May 13, 2015

EL PROBLEMA NIHILISMO EN VASTA ESCALA

El nihilismo es la situación de desorientación que aparece una vez que fallan las referencias tradicionales, o sea, los ideales y los valores que representaban la respuesta al ¿para qué?, y que como tales iluminaban el actuar del hombre.

"El hombre moderno cree de manera experimental ya en este valor, ya en aquél, para después dejarlo caer; el círculo de los valores superados y abandonados es cada vez más amplio; se advierte siempre más el vacío y la pobreza de valores; el movimiento es imparable, por más que haya habido intentos grandiosos por desacelerarlo. Al final, el hombre se atreve a una crítica de los valores en general; no reconoce su origen; conoce bastante como para no creer más en ningún valor; he aquí el pathos, el nuevo escalofrío... La que cuento es la historia de los próximos dos siglos...
(Nietzsche)

La profecía de Nietzsche que luego será raptado por la demencia se ha confirmado.

"El principio de las cosas, y de Dios mismo, es la nada".
(Zibaldone, el sublime maestro de la nada Leopardi)

El espíritu que siempre niega como Mefistófeles en Fausto (Goethe).

"...porque todo lo que nace/ es tal que perece;/ por lo que mejor será que nada naciese"
(Anaximandro)
(nota de Jorge: Y qué decir de los ensayos del rumano Cioran)

Para corregir un defecto, el hombre prefiere
a la cualidad antagónica el defecto simétrico.

Por qué el ser y no más bien la nada.
(Heidegger)

Turguéniev afirma haber inventado el término nihilista en su novela Padres e hijos (1862).
El joven tiene que negar, sabe que para avanzar debe pisotear creencias y valores tradicionales, y procede impertérrito, sin preocuparse demasiado de las cenizas y de la destrucción que deja a sus espaldas.
Nihilista es un hombre que no se inclina ante ninguna autoridad, que no da fe a ningún principio, cualquiera sea el respeto de que tal principio esté rodeado.

Veremos cómo haréis
para existir en el vacío,
en el espacio sin aire.

Los que nada saben
los que nada entienden.
Gente que no cree en nada
con la convicción de que todo es nada.

"Hundido en la infinita inmensidad de los espacios que ignoro y que me ignoran me espanto".
(Pascal)

Pero el escenario ya está delineado. Pronto también Dios se eclipsará. Primeramente solo como hipótesis: todo ha de imaginarse como si Dios no existiese. Luego, de verdad: todo ha de repensarse, en primer lugar, el sentido de nuestra existencia, tomando nota del hecho de que Dios ha muerto. Entonces, cuando la trascendencia pierde su fuerza vinculante y enmudece, el hombre abandonado a sí mismo reclama su libertad. Más bien, no le queda sino tomársela: el hombre es la libertad misma, puesto que ya no es sino lo que proyecta ser, y todo le está permitido. Que esta libertad sea una libertad desesperada, que infunde más angustia que plenitud de ser, es un hecho con el cual el existencialismo ha tratado de convivir.

El término nihilismo se emplea para caracterizar la operación filosófica mediante la cual el idealismo intenta anular en la reflexión el objeto del sentido común, con el fin de mostrar cómo él, en verdad, no es otra cosa que el producto de una actividad invisible e inadvertida del sujeto. Según el punto de vista, favorable o no a tal operación, el término adquiere un sentido positivo o negativo. Nihilismo signifca entonces, en la acepción positiva, la destrucción filosófica de todo presupuesto y todo dato inmediato; en la negativa, por el contrario, la destrucción de las evidencias y las certezas del sentido común por parte de la especulación idealista.

Schlegel usa el término nihilismo también en otro sentido, para caracterizar la visión oriental del mundo. Dice que el nihilismo es la forma mística-oriental del panteísmo. Esta ecuación se vuelve a encontrar más tarde también en la Esencia del Cristianismo de Feuerbach.

El ateísmo despedaza el universo entero en una miríada de yoes aislados, sin unidad ni conexiones, donde cada uno está solo frente a aquella Nada en cuya presencia incluso Cristo, al final de los tiempos, desespera de la existencia de Dios-Padre. Es la desconcertante visión apocalíptica.

