October 29, 2013

LA LEY DEL AZAR III: LA LEY DE BALTASAR GRACIÁN FRENTE A LA LEY DE MURPHY

Le eché la culpa a Dios y a Jesús de todo lo malo que dejara me aconteciera y me precipitara en el abismo, de atrofiar su doctrina mi juicio crítico y mi buen gusto, de no combatir la maldad del mundo y hasta de amar sin criterios humanos hasta que dí con el oráculo manual de Baltasar Gracián. Ahora sabido este librito no puedo caer en los mismos errores y dar forma a mi personalidad aunque no sea de verdadero hombre cristiano y perdido para el mundo.

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MANEJAR LOS ASUNTOS CON EXPECTACIÓN: Los aciertos adquieren valor por la admiración que provoca la novedad. No descubrirse inmediatamente produce curiosidad. El misterio en todo./ NO APASIONARSE: No hay mayor señorío que el de sí mismo, de las propias pasiones. Es el triunfo de la voluntad./ FORTUNA Y FAMA: Lo que tiene de inconstante la una, tiene de firme la otra. La primera sirve para vivir, la segunda para después; aquella actúa contra la envidia, ésta contra el olvido. La fortuna se desea, y a veces uno mismo se ayuda a conseguirla; la fama solo se obtiene por esfuerzo propio./ OBRAR CON INTENCIÓN, CON PRIMERA Y CON SEGUNDA INTENCIÓN: La vida del hombre es milicia contra la malicia del hombre./ EL FONDO Y LA FORMA: Los malos modos todo lo corrompen. Los buenos todo lo remedian: doran el no, endulzan la verdad y hermosean la misma vejez. En las cosas tiene gran parte el cómo. Lo más estimado en la vida es un comportamiento cortés. Hablar y portarse de buen modo resuelve cualquier situación difícil./ VARIAR DE ESTILO AL ACTUAR: El jugador nunca mueve la pieza que el contrario espera, y menos aún la que desea./ APLICACIÓN Y CAPACIDAD: La reputación se compra con trabajo: poco vale lo que poco cuesta. Incluso para las más altas ocupaciones se deseó en algunos la aplicación./ EL ARTE DE LA SUERTE: Pero, si bien se piensa, no hay otro camino sino el de la virtud y la prudencia, porque no hay más buena ni mala suerte que la prudencia o la imprudencia./ SER HOMBRE DE AGRADABLE Y JUGOSA CONVERSACIÓN: Más les valió a algunos la sabiduría que se comunica en el trato social que todos los conocimientos académicos./ NO TENER UN DEFECTO: El buen sentido de los demás sufre porque a veces un sublime conjunto de buenas cualidades tiene un mínimo defecto: basta una nube para eclipsar a todo un sol./ NO SER VULGAR EN NADA: El vulgo admira la necedad y rechaza el consejo excelente./ TENER ENTEREZA: Hay que estar siempre de parte de la razón. Ella no tiene reparos en oponerse a la amistad, al poder e incluso a la propia conveniencia. El hombre constante juzga como traición el disimulo y valora más la tenacidad que la sagacidad; está al lado de la verdad, y si se aparta de los demás no es por inconstancia suya, sino porque ellos dejaron la verdad primero./ NO DEDICARSE A OCUPACIONES DESACREDITADAS: Las sectas del capricho son muchas y el hombre cuerdo debe huir de todas ellas. Mucho menos en aquellas ocupaciones que hacen ridículos a los que las practican./ CONOCER A LOS AFORTUNADOS, PARA ESCOGERLOS, Y A LOS DESDICHADOS, PARA RECHAZARLOS (Nota de Jorge: esto no es cristiano): La mala suerte es culpa de la estupidez. El mejor truco en el juego es saber descartarse. En la duda lo mejor es acercarse a los sabios y prudentes, pues tarde o temprano dan con la buena suerte./ TENER FAMA DE COMPLACIENTE: Ésta es la ventaja de mandar: poder hacer más bien que todos los demás. Son amigos los que hacen amistosos favores./ SABER APARTARSE: Es una gran lección de la vida el saber negar, pero lo es mayor el negarse uno mismo, tanto en los negocios como en el trato personal. Peor es ocuparse de lo inútil que no hacer nada. Para ser prudente no basta no ser entrometido: Hay que procurar que no te entrometan. No se puede ser tan de los otros que uno no sea de sí mismo. Incluso de los amigos no se debe abusar, ni querer más de ellos de lo que den. Se debe mantener la libertad en la apasionada inclinación por lo selecto y no pecar nunca contra el propio buen gusto./ TANTEAR SU SUERTE: Es un gran arte saber gobernar la suerte, esperándola (pues también cabe la espera en ella) u