SOCIEDAD Y CIUDADANOS IV

Cambiar de aires y leer novedades en las bibliotecas. Tener crisis momentáneas y volcánicas. Viajar y tener ocio no agotador para ampliar las perspectivas y visión de las cosas. Tomar distancia, relativizar y pasar de vez en cuando de la gente. Así aumentan los impulsos de creatividad. Otra cosa es la labor de acabar la construcción.

El martinete es un género de cante flamenco de la sillería de la Herrería Gitana. Contiene letras reivindicativas y se acompaña con compás de martillo o yunque, prescindiendo de palmas, tacones o guitarra. De ritmo monocorde, tiene un aire de lamento, emparentado con el de las carceleras.

Sábado, sabadete, Martini y martinete con las noticias. Esto es una lucha entre el martillo pilón (asistido por los partidarios de Génova) y en medio el pueblo español de piezas metálicas deformadas en caliente por los impactos y con el otro extremo de la masa del yunque socialista apoyado ahora en el Estado Nacional. La situación es de caída libre.

La extensión del pensamiento se alarga como un chicle, el cotilleo es el único hecho democrático no sólo ser sino dar de qué hablar, quienes por envidia murmuran y envenenan los oídos, les aconsejo el dicho sufíe no digas nada que no mejore el silencio. Y para los que con la crisis ven la paja en el ojo ajeno: obras son amores que no buenas razones.

En el Metro, ayer, uno pidiendo, "Soy español, pido un trabajo, una vivienda digna, triste es pedir, más triste es robar. Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España, no tengo un estatuto de los trabajadores, el Rey es el Jefe (símbolo de la unidad y la permanencia). Al Estado le compete darme la nacionalidad. El librito de ha llenado de polvo".

Parece mentira que se hayan formado montañas y profundas gargantas y ríos, año tras año, iguales en cada país (cuidar la Tierra)

La cara contradictoria que tenía Federico García Lorca en el estreno de su obra teatral Yerma junto a la actriz Lola Membrives y Ramón María del Valle-Inclán.

La eugenesia divina, Dios selecciona con la gracia a las parejas, y los hijos son un don de Dios, si todo te sale mal o tu destino es negro, a lo mejor tienes que cambiar de compañía, otro tipo de selección, no acompañarse de los malos.

Los tiempos que vivimos, la tele, el cine y el protagonismo de los ordenadores han desvirtuado la conciencia que ya no distingue entre el bien y el mal. Ni por todo el dinero te implantan una. El inteligente educa y el que ama perdiendo no educa. No es lo mismo saber que no, enseñar que no. Odiar el mal es un bien ético.

El problema es que estamos anclados en el viejo método de la dialéctica hegeliana cuyo auphebung resultante es la inmovilidad y la parálisis nacional.

Si persiste tu insistencia y no te das por vencido, lo lograrás. El estado natural del hombre es previo y pos al quirófano de bisturí y la hambruna. Así y todo vamos acompasados por el Metro de Madrid. De momento no va a más.

¿Se puede trabajar a la velocidad de la luz? Yo creo que se da la productividad si la suerte te acompaña o estás en gracia, y estás muy lúcido y esquivas los asteroides, y obstáculos y muros personales, yo creo que sí...entonces tu rédito nada a brazadas viento en popa a toda vela.

Y no morir con la pata estirada en la cama o en el sofá viendo la tele y con la boca abierta sin hacer nada, hay que salir a la calle, la sociedad del riesgo a la que nos encaminamos nos espera, dejando de lado toda impedimenta (adornos y objetos falsos que ocupan espacio) que estorba la labor y meritorio y loable es morir es un alto grado de servicialidad a los demás y sacar beneficio todos de esta empresa.

Las cosas no se hacen solas y no se hacen porque sí, se hacen para hacerlas bien, aunque esto implique sacrificio, penosidad, esfuerzo y esmero que no dolor (entonces baja), hay que desear morir en acto de servicio, es decir trabajando para el Estado (la deuda que le debes a ésta tu nacionalidad...)

El problema es que tenemos que esperar, la cabeza pesa, y no podemos volar.

Cuánta pérdida de tiempo al sol. ¡Morírse sin el pescaíto de Cadiz y el chato de vino! Sin las tapas de calamares y chopitos con una cervecita para el cuerpo. Sin una buena rosquilla de pan y chorizo al jerez. Sin una buena compañía para gozar de la alegría, y compartir triunfos e infortunios. La vida la vives así porque para eso está para vivirla y alcanzar lo mejor desde lo alto.