El nihilismo es definido aquí como un abuso de la inteligencia, destructivo para la religión, y se asocia al oscurantismo, es decir, a la igualmente reprobable inhibición del uso de aquélla, derivada en parte del temor por el saber, en parte del desprecio por el saber.
(Baader)

No sobre la nada, sino precisamente sobre nada. Ello significa que el nihilismo que se obtiene a partir de aquí no está basado en una afirmación filosófica de la nada, sino que es simplemente la negación y el rechazo de todo fundamento que trascienda la existencia originaria e irrepetible del individuo.

"Dios y la humanidad han fundado su causa sobre nada, sobre ninguna otra cosa que sí mismos. Del mismo modo, yo fundo pues mi causa sobre mí mismo, yo que, igual que Dios, soy la nada de todo otro, yo que soy mi todo, yo que soy el único... Yo no soy nada en el sentido de la vaciedad, sino la nada creadora, la nada de la cual yo mismo, en cuanto creador, creo todo.
(Stirner)

Rechazo de cualquier deber, misión o ideal en el cual se identifique él, se anule a sí mismo en cuanto Único. Hasta tal punto de rechazar cualquier nombre que pretenda ser su nombre propio: "Se dice de Dios -Ningún nombre puede nombrarte-. Esto vale para mí".

Cuando los dioses lo abandonan, el Único no tiene más puntos de apoyo en su orgulloso aislamiento y reconoce (cuando Dios muere el hombre se animaliza) dos únicas verdades: mi potencia y el espléndido egoísmo de las estrellas. La postura más alta que puede alcanzar en su existencia insular es: ser indiferente sin cinismo y apasionado sin entusiasmo. 
(Schmitt)

El desgarramiento entre los ideales del cristianismo, que pertenecen al cielo y querrían andar con las manos vacías sobre la tierra, y el realismo de este mundo, sobre el cual es soberano el Mal, el espíritu inteligente y terrible, el espíritu de la autodestrucción y del no ser.
(Dostoievsky)

Dios ha muerto y su muerte fue la vida del mundo, acuñando así por primera vez una expresión que Nietzsche volverá famosa. Quien mató a Dios no fue, sin embargo, el hombre, no hemos sido nosotros, como afirma Nietzsche, sino que, más bien, es Dios mismo quien se da muerte, siguiendo el impulso, que le es connatural, de pasar del ser a la nada. Con todo, sostiene que, desde un punto de vista regulativo, podemos pensar el origen del mundo como si fuera el resultado de un acto de voluntad motivado. Se trata del resultado, por así decir, de una acción de la trascendencia -que, por lo demás, nos permanece desconocida e incognoscible-, más precisamente del acto mediante el cual la trascendencia, es decir, el súper-ser que está más allá del ser y precede al mundo, se disuelve en la inmanencia del mundo, esto es, en el no-ser: la génesis del mundo tiene origen en la voluntad de Dios de pasar del súper-ser a la nada, es la autocadaverización de Dios. Todo lo que vemos en el mundo es la manifestación de tal voluntad de autoanulación.
(Mainländer)

La forma extrema del nihilismo sería el sostener que toda fe, todo tener por verdadero es necesariamente falso: porque no existe en absoluto un MUNDO VERDADERO.
Por lo tanto: una perspectiva ilusoria, cuyo origen está en nosotros (teniendo nosotros constantemente necesidad de un mundo limitado, abreviado, simplificado).
Que no hay verdad; que no hay una constitución absoluta de las cosas, una cosa en sí; esto mismo es nihilismo, es incluso el nihilismo extremo.
(NIetzsche)

Esto significa que no debemos pensar únicamente que la vida no se propone nada y que, como el girar de los planetas, nada persigue en su trayecto sino a sí misma: como ellos que recorren millones de kilómetros para continuar simplemente en su órbita, así la vida hace todo lo que le consienten la mecánica y la energía del cosmos, y ninguna otra cosa. Por el contrario, debemos pensar también que todo este retorna eternamente. La conclusión de Nietzsche es coherente: "El carácter complexivo del mundo es caos para toda la eternidad".

En su soledad cósmica, la existencia repite la interrogación gnóstica, sabiendo que permanecerá sin respuesta: ¿qué somos?, ¿de dónde venimos?, ¿adónde vamos?



FRANCO VOLPI


Ella me dijo que qué verdad, que la verdad no existía.



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