obteniéndola (pues tiene turno favorable y oportuno). Quien la encontró favorable, prosiga con atrevimiento, pues suele apasionarse por los audaces y, como mujer deslumbrante que es, por los jóvenes. Quien la domina debe seguir adelante./ CONOCER CUÁNDO LAS COSAS ESTÁN EN SU PUNTO, EN SU SAZÓN, Y SABERLAS DISFRUTAR: Gozar de cada cosa en su plenitud es propio de un gusto excelente./ DON DE GENTES: Algo tiene de buena estrella, y más de diligencia. Para la benevolencia se necesita la beneficencia: hacer el bien con las dos manos, tener buenas palabras y mejores obras, amar para ser amado. La cortesía es el mayor embrujo político de los grandes personajes./ NUNCA PERDERSE EL RESPETO A SÍ MISMO: Es mejor que ni siquiera se familiarice consigo mismo a solas./ SABER ELEGIR: Se necesita buen gusto y un juicio rectísimo, pues no son suficientes el estudio y la inteligencia./ NUNCA PERDER LA COMPOSTURA: Las pasiones son los humores del ánimo; cualquier exceso en ellas perjudica a la prudencia. Uno debe ser tan gran dueño de sí que ni en la mayor prosperidad ni en la mayor adversidad nadie pueda criticarle por haber perdido la compostura. Así será admirado como superior./ SER DILIGENTE E INTELIGENTE: La diligencia hace con rapidez lo que la inteligencia ha pensado con calma./ TENER VALOR Y PRUDENCIA: con el valor no hay bromas. Si se cede en lo primero, también habrá que ceder en lo segundo, y así hasta el final. El valor del ánimo es superior al del cuerpo./ SABER ESPERAR: Hay que caminar por los espacios abiertos del tiempo hasta el centro de la ocasión oportuna./ AHORRARSE DISGUSTOS: No hay que dar malas noticias, y menos aún recibirlas, deben tener prohibida la entrada, a no ser la del remedio. Tampoco se debe conservar la regla de, por querer agradar a otro una vez, por allegado que sea, causarse a sí mismo un disgusto para toda la vida. Nunca se debe pecar contra la propia felicidad por complacer al que aconseja y permanece ajeno. Más vale que el otro se disguste ahora que no tú después y sin remedio./ CUIDADO PARA QUE SALGAN BIEN LAS COSAS: El que vence no necesita dar explicaciones. Sino los buenos o malos resultados. Por eso nunca se pierde reputación cuando se consigue lo deseado. Todo lo dora un buen final, aunque lo contradigan los medios desacertados. La regla es ir contra las reglas cuando no se puede conseguir de otro modo un resultado feliz./ ELEGIR UN MODELO ELEVADO, MÁS PARA SUPERARLO QUE PARA IMITARLO: Propóngase como modelo, cada uno en su ocupación, a los de más mérito, no tanto para seguirlos como para adelantarlos./ SABER VALERSE DE LOS ENEMIGOS: Al hombre sabio le son más útiles sus enemigos que al necio sus amigos. A muchos sus enemigos les fabricaron su grandeza. El prudente hace espejo de la ojeriza ajena./ NO SERVIR DE COMODÍN: El único remedio de todo lo extremado es guardar equilibrio en el lucimiento: la perfección debe ser máxima, pero la ostentación moderada. Cuanto más luce una antorcha, más se consume y menos dura. Una exhibición limitada se premia con una mayor estima./ CULTURA Y REFINAMIENTO: No solo debe ser refinada la inteligencia, sino también la voluntad y más aún la conversación. Y a veces sus buenas cualidades las deslucieron con una intolerable y bárbara falta de refinamiento./ TRATAR SIEMPRE CON GENTES DE PRINCIPIOS: Su misma honradez es la mayor seguridad de su trato. No hay buenas relaciones con la ruindad porque carece de virtud. Debe rechazarse al hombre sin honra: quien no la estima no estima la virtud. La honra es el trono de la rectitud./ NUNCA HABLAR DE SÍ: O se debe alabar (es vanidad) o se debe criticar (es limitación). Es falta de cordura en quien habla y castigo para los que oyen./ GANAR FAMA DE CORTÉS: La cortesía es la parte principal de la educación, es un tipo de hechizo. Gana la aceptación de todos. Si ésta nace de la soberbia es aborrecible, y si de la grosería es despreciable. La galantería y la honra tienen esta ventaja: las dos se quedan, la galantería en quien la usa y la honra en quien la hace./ NO CONVERTIR EN OCUPACIÓN LO QUE NO LO ES: Es hacer las cosas al revés tomar a pechos lo que se debe echar a la espalda. No es la peor regla del vivir el dejar estar las cosas./ SEÑORÍO