January 27, 2010

LA RUINA DEL CAPITALISMO

Meditaba Unamuno que la mística es la filosofía española. Cuenta Santa Teresa en su libro de oraciones que "aprovechábame a mí también un campo, o agua, flores. En estas cosas hallaba yo memoria del Creador; digo que me despertaban y recogían y servía de libro".

El poder de la sociedad capitalista es patológico, no tiene límites, crece y allana la naturaleza. Por estímulo se expande la ciudad por el campo, por competencia no respeta los ciclos de la vida, y la noción de progreso a la que no renuncia, no se da en cultura, sino en necio consumir. Ortega y Gasset escribía "los misérrimos campos madrileños hacen que estos seres sean los más torvos y hostiles de la tierra".

Cuantos más artículos artificiales más se va retirando la naturaleza. ¿Qué pueden hacer la Antártida o la Amazonia frente a los 27 millones de habitantes de Ciudad de México?

Cuando desaparecieron los dinosaurios dejaron espacio y figura. Cuando desaparezca el hombre quedará sólo la figura como premio de consolación para los modernos que piensan que la naturaleza del hombre es conocimiento. Decía Anaximandro: "La tierra invade fuego, agua invade tierra y con la muerte se restituye a la naturaleza lo que le debe, el reposo". ¡Comprendo ahora por qué no somos inmortales! (subido en un carro de Mad Max II por la Sierra Pobre).

(Cartas a EL INDEPENDIENTE, junio 1991)

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