January 07, 2018

LA SANTIDAD PERFECTA DE JESÚS

En cuanto salió del agua vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en forma de paloma, bajaba a él...

Y se oyó una voz que venía de los cielos: "Tú eres mi Hijo amado, en ti me complazco".

"Todo me ha sido entregado por mi Padre,
y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre,
ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo,
y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar".

"Y todo lo mío es suyo
y todo lo suyo es mío..."

"El Padre ama al Hijo
y ha puesto todo en su mano (...)
el Hijo no puede hacer nada por su cuenta,
sino lo que ve hacer al Padre;
lo que hace él, eso también lo hace
igualmente el Hijo.
Porque el Padre quiere al Hijo
y le muestra todo lo que él hace (...).
Yo no puedo hacer nada por mi cuenta (...)
porque no busco mi voluntad,
sino la voluntad del que me ha enviado (...)
¿No crees
que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí?
Las palabras que yo os digo, no las digo por mi cuenta;
el Padre, que permanece en mí, es el que realiza las obras".

"Ahora mi alma está turbada.
Y ¿qué voy a decir?
Padre, ¡líbrame de esta hora!
Pero ¡si he llegado a esta hora para esto!
Padre, glorifica tu Nombre".
Vino entonces una voz del cielo:
"Le he glorificado y de nuevo le glorificaré".


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