November 16, 2012

LA ENFERMEDAD INCURABLE

Si no tengo la enfermedad no tengo fe.

Quise hacer predicación y no sabía cómo hacerlo, quería expandir un no sé qué español, estaba enfermo en la demora, por no rezar no me curé antes, me fui curando en la medida que fueron entrando las verdades del evangelio con nitidez en mi mente, éste es el mejor estado de felicidad, que no admite bajar la guardia, ni tomárselas a mal con nadie, las vidas de Dios disfrutan si aman de esta gracia, y esto lo digo desde el alto del puerto de la Morcuera.

Entendía por qué el joven llegaba a la cúspide de la montaña,/ por qué se sentaba en el suelo del vagón del metro,/ y por qué yo quería llegar con este frío al final del lecho marino de María,/ encapsulada la excelencia en dosis madrileñas,/ porque alguien le arrancó el rastrillo de las manos al demonio,/ la plaza de público estaba llena y eran ellos los toreados,/ el método de toriles lo empleaba Dios en el apocalipsis particular,/ decían que ya no habrá más salomés que valgan,/ la imposición se utilizará cuando se quiera enviar a alguien muerto a chiqueros,/ porque les fascina la violencia a los adolescentes,/ y esto ocurrirá pronto porque la fiesta debe continuar,/ y llega la hora santa de hacer filtro de todo lo vivido.

Cuando te das cuenta los muchos años que hacen falta para educar y disciplinar a un niño y a un joven, esperas que un acontecimiento como una vigilia y un viaje y un libro y una confesión de pecados y un amigo bueno y un buen maestro y un primer amor, les conduzcan por la docilidad de la conversión a las ideas sanas y a la voluntad lúcida del aprovechamiento de las oportunidades de los recados y de los asuntos y de los negocios bien hechos.

Los jóvenes de la ciudad están aprendiendo a disfrazar los pensamientos de tal manera que prefieren a los toscos de pueblo para pesar el verano y a los desalmados para el transcurrir el invierno porque quieren un cuerpo que lo diga todo, en vez de hacer pareja con un universitario de tercero de carrera como si los estudios fueran lo de menos y cómo si sus madres no les aleccionaran con lo del viejo rico y luego vienen los disgustos y los abortos.

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