En la ciudad occidental de Madrid necesito del mito de Jesucristo. Regresando a la ratonera y hormiguero de la gran ciudad. Aquí necesito de lo religioso.
Por las aceras y pasillos parece que los que vienen detrás con sus pasos van a apuñalarte por la espalda. Los tirones del vagón del Metro en las paradas. Y el luchar por un asiento.
El tiempo que tardo en ir y venir al trabajo.
Cuando una funcionaria del INEM te dice que te da su cabeza solo queda decirla que se vaya de vacaciones.
Los inmigrantes son tan feos como brujos y brujas. Están renegados y repantingados en los asientos. Hay demasiados.
Tengo que agilizarme y estilizarme más. Casi marcial como mi colega de trabajo en Gestiones Externas. Es una competición de regatas. Cada segundo es un minuto y puedes perder un papel o una oportunidad.
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