May 24, 2013

EL PECADO DE LA PITOPAUSIA MASCULINA

Eros se podría llamar en realidad Triple-Ladrón:
no duerme, es audaz, quita la ropa.
(Diófanes)

Para encender una poética ebullición en el corazón
de los jóvenes, mis primeras palabras serán para Eros,
pues él prende una antorcha a las palabras.

Envejeces, Titono, pues si no, ¿por qué a tu esposa Aurora
tan de mañana echaste de tu cama?
(Antípatro)

Si salvas a los de alta mar, Cipris, también a mí,
náufrago en tierra, diosa benevolente, sálvame de la muerte.
(Anónimo)

Después de bañarnos, Pródice, coronémonos y vino puro
libemos levantando copas más grandes.
Breve es la edad de los placeres; después, durante el resto de la
vida, la vejez los impedirá y, al final, la muerte.
(Rufino)

Un aire propicio hazme brillar para mi amor y para mi mástil,
Señora de los tálamos, Cipris, y de las orillas.
(Getúlico)

¿No decía yo, Pródice, "envejecemos"?¿No anunciaba
"pronto habrán llegado las destructoras del amor"?
Ya están aquí las arrugas, y el pelo cano, y el arruinado cuerpo,
y la cara ya sin las gracias de antes.
¿Nadie se te acerca, altanera, o con halagos te suplica?
Ahora pasamos a tu lado como al lado de una tumba.
(Rufino)

¿Acaso no debo morir?¿Qué más da si, enfermo de gota
o como un atleta, llego a la casa de Hades?
Pues muchos habrá que me levanten; deja que me convierta
en cojo. Por eso quizá no dejaré las fiestas nunca.
(Nicarco)

Muchas veces, Talía, deseé poseerte en la noche
y saciar mi deseo con una vigorosa locura de amor.
Pero ahora cuando desnuda me tocas con tu dulce cuerpo,
débil, tengo los miembros cansados por la fatiga
que adormece. Desgraciado ánimo, ¿qué te pasa? Despierta,
no desmayes: tú buscaste esta felicidad excesiva.
(Rufino)

Pobreza y amor son mis dos males: soportaré la primera
fácilmente, pero soportar el fuego de Cipris no puedo.
(Anónimo)

Si persistes en quemar el alma que vuela a tu alrededor,
huirá, Eros. Ella también, cruel, tiene alas.
(Meleagro)

"Se debe huir de Eros". Trabajo vano, pues no escaparé
a pie perseguido sin tregua por quien tiene alas.
(Arquias)

Borra completamente el amar, Eros, o el ser amado
añade, para que mi deseo disipes o atemperes.
(Lucilio o Polemón)

Cuando besaba a Agatón, tenía mi alma en los labios;
vino ahí, la atrevida, para pasarse a él.
(Pseudo-Platón)

En esta manzana te lo envío escrito: si estás dispuesta a
amarme, acéptala y dame tu virginidad a cambio.
Pero si piensas lo que ojalá no sea, cógela también
y observa qué efímera es la flor de la juventud.
(Pseudo-Platón)

¡Ojalá fuera yo viento y tú, al llegar al patio,
te desnudaras el pecho y acogieras mi soplo!
(Anónimo)

Séme propicio, querido Febo, pues tú, a pesar de que tiendes un rápido arco,
fuiste herido por Eros con flechas más rápidas.
(Claudiano)

No es amor si alguien quiere poseer
a una mujer hermosa; eso es obedecer a unos ojos sagaces.
Pero quien ve a una fea y lo arrebata la pasión,
anhela, arde con una mente enloquecida,
eso es amor, eso es fuego. La belleza encanta por igual a todos
los que saben juzgar las formas.
(Argentario)

Tu beso es como liga, Timarion, como fuego son tus ojos.
Si miras, quemas; si besas, atrapas.
(Meleagro)

Si tiendes, Eros, flechas iguales hacia ambos,
eres un dios; pero si te inclinas a una parte, no eres un dios.
(Rufino)

"No disfrutaré de grandes senos, pero, sobre su delgado
pecho apoyado, yaceré más cerca de su alma.
(Argentario)

Me enamoré, ¿quién no? He ido de ronda, ¿quién no se ha iniciado en las rondas?
Enloquecí, ¿por culpa de quién, sino de un dios?
¡Adiós a todo eso! Ya las canas se apresuran a sustituir
el pelo negro, mensajeras de la edad de la prudencia.
Me divertí cuando era oportuno divertirse, pero ahora cuando
ya no lo es, me dedicaré a cuitas mejores.
(Filodemo)

A media noche me sustraje de mi esposo
y vine mojada por una lluvia intensa.
¿Para esto he venido, para quedarnos sin hacer nada y,
hablando, no dormir como deben dormir los amantes?
(Filodemo)

A la bailarina de Asia, la que se mueve
con posturas maliciosas desde la punta de los dedos,
alabo, no porque todo lo exprese con pasión, ni porque
lance delicadamente sus delicadas manos así y asá,
sino porque sabe bailar alrededor de un desgastado clavo
y no rehúye las arrugas seniles.
Besa con la lengua, excita, abraza y, cuando te monta,
levanta tu verga de su tumba.
(Automedonte)

¿Por qué camino se debe ir en busca de los amores? En las calles
te quejarás de la lujuria loca por el oro de las busconas.
Si te acercas a la cama de una doncella, llegarás a la boda
legal o al castigo de los corruptores.
¿Quién aguantaría suscitar un sexo sin goce
con la mujer legítima, cuando se arranca como débito?
Es malísima y ajena al amor la cama adúltera;
junto a ella, póngase la criminal pederastia.
Una viuda toma sin decoro a un amante cualquiera
y conoce todas las tretas de las busconas.
La sensata con dificultades llega al sexo,
recibe el aguijón de un horrible arrepentimiento
y aborrece lo que ha hecho. Con un resto de vergüenza
se refugia en el mensaje que pone fin a la relación.
Si te unes con tu propia sirvienta, resígnate tú mismo
a convertirte alternativamente en esclavo de tu criada.
Si es con una sirvienta extraña, entonces la ley te impondrá
una señal infamante por perseguir la violación
de un cuerpo ajeno. Diógenes evitó todo eso. El himeneo
cantaba con una mano, sin necesidad de Laide.
(Agatías)

Lloras, con tus palabras pides compasión, me contemplas demasiado,
eres celoso, me abrazas constantemente, me besas muy fuerte;
todo eso es propio de un amante. Pero cuanto te digo
"estoy tendida junto a ti" y te quedas quieto,
no tienes nada de lo que tiene un amante.
(Filodemo)



Epigramas Eróticos Griegos, siglo VIII a.C.


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