AL HABLAR Y AL ACTUAR: Con él uno se hace sitio en todas partes y gana respeto de antemano. Influye en todo: en conversar, en hablar en público, hasta en caminar y mirar, en la voluntad. Sí está en la digna autoridad de un carácter superior y en sus méritos./ HOMBRE SIN AFECTACIÓN: La afectación es enfadosa para los demás y penosa para el que la sustenta, pues vive mártir del cuidado y se atormenta con el desvelo. Y todo lo natural fue siempre más grato que lo artificial. Es dos veces eminente el que guarda todas sus perfecciones en sí mismo y no en la estima./ ENCUBRIR LA NECEDAD: Debe ser una excepción de la amistad el no contar los defectos y, si se pudiese, ni siquiera a uno mismo. Puede valer aquí otra regla de vivir: saber olvidar./ CARISMA EN TODO: El carisma lo es de las mismas perfecciones: se alaba hasta en el pensamiento. Es sobre todo un don natural. Un despejo. Un no sé qué. Supera al valor, a la discreción, a la prudencia y a la misma majestad. Es un práctico atajo para solucionar los negocios y una delicada salida de todo aprieto./ GRANDEZA DE ÁNIMO: Realza el gusto, engrandece el corazón, eleva el pensamiento, ennoblece la condición y confiere dignidad./ EL ARTE DE DEJAR ESTAR LAS COSAS: Especialmente cuanto más revuelto esté el mar popular o el de los allegados. Lo más cuerdo es retirarse al seguro puerto de dejar estar las cosas. Allí hay que dejar hacer a la naturaleza y aquí a la moral. Pues a veces el arte consiste en no aplicar remedios. El modo de sosegar los groseros torbellinos debe ser dejarlos de la mano y esperar la calma. Sino dejando la fuente manar. No hay mejor remedio para los desconciertos que dejarlos correr, pues caen por su propio peso./ NO DESCUBRIR EL DEDO MALO: Pues recibirá todos los golpes. No hay que quejarse de él, porque la malicia siempre hiere donde más duele, en la parte más débil. Por eso no se debe descubrir ni lo que más mortifica ni lo que más vivifica; lo primero para que termine y lo segundo para que dure./ POSEER EL ARTE DE CONVERSAR: Si la prudencia es necesaria para escribir una carta, que es una conversación pensada de antemano y por escrito, mucho más en la conversación ordinaria donde uno se examina de discreción de modo precipitado./ SABER DESVIAR A OTRO LOS MALES: Tener en quien recaiga la crítica por los desaciertos y el popular castigo de la murmuración no obedece a incapacidad, sino a depurada destreza. No todo puede salir bien ni se puede contentar a todos. Debe haber un testaferro, blanco de los errores por su propia ambición ilegítima./ SABER VENDER SUS COSAS: Reservar algo sólo para entendidos. La exclusión avivará el deseo. Todos acuden a lo excepcional por ser más apetecible para el gusto y la inteligencia./ PENSAR POR ADELANTADO: La mayor fortuna se hace con horas de previsión. Para los prevenidos no hay malas contingencias ni para los preparados hay aprietos. El razonamiento no debe retrasarse hasta la ocasión crítica sino que debe anticiparse. Toda la vida debe consistir en pensar para acertar el rumbo. La prevención y el pensamiento cuidadoso son un buen recurso para vivir adelantado./ NO ACOMPAÑARSE NUNCA DE ALGUIEN QUE LE PUEDA DESLUCIR, PORQUE SEA SUPERIOR O INFERIOR: Si le llegara algo de la estima, serán solo las sobras. Nunca se debe acercar uno a quien le eclipse, sino a quien le haga destacar. Tampoco hay que correr peligros por malas compañías, ni honrar a otros a costa de su reputación./ NI CREER NI QUERER FÁCILMENTE: Un autor dice que también es un tipo de imprudencia querer con facilidad./ ARTE AL APASIONARSE: Darse cuenta de que uno se apasiona. Pues lo más difícil de correr está en detenerse. Es una gran prueba para el buen juicio conservarse cuerdo en los accesos de cólera que pueden llevar a la locura. Para saber enmendar una pasión es necesario ir siempre con la rienda en la mano./ ELEGIR A LOS AMIGOS: Algunos son entrometidos y la mayoría casuales. Hay amistades legítimas y otras adulterinas; éstas sirven para disfrutar y aquéllas para tener muchos aciertos. Es más útil el buen entendimiento de un amigo que muchas buenas voluntades de otros. Por eso es mejor que haya elección y no suerte. Un sabio sabe evitar problemas, pero el amigo necio los