September 24, 2018

EL PROYECTO DE SECESIÓN DE ESPAÑA DESDE LOS REYES CATÓLICOS

"Otra derrota cruel fue la que recibió el ejército castellano en Montes Claros o Villaviciosa (1665). Ya no quedaba duda de que era imposible recuperar PORTUGAL. Muerto Felipe IV, el gobierno español se inclinó y, en 1668, acabó reconociendo oficialmente la independencia portuguesa.

Corolario inmediato de la sublevación portuguesa fue la conspiración tramada en Sevilla por el duque de Medina Sidonia y el marqués de Ayamonte y que fue descubierta en el verano de 1641. El duque de Medina Sidonia era capitán general de Andalucía, y como tal, se le había mandado que acercara sus tropas a la frontera portuguesa para tomar parte en las operaciones destinadas a recobrar aquel reino. El duque (que era hermano de la duquesa de Braganza, nueva reina de Portugal) no cumplió las órdenes. Informaciones recogidas por medio de agentes dobles permitieron descubrir la conspiración, cuyas causas y objetivos reales son todavía misteriosos. ¿Se trataba realmente de transformar ANDALUCÍA en reino independiente, cuyo soberano hubiera sido el duque de Medina Sidonia? Parece difícil pensar que tal fuera la intención de los conjurados, ya que lo de Portugal era algo completamente distinto. Más plausible es achacar un plan tan descabellado al resentimiento del duque contra Olivares (que era primo suyo) y a las dificultades que conocía el poderoso magnate andaluz, dueño de un estado extenso, con rentas abundantes, pero acribillado de deudas a causa de la mala administración con que regía su señorío y de sus gastos enormes. De todas formas, los tratos con Portugal eran innegables. Los conjurados se vieron, pues, acusados de traición. Al marqués de Ayamonte, por haber sido el que ideó toda la conspiración, se le castigó más duramente, con cárcel severa, primero, y luego con pena de muerte, que le fue dada en 1648. El duque de Medina Sidonia, convocado en la corte, alcanzó perdón del rey; se le obligó a residir en la frontera portuguesa, y luego, cuando rompió el destierro para venirse a su villa de Sanlúcar, se le abrió proceso, se le encarceló en Coca y por fin se le condenó a perpetuo destierro de la corte, con confiscación de Sanlúcar y fuerte multa.

Años más tarde, en agosto de 1648, se descubrió otra conspiración en que también estaba implicado un poderoso magnate. Esta vez se trataba del duque de Híjar, noble aragonés, a quien Olivares siempre tuvo alejado de los grandes cargos y al que don Luis de Haro, que había sucedido al Conde-Duque en el poder, tampoco quería mucho (Híjar estaba más o menos emparentado con la familia real, y hasta pretendía tener ciertos derechos a la sucesión, caso de no haber heredero directo). Otro noble, Carlos de Padilla, veterano en las guerras de Italia y resentido porque no se le habían dado las recompensas que creía merecer, parece haber sido el motor de la conspiración. Por lo visto, se trataba de separar a ARAGÓN de la corona y de transformarlo en reino independiente (con Híjar como monarca). Para esto, se contaba con la ayuda de Francia, a la que se ofrecía el Rosellón y la Cerdaña, y la de Portugal, cuyo apoyo se compraría por la cesión de GALICIA. Dos de los protagonistas, don Carlos de Padilla y el marqués de la Vega, fueron ejecutados en Madrid, en diciembre de 1648. Al duque de Híjar se le confiscaron los bienes y se le condenó a cárcel perpetua.

Tanto la conspiración de Andalucía como la de Aragón se caracterizan por la participación de elementos elevados del estamento nobiliario. Son síntomas evidentes de la descomposición del Estado a que había llevado la política imperialista de Olivares, y particularmente su proyecto de Unión de Armas. La integración de los varios componentes de la monarquía no solo fue un fracaso, puesto que Portugal recobró su independencia y CATALUÑA estuvo a punto de hacer lo mismo, sino que..." (unas provincias más pudieran conseguirlo)


HISTORIA DE ESPAÑA
Dirigida por Manuel Tuñón de Lara
LA FRUSTRACIÓN DE UN IMPERIO (1476-1714)
Tomo V

No comments:

Post a Comment