November 24, 2012

LE DIRÉ AL PARADO QUE SE MARCHE A CASA

Voy donde hay trabajo/ donde florece el trabajo/ donde el trabajo sirve de consuelo/ ni casas de apuestas ni deportivas ni casas privadas para mi carne de masa,/ no quiero un nicho para estos días,/ quiero un trabajo digno de esta sociedad navideña,/ y así ya llevo seis años,/ y me voy haciendo viejo,/ y ustedes quieren mis huesos para una industria del polvo,/ mi padre ya me dijo que dejara la piel en el camino,/ y yo no le hice caso/ y ahora tomadme el resto.

Las construcciones de hierro de Las Tablas no pueden evitar que las perfiladas sombras de esqueletos divaguen de un lado a la conducción de máquinas sobre ruedas a sus trabajos sin pensar en la cesta navideña que hará falta para recibir a los viejos.

Vete a hacer un viaje en Crucilandia y piérdete ya,/ que hoy es día de huelga en la ciudad,/ y no hay morro ni cristal que pare la ola,/ de los paseantes de las deudas y las penas,/ y corre que el tren ligero coge la cuesta abajo de la Virgen del Cortijo.

Empleemos el sistema del clarinete del alcalde popular de Alcobendas/ para decirle al parado/ a Dios te veas como yo me voy/ con el trabajo en la mano/ hecho a mano/ y aunque creas que abro la mano para darte de par en par/ te daré un bofetón en la próxima estadística del padrón.

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