atrae./ NO ENGAÑARSE SOBRE LA CONDICIÓN DE LAS PERSONAS: Hay diferencia entre entender las cosas y conocer a las personas. Tan necesario como haber estudiado los libros es conocer la condición de las personas./ SABER VALERSE DE LOS AMIGOS: No sólo hay que procurar obtener placer de los amigos, sino utilidad. Unidad, bondad y verdad, pues el amigo es todas las cosas. La amistad multiplica los bienes y reparte los males. Ella es el único remedio contra la suerte adversa y es un desahogo del alma./ SABER SUFRIR A LOS NECIOS: El que no tenga ánimo para sufrir es mejor que se retire a sí mismo, si es que a sí mismo se puede tolerar./ HABLAR CON PRUDENCIA: Con los competidores por cautela. Hay que hablar como en los testamentos cuantas menos palabras, menos pleitos. El secreto parece algo divino. El que habla con facilidad está cerca de ser vencido y convencido./ SABER VENCER LA ENVIDIA Y LA MALEVOLENCIA: No hay venganza más insigne que los méritos y cualidades que vencen y atormentan a la envidia. Cada éxito es aumentar el tormento del envidioso. Para el competidor es un infierno la gloria del otro./ DIVULGAR ALGUNAS COSAS: Para valorar la aceptación, para ver cómo se reciben. Así se tantean las voluntades y el prudente sabe qué terreno pisa./ TENER JUEGO LIMPIO: Cada uno debe actuar como quien es y no como le obligan. Se debe pelear no sólo para vencer con el poder, sino también con la decencia./ SABER DISTINGUIR AL HOMBRE DE PALABRAS DEL HOMBRE DE HECHOS: Los presuntuosos se satisfacen con viento. Las palabras deben ir acompañadas de hechos y así tener valor./ NO CONVERTIRSE EN UN MONSTRUO DE ESTUPIDEZ: Todos son monstruos de la impertinencia./ ES MÁS IMPORTANTE NO ERRAR NI UNA VEZ QUE ACERTAR CIEN VECES: La censura popular no tendrá en cuenta las veces que se acierte, sino las que se falle. Los malos son más conocidos, por murmuraciones, que los buenos, por aplausos. Convénzase todo el mundo de que todos los fallos le serán imputados por la malevolencia, pero ningún acierto./ TENER RESERVAS EN TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS: Se asegura así lo importante. No se debe emplear toda la capacidad ni se debe usar toda la fuerza cada vez./ NO MALGASTAR LOS APOYOS: Más importante que mantener las posesiones es saber conservar y retener a las personas./ EVITAR FAMILIARIDADES EN EL TRATO: No es conveniente allanarse con nadie: con los superiores por el peligro, con los inferiores por la indecencia; con la gente vulgar menos aún pues es atrevida y necia y piensa que es una obligación lo que en realidad es un favor. La facilidad excesiva es un tipo de vulgaridad./ CREER AL CORAZÓN: Es un oráculo personal. No es prudente salir a buscar males, pero sí lo es salirles al encuentro para vencerlos./ LA RESERVA ES LA MARCA DE LA INTELIGENCIA: Un pecho sin secreto es una carta abierta. La reserva procede de un gran autocontrol. Vencerse en esto es triunfar de verdad. La verdadera prudencia está en la templanza interior. Los riesgos de la reserva son la prueba ajena, llevar la contraria para sonsacar, hacer insinuaciones para hacer saltar al más recatado prudente./ SIN MENTIR, NO DECIR TODAS LAS VERDADES: No se pueden decir todas las verdades: unas porque me afectan a mí y otras a los demás./ UN POCO DE AUDACIA CON TODOS ES UNA IMPORTANTE PRUDENCIA: Hay que moderar la idea que se tiene de los demás para no elevarlos tanto que se les tema. Cada uno tiene su pero, unos en la inteligencia y otros en el carácter. La dignidad proporciona una autoridad aparente que casi nunca va acompañada de autoridad personal. Si a la simplicidad le valió la confianza en sí misma, ¡mucho más a la valía y al saber!