May 20, 2015

FRAGMENTOS MORALES DEL ESTOICO ANTIGUO CRISIPO

Lo bueno causa alegría, lo que causa alegría, respetable; lo respetable, honesto.
La alegría es un placer por los bienes inesperados.
La fascinación es un placer fraudulento por medio de la vista.
En efecto, puesto que es bueno, es honesto; es honesto, luego es bueno.
La benignidad es la virtud referida a obrar bien espontáneamente.
La bondad es la virtud de la que se obtiene provecho., o de la que se origina utilidad, o la virtud por sí misma.
La malevolencia es un placer por el mal ajeno sin beneficio propio.
La filantropía que es el trato amistoso de los hombres.
El afecto es la habilidad en el cariño a los amigos y familiares.
Lo que es digno de loa es ciertamente también honesto.
Y que vivir una vida feliz es vivir honestamente, es decir, en compañía de la virtud.

Lo realmente útil es la virtud y la acción virtuosa.
La virtud es una disposición armónica del alma, por obra de la razón, acerca del conjunto de la vida.
Sostienen que la filosofía es la práctica de la recta razón.
La acción virtuosa es una actividad del alma racional de acuerdo con el buen juicio y el deseo de verdad, que es llevada a término por medio del cuerpo, que le es connatural y su compañero en la lid.
El deber es una acción consecuente en la vida.
Pues, en efecto, la vida virtuosa es un conjunto de acciones racionales, es decir, la práctica correcta de las cosas que nos enseña la razón.
Las virtudes siguen unas a otras, y el que tiene una las tiene todas.
De los vicios, unos son ignorancia de algo e ineptitud, pero otros no.
Quien es necio desconoce lo que es justo y bueno, y por ello cae continuamente en el error.
Es llevado casi como un cautivo por sus vicios y no puede resistir, porque carece de una virtud que desconoce.

Nunca puede ser justo quien es necio.
Ni sabio quien es injusto.

Ningún hombre es por naturaleza esclavo.
Nadie ama a los viejos y a los que no están en la flor de la edad.

La valentía sobre el de las cosas que se han de soportar.
La prudencia sobre el de las cosas que se han de hacer, no hacer o ni lo uno ni lo otro.

Así pues, la imprudencia, la disipación, la injusticia y la cobardía son ignorancia de algo e ineptitud.
En cambio, la mezquindad de ánimo, la incompetencia y la debilidad no son ignorancia de algo ni ineptitud.

Relativos al alma dicen que son las virtudes y las acciones virtuosas; que externos son el amigo, el hombre de bien, los hijos buenos, los padres y similares.

Que la fama que sobreviene después de la muerte es un bien.
La fama... consiste en la opinión favorable que de las personas se tiene.
La fama es una alabanza otorgada por los buenos al que es bueno.

Y, en general, de entre los bienes son mixtos la bendición de los hijos y la buena vejez, y es un bien simple la sabiduría.
Permanentes lo son las virtudes, y transitorios, por ejemplo, la alegría, el paseo.
La virtud, la percepción prudente, el impulso prudente y similares los poseen todos los sabios y en todo momento.
La alegría, el gozo y el paseo prudente ni lo poseen todos los sabios ni los poseen siempre.

Nosotros usamos el término "valor" en lugar de lo que corresponde; así está tomado en el caso de la definición de la justicia, cuando se dice que es un estado anímico que distribuye a cada uno lo que merece; pues es tanto como decir lo que a cada uno le corresponde.
De las cosas indiferentes, a unas les dan el nombre de preferibles, a otras de no preferibles.
Preferibles son las que poseen valor, no preferibles las que carecen de valor.

Son no preferibles, en el caso de las del alma, la falta de disposición natural, la falta de habilidad y las semejantes; en el caso de las del cuerpo, la muerte, la enfermedad, la debilidad, la mala constitución, la mutilación, la fealdad y las similares; en el caso de las externas, la pobreza, la falta de prestigio, la baja cuna y las similares.

Todas las cosas que son según la naturaleza son aceptables y todas las contrarias a la naturaleza inaceptables.

Así pues, han de filosofar también las mujeres del mismo modo que los hombres.

