July 19, 2014

LA SOLEDAD DE LOS SINGLES

- Bienvenido al mundo.

Así se despedía de mí esa noche mi nuevo amigo de copas. No estaba seguro de que estuviera vivo a la semana siguiente.

Lo malo de tratar con gente impresentable es que se te pegan los gestos. De tratar con ellos se me iba a poner el pelo blanco.

Menudo mosqueo general había en la ciudad entre los hombres y las mujeres. La lucha de género mostraba las heridas a flor de piel rodeando los edificios de las calles.

Menuda depresión para una mujer si se tuviera que acostar con todos esos tipejos desalmados del club. Nadie se merecía haber sido despreciado tanto. Por un puntito que le salió a uno del sexo y de la real gana y no del corazón ni del alma.

El Dios Hermes no iba a conseguir que me enrollara a cualquiera. Esta vez ni Dioniso y los sátiros no lo iban a conseguir sobre mí. Tampoco dejaría que la cruz me quemara la piel.

Constantemente se deslizaba el suelo que pisábamos y la pantalla del móvil. Nadie tenía ni media hostia de envergadura. Tres piedras al sol de la calor de Madrid en el Palace.

Nunca la disciplina militar había servido para tanto para los hombres de esta Ilíada. La educación y la fuerza permanente valía un potosí. La generación de viejos asaltaba las azoteas.

Una cosa fundamental es saber circular danzando por los transportes públicos. Por ello una mujer sabe el hombre que le conviene. Escogí a los míos de entre todos ellos.

No se podía mirar con hambre a las mujeres. Quieto y parado en la fila. Todas trataban de meterme la montura encima.

La población tiene mucho de demencia senil. Lo único que aumenta en mi barrio son las tiendas de depilación láser. La belleza es como te sientes interiormente y se refleja en tus ojos.

La cualidad primera de un hombre-reloj es saber ver. Protagonista o no, lo que cuenta es jugar fuerte, que el papel te guste, que tenga cuerpo.

Multiplicidad de paletos por doquier. Me gustaría gritar feos del mundo apartaros de mí. Para creerse como dioses están todos listos.

Cuánto orgullo tienen las mujeres pero antes nos pierden a nosotros que perderse ellas. En todas partes están en posición orantes con los móviles.

Todos obligados a permanecer en esta ciudad. Con los miles de cigarrillos y papeles sucios con los que habremos pecado. Los porteros espías de las fachadas de la Castellana no hay gobierno que solucione esto.

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