/ NO SER TESTARUDO: Eso no es defender la verdad sino la grosería. Cuando el capricho y la obstinación se juntan, se casan indisolublemente con la necedad. El tesón debe estar en la voluntad y no en la opinión./ HACER UNO MISMO TODO LO QUE AGRADA A LOS DEMÁS; POR TERCEROS LO QUE LES DISGUSTA: Así se ganan apoyos y se evita la malevolencia. El bien debe influir directamente y el mal de forma indirecta./ VALERSE DE LA PRIVACIÓN AJENA: Si se convierte en deseo es el incentivo más eficaz. Los filósofos no tuvieron en nada a la privación, pero para los políticos fue el todo. Algunos convierten el deseo de otros en un peldaño para alcanzar sus fines. Se valen del mal momento y excitan el deseo con la dificultad de alcanzarlo. Esperan más de la pasión impulsiva que de la pacífica posesión. Cuanto más aumenta la resistencia más se encona el deseo. Es una gran habilidad conservar la dependencia de los demás para conseguir lo que uno quiere./ UN HOMBRE PACÍFICO TIENE LARGA VIDA: Hay que oír, ver y callar. Un día sin discusión es una noche de sueño. Lo tiene todo quien no se preocupa de lo que no le importa./ NO RELACIONARSE NUNCA CON NECIOS: Quien no los reconoce lo es, especialmente si, una vez conocidos, no los rechaza. Para un trato superficial son peligrosos y para las confidencias dañinos. Siempre cometen la necedad o la dicen, aunque su recelo y el cuidado de los demás los contengan un tiempo; si tardan es para que la necedad sea mayor. Quien no tiene reputación no puede mejorar la ajena. La necedad lleva aparejada la suma infelicidad. Ambas con contagiosas./ GANAR LA ESTIMA CON PRUDENCIA: Inteligencia con méritos. El verdadero camino de la estima consiste en partes iguales de méritos y saberse presentar./ TONTOS SON TODOS LOS QUE LO PARECEN Y LA MITAD DE LOS QUE NO LO PARECEN: La necedad se ha apoderado del mundo. Sabe quien piensa que no sabe, no ve quien no ve que los otros ven./ HAY QUE COMENZAR LO FÁCIL COMO SI FUERA DIFÍCIL Y LO DIFÍCIL COMO SI FUERA FÁCIL: Para no confiarse ni desanimarse./ SABER UTILIZAR EL DESPRECIO: El secreto para obtener las cosas es despreciarlas. Todas las cosas son sólo una sombra de las celestiales. Su propiedad tiene también algo de sombra: huye del que la sigue y persigue a quien la rehuye. El desprecio es también la más hábil venganza. No hay venganza como el olvido: así quedan sepultados en el polvo de su nada. Para acabar con la murmuración hay que ignorarla: refutarla perjudica y ofenderse desacredita. Frente a la envidia, satisfacción./ SABER QUE HAY GENTE VULGAR EN TODAS PARTES: Cada uno lo experimenta hasta dentro de su casa. Lo peor es que la gente vulgar está también en las clases superiores. Dice tonterías y critica con impertinencia. Es fiel discípulo de la ignorancia, madrina de la necedad y aliada de la mentira. No hay que preocuparse por lo que dice y mucho menos por lo que piensa. Es importante conocerla para librarse de su trato y su influencia. Cualquier necedad es una vulgaridad y la gente vulgar se compone de necios./ TENER AUTOCONTROL: Se mueve con cuidado quien presiente el peligro./ NO PADECER LA ENFERMEDAD DEL NECIO: Es necio el que padece por sentir demasiado./ LIBRARSE DE LAS NECEDADES COMUNES: Algunos vencen la propia necedad pero no saben escapar de la común. Prueba de ello es no estar contento con su suerte, aunque sea la mejor. Reírse de todo es tan necio como disgustarse por todo./ SABER USAR LA VERDAD: La verdad es peligrosa pero el hombre de bien no puede dejar de decirla. Para eso necesita arte. Con el buen entendedor no hace falta ser muy explícito: en cuanto entienda, no más palabras. Las curas amargas no son para los príncipes: hay que dorarles la verdad con arte./ EN EL CIELO TODO ES CONTENTO, EN EL INFIERNO TODO ES PESAR: Y en el mundo, como está en medio, las dos cosas. Ante las variaciones lo prudente es la indiferencia. Nuestra vida se complica como una comedia con desenlace final: atención a que termine bien./ SABER LLEVAR LA CONTRARIA: Es una hábil estratagema para provocar: no para porfiar sino para sonsacar. Con mucha sutileza se ponen a prueba la voluntad y el juicio de los demás./ NO SER TENIDO POR ASTUTO: Aunque ya no se puede vivir sin astucia. Mejor prudente que astuto. a todos les gusta recibir un trato sincero, pero no a todos les gusta darlo. La sinceridad no se debe extremar hasta la simpleza, ni la sagacidad hasta la astucia. Mejor venerado por sabio que temido por cauteloso. Los sinceros son amados, pero también engañados. Ser tenido por hombre que sabe lo que hay que hacer trae confianza y honor./ NO SINGULARIZARSE DEMASIADO: Algunos, por presunción o por descuido, se singularizan con extravagancia adoptando modales ridículos. Singularizarse destruye la reputación, con una indeseable