June 14, 2014

FRIEDRICH HÖLDERLIN (1847)

Poeta alemán, uno de los grandes románticos.

Realizó estudios en el seminario de Tubinga hasta 1793 y allí trabó amistad con Hegel y Schelling. Gracias a este último obtuvo el cargo de preceptor en la casa de Carlota von Kalb.

Desempeñó esa misma función en Francfurt de 1795 a 1798 en casa del banquero Gontard, de cuya esposa Susette se anamoró hasta el punto de convertirla en su idealizada Diótima musa de muchos de sus poemas.

La ruptura de esta relación le obligó a abandonar Francfurt y a iniciar una dura peregrinación por Alemania, Suiza y Francia.

Hölderlin publicó agracias a Schiller, sus primeros poemas en la revista Neue Thalia y también parte de su novela Hiperión, obra que fue editada entre 1797 y 1799.

En 1800 comenzó a traducir al poeta griego Píndaro que ejerció gran influencia en la composición de sus himnos. Tradujo también a Sófocles.

LA LOCURA
A partir de 1803 comenzó a manifestar síntomas de locura.
No obstante, gracias a las gestiones de un amigo suyo, el landgrave de Homburg le ofreció la plaza de bibliotecario de la corte.
En 1805 fue recluido en una clínica para enfermos mentales, pero dos años más tarde un ebanista llamado Zimmer, gran admirador de su obra Hiperión, visitó a Hölderlin y obtuvo el permiso para trasladarlo a su casa, donde permaneció hasta su muerte, ocurrida 36 años más tarde, en un estado de enajenación pacífica, recibiendo en ocasiones visitas de amigos o curiosos, y con una nueva identidad Scardanelli.
A pesar de su locura pudo escribir, sobre todo en el primer período de su enfermedad, algunos de sus mejores poemas.

En 1822 se reeditó Hiperión y en 1826 aparecen por primera vez en un único volumen sus Poesías publicadas por Uhland y Schwab.
Se trata de una edición incompleta, pèro suficiente para que fuera reivindicada por los románticos.
En el mismo año de su muerte 1843 se reeditaron con una biografía del autor.

Posteriormente fue olvidado y se perdieron muchos de sus manuscritos, hasta que a finales del siglo XX volvió a ser leído y ya en la siguiente centuria fue reivindicado como uno de los grandes poetas alemanes de todos los tiempos.

Su obra, especialmente el Hiperión, representa la intercesión entre el poder divino y la libertad humana, y en él aparece la figura del poeta como guardián de la palabra que preserva a los hombres del kaos original.



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