February 17, 2014

EL INTROVERTIDO EN AMORES DE LOPE DE VEGA

CASANDRA ¡Que ha seis meses que le miro
a este enemigo cruel,
y que, transformada en él,
una y mil veces suspiro!
¡Y que no quiera entenderme!
Sin duda debe de ser
que no se quiere atrever
para que llegue a atreverme.
Y no me espanto, que, en fin,
aunque hablando le provoco,
ya fuera tenerme en poco
presumir que soy tan ruin.
Que es tal la desigualdad
a que el amor me igualó,
que aun diciéndoselo yo,
pondrá en duda la verdad.

CASANDRA Ya puedo ahora
echar ceniza en su llama.
Ya se me queman las alas,
naciendo en mi pensamiento,
las del nuevo atrevimiento,
ligeras en cosas malas.

CASANDRA ¿Cómo es posible que estés
en lo mejor de tu edad,
y que a toda esta ciudad
alegre esperanza des,
y que siendo ahora en ella
el más galán cortesano,
de ti mismo seas tirano,
y de tu alma noble y bella,
pues a ninguna la das,
de cuantas damas hermosas,
de merecerte envidiosas,
te miran por donde vas?
Tú puedes ver si en la corte
hay ahora caballero,
natural o extranjero,
que como tú se reporte.
Todos sirven, todos quieren;
inventan galas, paseos,
justas, sortijas, torneos,
empresas del mal que mueren.
Tú solo, en tu soledad
entre todos escondido,
siendo el mejor, ¿no has nacido
para amores y amistad,
que aun un amigo no tengas
para que en su compañía
puedas pasear un día,
y de noche te entretengas?
¿De dónde nace que seas
tan escaso, qué es aquesto?

CASANDRA (¡Ay, Amor, dame tu ayuda!)
Yo te aseguro que estás
muy engañado; no creas
que así despreciado seas,
que, humilde, mereces más.
Y yo sé que no hay alguna
en todas aquestas damas,
que si tal la quieres y amas
no bendiga su fortuna.
Mucho mereces y vales;
pretende, Carlos, y advierte
que has de dar en lo más fuerte
del cielo de donde sales;
que como rayo has de ser.

LEONORA ¡Ay de mí, qué divertida
me tuvo mi mal cruel,
sin ver mis ojos aquel
que es el dueño de mi vida!
¡Ay, Carlos, y quién pudiera
desde aquesta reja hablarte,
sin que de una y otra parte
tantos peligros temiera!
¡Oh, quién se pidiera entrar
con el pensamiento suyo,
a ver, Carlos, si en el tuyo
tiene mi alma lugar!
Mas sí debe de tener,
que me debe ya seis años
de amor.

FELICIANO Soneto.
CARLOS "Ora seas Leona, mi Leonora
sierpe de Libia llena de ira y saña,
ora seas cruel toro de España,
que bebe el Tajo y sus riberas mora;
ora del sol la Circe encantadora,
y el cocodrilo que llorando engaña,
más flaca y débil que la tierna caña;
ora sirena, que cantando llora.
Que león, sierpe, circe, toro, fiera,
cocodrilo cruel, caña, sirena,
en pena, en vida, en muerte, en gloria, quiero
darte mi alma de cualquier manera;
que más vale por ti tormento y pena,
que de otra mano el bien del mal que muero."

LEONORA Pues ya mi lengua no puede
por tanto secreto hablar,
puedan mis ojos mirar,
y el alma contenta quede.
Es tal la fuerza y decoro
deste secreto que anda,
que hablar con todos me manda,
y callar con quien adoro.
¡Brava cosa, que he de ver
a Carlos, y no le he de hablar,
siendo tan nuevo el hablar
en secreto de mujer!
Pero, al fin, de aquesta suerte,
seis años he conservado,
Carlos, el dichoso estado
de quererme y de quererte.
Durarme de aqueste modo,
que si alguno hablar me viera
contigo, o tu amor supiera,
ya fuera acabado todo.
Que, como es bueno el efecto
cuando la causa es mejor,
en la fuerza del secreto,
así se conserva amor.
CARLOS Guárdame la puerta bien
mientras que la llego a hablar,
y si alguien vieres entrar,
hazme una seña también.
Pero si nos viese alguno,
sería por nuestro daño.
FELICIANO Haced, cielo, que en un año
no entre ni llegue alguno.
Ve, Carlos, a hablar con ella,
hágate el cielo dichoso;
que aquí te aguardo envidioso
de que estés tan cerca della.

LEONORA Esta noche me has de ver,
y esto a las dos ha de ser.
Por las yedras del jardín,
saltarás por donde sueles,
y ponte detrás de un árbol,
o entre las fuentes de mármol,
debajo de los laureles.
Que su sombra te hará espalda,
y entonces podrás llegar,
cuando sintieres ladrar
una perrica de falda.
Y entra en mi aposento luego,
que mis dueñas dormirán.
¡A fe que es papel galán!

CASANDRA ¡Que un hombre tan discreto y tan prudente
se deje así engañar de un rapacillo
que en todo cuanto dice burla y miente!
ARNALDO De veros pertinaz me maravillo.
¿No os he dicho que quiere a cierta dama?
CASANDRA Éste será, de vuestro honor, cuchillo.
¿No veis que en no decir cómo se llama
sabed que finge amor por cumplimiento,
encareciendo su hermosura y fama?



El perseguido, Lope de Vega

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