particularidad: que provoca, en unos y otros, risa y enfado./ SABER CÓMO TOMAR LAS COSAS: No a contrapelo, aunque así vengan. Todas tienen haz y envés. Si se coge por el filo la mejor de ellas lastima. La peor nos defenderá si, por el contrario, se toma por el mango. Por eso algunos en todo encuentran alegría y otros pesar./ CONOCER SU PEOR DEFECTO: Para ser dueño de uno mismo hay que estar sobre sí./ GANARSE LA VOLUNTAD AJENA: De lo que tenemos, la mayor y mejor parte depende de las relaciones con otros. A veces cuesta muy poco ganarse la voluntad ajena y es muy valioso: se compran obras con palabras. En la gran casa del mundo ninguno de los enseres es tan despreciable que no haya que usarlo una vez al año. Aunque valga poco, hará mucha falta./ NO DEJARSE LLEVAR DE LA PRIMERA IMPRESIÓN: Algunos se casan con la primera información: las demás son concubinas. La mentira siempre se adelanta con lo que la verdad no tiene sitio después. Ni la voluntad ni la inteligencia se deben llenar con la primera impresión: indica poco fondo. La capacidad de algunos es como una vasija nueva: se impregna del primer olor, tanto del licor malo como del bueno. Debe existir la posibilidad de una segunda y una tercera información. Dejarse impresionar demuestra incapacidad y está cerca de la pasión./ NO SER MURMURADOR. Lo malo nunca debe alegrar, ni siquiera comentarse./ NO FALLARLE AL GUSTO AJENO: Se pierde el agradecimiento y el premio cuando no se sabe agradar. Si no se conoce el temperamento de los demás difícilmente se le podrá satisfacer./ SABER PEDIR. Los días alegres son los de hacer favores: la alegría interior rebosa hacia afuera. Con la tristeza no hay ninguna oportunidad. Hacer favores el primero es una garantía de reciprocidad, a no ser que se trate con un ruin./ CONVERTIR LOS PREMIOS EN DEUDAS DE GRATITUD: Esto sólo afecta a los hombres honrados. Con los viles, adelantar los honorarios es más un freno que un acicate./ NO COMPARTIR SECRETOS CON EL SUPERIOR: Compartir un secreto no es un favor del príncipe, sino una carga. Muchos rompen el espejo porque les recuerda su fealdad, no pueden ver a quien vio su intimidad. No es bien visto quien vio algo desfavorable. Quien cuenta a otro sus secretos se hace su esclavo. Los secretos: ni oírlos ni decirlos./ NO SER RESABIDO: Está bien ser inteligente pero no hablar por hablar. Discurrir caprichosamente es como reñir. Mucho mejor es un juicio sustancial que solo discurre sobre lo que más importa./ SABER APARENTAR IGNORANCIA: Hay ocasiones tales que lo más sabio es demostrar no saber. No se debe ignorar, pero sí fingir que se ignora. Importa poco ser sabio con los necios o cuerdo con los locos./ SOPORTAR LAS BROMAS, PERO NO GASTARLAS: Quien con bromas se ofende demuestra ser muy animal. Soportarlas es señal de tener capacidad. El que se pica da pie al repique./ NO SER SOLO PALOMA: Uno no puede ser tan bueno que, a su costa, permita a otro ser malo. Hay que ser un milagroso cruce, y no un monstruo, de paloma y serpiente./ EN OCASIONES RAZONAR DE FORMA INUSUAL: Es la prueba de una capacidad superior. No hay que estimar a quien nunca nos contradice, pues no lo hace por afecto sino por beneficio propio./ NO DAR NUNCA SATISFACCIÓN A QUIEN NO LA PEDÍA: El prudente no debe darse por enterado de las sospechas ajenas para no ir en busca del agravio. El desmentido debe estar en su recta conducta./ ¿CUÁNDO HAY QUE RAZONAR AL REVÉS? Cuando nos hablan maliciosamente. Con algunos todo debe ir al revés: el sí es no y el no es sí./ HAY QUE USAR LOS MEDIOS HUMANOS COMO SI LOS DIVINOS NO EXISTIERAN, Y LOS DIVINOS COMO SI NO EXISTIERAN HUMANOS.Regla de san Ignacio de Loyola (jesuitas)./ NI DEL TODO PARA SÍ NI DEL TODO PARA LOS DEMÁS: Los que son así no saben ceder en lo más mínimo, ni perder nada de comodidad. No se ganan a los demás, confían en su suerte y tienen un falso apoyo. Estos no tienen ni un día ni una hora suyas: pertenecen por entero a los demás. Tienen sabiduría para todos e ignorancia para sí mismos. El prudente debe entender que nadie le busca a él, sino aprovecharse de él o de otro a través de él./ SABER HACER EL BIEN: Un poco cada vez y con frecuencia. No hay que crear deudas impagables: quien mucho da, no da sino