2015

CONSOLACIÓN A APOLONIO DE PLUTARCO

Las palabras, pues, son médicos de un alma
enferma, cuando uno en el momento oportuno
alivia el corazón.

pues -se dice- que a muchos les sobrevienen por la tristeza la locura

y enfermedades incurables
y algunos se han suicidado a causa de la tristeza

Ciertamente, entre las cosas bien dichas, en calidad de consejo, está también ésta:

Que no sea tan grande el éxito
que te incite a ser demasiado orgulloso 
ni, si te acontece algún mal, al contrario, esclavo,
sino sé siempre tú mismo preservando tu propia
naturaleza firmemente, como el oro en el fuego

Pues es propio de hombres educados e inteligentes ser la misma persona ante lo que nos parece buena fortuna, y mantener con nobleza una postura apropiada frente a la adversidad.

mientras da vuelta la rueda, unas veces una parte
de llanta está arriba y otras veces la otra

Pues es necesario que el hombre mismo reconozca no solo que es mortal en su naturaleza, sino también que está destinado por la suerte a una vida mortal y a unos hechos que cambian con facilidad a lo contrario. En efecto, los cuerpos de los hombres son, en realidad mortales y efímeros, y mortales sus fortunas y padecimientos, y, en general, todo en su vida, de lo que

no es posible que un mortal pueda
huir ni escapar

De donde se desprende que tenía razón Demetrio Falereo, ya que, cuando Eurípides decía:

la felicidad no es estable sino efímera,

y que

pueden ser cosas pequeñas las que hagan fracasar y
un solo día derribó a unas cosas desde lo alto y a otras 
las elevó hacia arriba,

afirmaba que aquél decía bien todo lo demás, pero que hubiera sido mejor, si hubiera dicho no "un solo día", sino "un instante".

Y en otro lugar dice Píndaro:

¿Qué es el hombre?¿Qué no es?
Sueño de una sombra es el hombre.

Ya que es fácil a cada uno pensar por sí mismo éstas y otras cosas semejantes y escucharlas de otros hombres antiguos y sabios; el primero de los cuales es el divino Homero, que dice:

Nada más desgraciado que el hombre alimenta la tierra.
Pues nunca, dice, sufrirá mal alguno en el futuro,
mientras los dioses le proporcionen valor y sus miembros puedan moverse.
Pues precisamente cuando los dioses bienaventurados le envían desgracias,
también las soporta contra su voluntad, con ánimo sufrido.

Y, como dice Heráclito: "Es la misma cosa lo que vive y lo muerto, lo que está despierto y lo que duerme, lo joven y lo viejo". En realidad, esto va a parar a aquello y aquello de nuevo va a parar a esto. Pues, sí como de un mismo barro uno puede, modelando figuras de seres vivos, destruirlas, y modelarlas de nuevo y destruirlas, y hacer esto una y otra vez sin interrupción, del mismo modo también la naturaleza a partir de la misma materia, hace tiempo, hizo surgir a nuestros antepasados, después, a continuación de ellos, creó a nuestros padres, después a nosotros, después a otros hombres después de otros hombres en una acción circular sin fin.

Y quizá un imagen de esto sea el aire que nos rodea, que produce alternativamente el día y la noche, que trae la vida y la muerte, el sueño y la vigilia. Por ello se dice también que la vida es una deuda impuesta por el destino, para que sea pagado lo que tomaron prestado nuestros antepasados. Lo cual, sin duda, ha de ser pagado de buena gana y sin gemir, cuando el prestamista lo reclame.
Pues así tendríamos la ocasión de demostrar que somos almas verdaderamente nobles.

Creo también que la naturaleza, al ver la confusión y la brevedad de la vida, ha hecho incierto el día fijado para la muerte. En efecto así es mejor; pues si no lo conociéramos, algunos se consumirían por las penas antes de tiempo y estarían muertos antes de morir.

En efecto, si la muerte es, en verdad, un sueño y no hay mal alguno en aquellos que duermen, está claro que tampoco podrá haber mal alguno en los que mueren.

Un sueño el más profundo y dulce, muy parecido a la muerte
Y en otro lugar Homero dice lo mismo:
Allí se encontró con el Sueño, hermano de la Muerte

ya que
yo digo que el no haber nacido es igual a la muerte,
pues la condición después de la muerte es la misma que la de antes del nacimiento.

