Los que trabajan y no están en paro tienen una jornada laboral agotadora. El fin de semana es un respiro para descansar. En antropología ya se sabe que sólo un 2 por 100 de la población mundial ha conseguido comprar su libertad y que viven ocultos y ajenos a la cruel realidad del resto de sus semejantes. Diariamente a los trabajadores nos piden mayor disciplina y esfuerzo en la tarea si no queremos ir al saco del paro, con el resultado de atropellos, pues tenemos límites naturales.
Trabajo al límite significa desgaste al límite, y tener que emplear el tiempo de ocio tan sólo para dormir después de tanta paliza y no poder emplearlo para progresar o desarrollar nuevos talentos. Nos basta con que no nos toque la desgracia, pero de la miseria no estamos seguros. De esencia mortífera es, pues, nuestro trabajo; empèoramos nuestra salud a base de tabaco y café para aguantar, cuando a los mercaderes de las finanzas les da igual servir a los enemigos y vender a los propios.
(Cartas a YA, diciembre 1995)
January 19, 2010
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