que vende. No se debe poner en un aprieto al agradecido: si es imposible no podrá corresponder. Para perder a muchos sólo hay que endeudarlos demasiado: al no poder pagar abandonan el agradecimiento y se convierten en enemigos. El ídolo no querría ver delante a quien lo esculpió, ni quien está en deuda a su bienhechor. Hay que dar con maña: que cueste poco y se desee mucho. Así se estimará más./ NO LLEGAR NUNCA A LA RUPTURA: Mejor tibio en los favores que con violencia. Aquí viene bien aquello de una bella retirada./ IR SIEMPRE PREVENIDO: Contra los descorteses, los porfiados, los presumidos y todo tipo de necios. Es difícil moverse por el trato humano porque está lleno de trampas de descrédito. Lo más seguro es cambiar de rumbo con la astucia de Ulises. Es muy útil la evasiva táctica. La generosidad es, por encima de todo, la única salida de los aprietos./ NO SERÁ DE NADIE POR COMPLETO NI TENDRÁ A NADIE DEL TODO: Es decir, que uno se da por entero y se oculta del todo según el interlocutor./ SABER OLVIDAR: La memoria se detiene en lo que apena y se descuida en lo que gusta. Hay, pues, que acostumbrar bien a la memoria porque ella sola proporciona la felicidad o el infierno. De esto se excluyen los satisfechos de sí mismos: son felices en su simplicidad./ NO POSEER EN PROPIEDAD MUCHAS DE LAS COSAS QUE GUSTAN: El dueño sólo goza el primer día, los extraños los demás. Las cosas ajenas se disfrutan doblemente. Poseer las cosas, además de disminuir el disfrute, aumenta el enfado por prestarlas o por no hacerlo (?)./ NO DESCUIDARSE NUNCA: La inteligencia, la cordura y el valor siempre deben estar a punto, incluso la belleza, porque si se confía se hundirá./ SABER ENFRENTAR A LOS SUBORDINADOS A SITUACIONES DIFÍCILES: Un aprieto oportuno convirtió a muchos en verdaderas personas, igual que estar a punto de ahogarse crea nadadores. Así muchos descubrieron la valía y la sabiduría incluso./ NO SER MALO POR DEMASIADO BUENO: Alternar lo agrio y lo dulce es una prueba de buen gusto. Alternar lo agrio y lo dulce es una prueba de buen gusto: los niños y los necios sólo quieren dulzura. Es una gran desgracia perderse por demasiado bueno en la insensibilidad./ PALABRAS DE SEDA, CON SUAVIDAD DE CARÁCTER: La mayoría de las cosas se paga con palabras. Ellas solas pueden realizar imposibles. Los negocios se hacen con aire y son aire. El aliento del superior alienta mucho. Siempre hay que tener azúcar en la boca para endulzar las palabras, pues saben bien hasta a los enemigos. El único medio para ser amable es ser apacible./ EL PRUDENTE HACE A TIEMPO LO QUE EL NECIO A DESTIEMPO: Los necios hacen obligados lo que podrían hacer con gusto. Sin embargo, el discreto en seguida se da cuenta de lo que hay que hacer más tarde o más temprano, y lo hace con gusto y ganando reputación./ SACAR PARTIDO DE LA NOVEDAD: Se estimará a uno mientras sea nuevo.Recuérdese que la gloria de la novedad durará poco: a los cuatro días le perderán el respeto./ COMPRENDER LOS TEMPERAMENTOS DE LA GENTE CON QUIEN SE TRATA: (Nota de Jorge: la gente no puede dar más de sí que el físico que tiene, característica adivinatoria de los cincuenta años)/ TENER ATRACTIVO: Los méritos sin atractivo no bastan. Es una suerte caer en gracia, pero hay que ayudarse con arte: con el talento innato se aviene mejor el arte./ CORRIENTE, PERO NO INDECENTE: La cortesía nos pide no parecer siempre serios o enfadados. Se pierde más en un día de fiesta que lo que se ganó con seriedad. Ni hay que ser melindroso como una mujer. Incluso los melindres religiosos son ridículos. Lo mejor de un hombre es parecerlo. La mujer puede fingirse hombre a la perfección, pero no al revés./ ACOMPAÑAR DE ESFUERZO EL NATURAL CAMBIO DE CARÁCTER: Cada siete años dicen que se cambia la constitución: que sea para mejorar y para refinar el gusto. También debería adquirirse cada siete años una nueva perfección. Hay que conocer estos cambios y ayudarlos y esperar que los otros mejoren./ SABER LUCIRSE: La unión de la capacidad de lucirse y de un talento superior es prodigiosa. Lucirse satisface mucho, remedia mucho, da a todo una segunda naturaleza. El lucimiento sale mal sin ocasión oportuna./ NO LLAMAR NUNCA LA ATENCIÓN: Si las virtudes