Y otra vez:

Los que murieron
no pensaban que era hermoso el vivir ni el morir,
sino el realizar hermosamente estas dos cosas

Y Eurípides habla muy bellamente de aquellos que soportan largas enfermedades:

Odio a aquellos que quieren alargar su vida
con alimentos, bebidas y encantamientos,
cambando el curso de la naturaleza para no morir
Sería necesario que ellos, cuando ya no sirvan a su tierra,
muriendo, se marchasen y no fueran un obstáculo para los jóvenes.
(Nota de Jorge: de la autonomía individual, de la necesidad de ser útiles, de lo que no tiene función social acaba muriendo...)

Porque, en general, cada uno debe pensar que, si examina con seriedad los hechos consigo mismo y con otro, la vida mejor no es la más larga sino la más activa. En efecto, no es alabado el que toca la cítara más veces o el que pronuncia mas discursos o el que pilota barcos con más frecuencia, sin el que hace mejor todas estas cosas, pues su perfección no se mide por su extensión en el tiempo, sino por su virtud y por su oportunidad temporal ciertamente esto ha sido considerado como algo que se debe a la buena fortuna y al favor de los dioses.

Observamos, en efecto, por todas partes que el puesto más elevado lo ocupa más un buena ocasión que una vejez feliz. Sin duda también entre los árboles son mejores los que producen en un corto espacio de tiempo mayores cosechas de frutos y entre los animales, aquellos de los que en un espacio de tiempo no largo obtenemos una mejor utilidad para nuestra vida. En verdad las palabras "largo"  "corto" (nota de Jg: de una vida) parece que no se diferencian en nada si las comparamos con la eternidad.
La medida de la vida, pues, es su perfección no la extensión de su tiempo (nota de jg: qué haremos para conjurar alargar la virtud con el tiempo?, movernos...)

Por ello, también con mucha razón, Platón parece que nos aconseja "mantener la calma en "tales" desgracias, ya que en ellas ni el mal ni el bien está claro (nta de jg: a veces una mala suerte, no es más que una prueba, y trae buena suerte...).

El no ser responsables de la propia desgracia, dice Crántor, es un consuelo no pequeño del infortunio, mas yo diría que es remedio, el más grande, para curar la pena. Pero el amor y el cariño por el que se ha marchado no consiste en afligirnos a nosotros mismos, sino en ser útiles al ser querido. Y la única utilidad que se puede ofrecer a los difuntos es el honor a través de un buen recuerdo.

Entre las inscripciones de Delfos dos son las más necesarias para la vida: "conócete a ti mismo" y nada en demasía".

Y Esquilo, el poeta trágico, dice:

Es propio de hombres justos y sabios,
incluso en las desgracias, no irritarse con los dioses.

Y Eurípides:

Cualquiera de los mortales que se somete a la necesidad
es un sabio entre nosotros y conoce los caminos de la divinidad.

Y en otros lugares:

Ente los mortales aquel que soporta bien su destino
me parece que es el mejor y el más sensato.

La divinidad no es para ti motivo de sufrimiento, sino tú mismo.

y tu necedad e insensatez a causa de tu falta de educación.

(nota de J: no obstante Plutarco en el escrito de consolación a Apolonio llega a no dar valor a la vida de un infante porque no sabemos de sus males futuros, la vida para destacar solo, dice mejor no haber nacido como el filósofo pesimista y nihilista Cioran, y solo ve sentido en el trabajo... parece un comunismo pero con la presencia de los dioses actuantes)

 Y termina:

El filósofo Platón ha hablado extensamente en su tratado Sobre el alma de su inmortalidad.

y de estas palabras yo concluyo, al reflexionar sobre ellas, lo siguiente: la muerte, según yo lo veo, resulta que no es sino la separación de dos cosas, el alma y el cuerpo, entre sí.

¿Pero el alma qué es, a dónde va, solo es entendimiento? Van a Plutón o a Zeus que es el Big Boss, allí van almas puras, almas sencillas...,almas manchadas y almas perversas al Tártaro. ¿Alma memoria de la Verdad?

Premio para las buenas obras/ castigo para las malas obras... y que no nos salpique alrededor cuando este juicio suceda en un día cualquiera en que se determina el fin del mundo para un individuo por parte de esos dioses. Porque como una sombra desciende del Olimpo la muerte cuando Dios lo quiere y la Virgen no protege que es la que consigue hasta lo que Él no quiere.





Moralia, Plutarco

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