Si posee valentía, posee el conocimiento de las cosas temibles, de las no temibles y de las intermedias.
Si posee magnanimidad, posee el conocimiento que le hace estar por encima de los acontecimientos.
Si posee prudencia, tiene también el conocimiento de los bienes, de los males y de las cosas indiferentes.
La prudencia es una virtud del hombre, consiste, según afirman, en el conocimiento de lo que hay que hacer y de lo que no hay que hacer.
La felicidad, en efecto, sobreviene a través de la prudencia; la prudencia se mueve en el ámbito de los actos rectos; el acto recto es lo que, una vez hecho, tiene una defensa racional.
La fortaleza es, en efecto, la disposición del alma a someterse a la ley suprema en las cosas que se han de soportar; o el mantenimiento de un juicio firme en aquellas cuestiones, que, pareciendo terribles, se han de afrontar o rehuir; o la ciencia de las cosas terribles, de sus contrarias, o del todo descuidables, que mantiene firme el juicio sobre ellas. La disposición del alma que, a la hora de sufrir y soportar, obedece sin temor a la ley suprema.
Que la valentía es una virtud que se refiere a las cosas que causan terror lo saben quienes no son totalmente ineducados y carentes de instrucción, y, en el caso de que tengan alguna educación, aunque corta, saben que es la ciencia de lo que se ha de afrontar.
La audacia es, según los filósofos estoicos, el tener una firme autoconfianza de que no ha de caer en ninguna cosa terrible.


Que el que posee una virtud... las posee todas por su implicación recíproca. Por ejemplo, la continencia es la disposición a no sobrepasar lo que se aparece según la recta razón; es continente el que reprime los impulsos contrarios a la recta razón; o el que se autodomina, de modo que no se lance contra la recta razón.

La capacidad es el estado anímico que alcanza el fin propio sin deficiencia ni exceso.
La autosuficiencia... es el estado anímico que se basta con lo que es necesario y que se procura por sí misma lo que configura la vida feliz.
La pureza es el estado anímico que procura una conducta limpia y no contaminada con vicios; la sencillez, el estado anímico de suprimir lo superfluo.
La frugalidad es el estado anímico que prescinde de lo innecesario y acoge de buen grado lo que es estrictamente suficiente para una vida racionalmente sana y feliz.
El buen orden... la capacidad firmemente establecida de disponer bien en la acción las cosas que se suceden las unas a las otras, y es insuperable por su virtud.

Así también la fuerza del alma consiste en una tensión suficiente a la hora de juzgar, actuar, o no; y del mismo modo que la belleza del cuerpo radica en una simetría de los miembros que lo constituyen en relación unos con otros y con el conjunto, así también la belleza del alma es una simetría de la razón y de sus partes en relación con su conjunto y de unas con otras.

La enfermedad del alma es muy similar al desorden del cuerpo.
Se dice que la enfermedad del cuerpo es la falta de simetría en sus elementos componentes, caliente y frío, seco y húmedo.
La belleza reside no en la simetría de los elementos sino en la de los miembros.

Los tonos del cuerpo son llamados débiles y firmes en relación con el sistema nervioso.
El tono del alma es llamado firmeza o debilidad.

La continencia es la disposición a no sobrepasar lo que acontece según la recta razón, o la virtud que nos pone por encima de aquello de lo que parece ser difícil abstenerse.

El placer es una exaltación irracional hacia aquello que parece digno de ser elegido. Subordinados a él están el encanto, el gozo por el mal ajeno, el regocijo y la efusión.
La malevolencia es un placer por el mal ajeno sin beneficio propio. El deleite es un placer que se apodera del ánimo a causa de la suavidad de lo escuchado, y cual es este deleite de los oídos, así son los de los ojos, los del tacto, los del olfato y los del gusto, todos ellos pertenecientes a un mismo género para impregnar el alma, como si de placeres en estado líquido se tratase.
La jactancia es un placer exultante y que hace envanecerse bastante insolentemente.

El amor es un intenso de procurarse amistad a través de la belleza externa.
El deseo es un apetito irracional, al que están subordinadas también estas pasiones: la necesidad, el odio, la ambición, la ira, el amor, el resentimiento, el coraje.
La necesidad es un deseo frustrado y está como separada de su objeto, pero tiende y aspira vanamente hacia él.
El odio es un deseo creciente y duradero de hacer mal a alguien.
La ambición es un deseo de eliminar obstáculos.


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