lo hacen, incluso ellas se verán como defectos./ NO RESPONDER A QUIEN NOS CONTRADICE: Hay que distinguir si es por astucia o por torpeza. No siempre es obstinación, sino a veces artimaña./ UTILIZAR LA AUSENCIA PARA GANAR RESPETO O ESTIMA: Si la presencia disminuye la fama, la ausencia la aumenta: quien, ausente, fue considerado un león, cuando estuvo presente fue el ridículo parto de los montes. Hasta el ave fénix se vale de la ausencia para ganar respeto y aprecio./ NO SER ENTROMETIDO: No venir nunca, sino ser llamado. No ir nunca, sino ser enviado./ NO PERECER POR LA DESGRACIA AJENA: Con los que se están ahogando se necesita mucho tiento para ayudarles sin peligro./ NO CONTRAER NI DESMEDIDAS DEUDAS DE GRATITUD, NI CON CUALQUIERA: Sobre todo no hay que considerar que nos hacen un favor cuando aceptamos una obligación., como suelen pretender astutamente los demás./ ADAPTARSE A LA OCASIÓN: Algunos son tan paradójicamente impertinentes que pretenden que todas las circunstancias del éxito se ajusten a su manía particular, y no al revés. Pero el sabio conoce bien dónde está el prudente norte: en adaptarse a la ocasión./ EL FRACASO ESTÁ EN UNIR APRECIO Y AFECTO: No hay que ser muy querido para poder conservar el respeto. Lo mejor es no ser ni muy temido, ni muy querido. Con el amor llega la familiaridad y se despide la estima. Hay que ser amado apreciativamente más que afectivamente, pues así se aman las verdaderas personas./ SABER PROBAR A LOS DEMÁS: Se necesita una observación juiciosa y una prudente reserva. Es más importante conocer los temperamentos y las características de las personas que los de las hierbas y las piedras. Los metales se conocen por el sonido y las personas por lo que dicen. Las palabras demuestran la rectitud, pero los hechos mucho más aún. Se necesitan, en grado sumo, reflexión, observación y capacidad crítica./ LAS CUALIDADES PERSONALES DEBEN SUPERAR LAS OBLIGACIONES DEL CARGO Y NO AL REVÉS: Por elevado que sea el puesto, hay que demostrar que la persona es superior. En los diferentes cargos una capacidad ampliamente dotada crece y se luce más. Augusto se tenía por un gran hombre antes que por príncipe. En esto es útil el ánimo elevado y la prudente confianza en uno mismo./ LA MADUREZ: El oro vale más según su peso y la persona según el peso moral. La compostura de la persona es la fachada del alma. Una autoridad muy sosegada y no una necedad casi inmutable de los frívolos. Su habla es sentenciosa y su comportamiento acertado. Revela una persona muy hecha: se tiene tanto de persona como de madurez. Uno comienza a ser grave y maduro cuando deja de portarse como un niño./ MODERACIÓN AL JUZGAR: La mayoría de la gente antepone el afecto al recto juicio./ NO PRESUMIR, SINO HACER: Se fingen muy ocupados los que no tienen en qué. Las hormiguitas del honor van mendigando hechos. El sabio no debe hacer ostentación ni de sus más importantes cualidades: hay que contentarse con hacer y dejar para otros el hablar. Mejor es aspirar a ser un héroe que aspirar únicamente a parecerlo./ PERSONA DE GRANDES Y MAJESTUOSAS CUALIDADES: Las grandes cualidades hacen a los hombres grandes. Hubo quien gustaba de que todas sus cosas fuesen grandes, hasta los objetos usuales. ¡Cuánto más debe procurar el gran hombre que sus cualidades también lo sean! En Dios todo es infinito e inmenso. De igual modo en un gran hombre todo debe ser grande y majestuoso: sus acciones y pensamientos irán revestidos de una trascendente y grandiosa majestad./ DEJAR CON HAMBRE A LOS DEMÁS: Hay que dejar con la miel en los labios. Lo bueno, si poco, es dos veces bueno. Las grandes dosis de agrado son peligrosas, porque conducen al desprecio de lo mejor. La única regla para agradar: coger el apetito con hambre. Se disfruta el doble de la felicidad difícil de conseguir./ EN UNA PALABRA, VIRTUOSO, PUES LO RESUME TODO: La virtud es tan hermosa que consigue la gracia de Dios y de la gente. Hay que medir la capacidad y la grandeza por la virtud y no por la suerte. La virtud se basta a sí misma. Ella hace al hombre digno de ser amado, cuando vive, y memorable, una vez muerto.


EL ARTE DE LA PRUDENCIA
Baltasar Gracián


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