June 02, 2011

EL CONOCIMIENTO EN SAN JUAN DE LA CRUZ

Entréme donde no supe,
y quédeme no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.
Yo no supe dónde entraba,
pero, cuando allí me vi,
sin saber dónde me estaba,
grandes cosas entendí;
no diré lo que sentí,
que no me quedé no sabiendo,
toda ciencia trascendiendo.

[...] y así, por toda dulzura
nunca yo me perderé
sino por un no sé qué,
que se halla por ventura.

[...] no puede quedar pagada
sino con divinidad;
mas, por ser tal su hermosura
que sólo se ve por fe,
gústala en un no sé qué
que se halla por ventura.

[...] sobre todo a un no sé qué
que se halla por ventura.

Olvido de lo criado;
memoria del Criador;
atención a lo interior;
y estarse amando al Amado.


DICHOS DE LUZ Y AMOR

28. El alma enamorada es alma blanda, mansa, humilde y paciente.

70. Mira que no reina Dios sino en el alma pacífica y desinteresada.

74. Mira que son muchos los llamados y pocos los escogidos (Mt 22,14), y que, si tú de ti no tienes cuidado, más cierta está tu perdición que tu remedio, mayormente siendo la senda que guía a la vida eterna tan estrecha.

78. [...] ¿qué le aprovecha al hombre ganar todo el mundo si deja perder su alma? (Mt 16,26)

88. [...] lo que Dios más estima, que son los bienes espirituales.

96. El alma que anda en amor, ni cansa ni se cansa.

98. Hay almas que se revuelcan en el cieno como los animales que se revuelcan en él, y otras que vuelan como las aves, que en el aire se purifican y limpian.

100. Los trabajos los hemos de medir a nosotros, y no nosotros a los trabajos.

141. Siempre procure traer a Dios presente y conservar en sí la pureza que Dios le enseña.

142. No se disculpe ni rehúse ser corregido de todos. Oiga con rostro sereno toda reprensión; piense que se lo dice Dios.

143. Viva como si no hubiese en este mundo más que Dios y ella, para que no pueda su corazón ser detenido por cosa humana.

173. Humilde es el que se esconde en su propia nada y se sabe dejar a Dios.

174. Manso es el que sabe sufrir al prójimo y sufrirse a sí mismo.

178. Quien obra con tibieza, cerca está de la caída.

179. Quien huye de la oración, huye de todo lo bueno.

180. Mejor es vencerse en la lengua que ayunar a pan y agua.

182. ¡Oh qué bienes serán aquellos que gozaremos con la vista de la Santísima Trinidad!

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