July 24, 2015

MORALIA DE PLUTARCO

¡Oh tiranía!, amiga de los hombres bárbaros

la buena fortuna de los mortales
la ganan los que están menos tristes

cómo distinguir a un adulador de un amigo

se esparce bajo las nubes
sin gloria y sin ser visto

¡Por los dioses!, me gusta gritar a los perros, mientras persigo a los moteados ciervos

¿Cómo puede ser un hombre bueno, el que ni siquiera es severo con los malos?

En efecto, igual que los luchadores abaten su cuerpo para tirar a los otros, del mismo modo, al censurarse a sí mismos, empujan a los que están cerca hacia la admiración: "Soy un esclavo cobarde en el mar; me canso en los trabajos, si me insultan, me vuelvo loco de ira". Pero para éste dice: "no hay nada difícil, ni pesado, sino que es un hombre singular, lo soporta todo tranquilamente y sin sufrimiento". Y si no, creyendo tener mucho entendimiento y queriendo ser austero y sincero por alguna rectitud, suele proponer como modelo el verso:

Tidida, ne me alabes demasiado y no me injuries.

Por esto, no sería absurdo alabar a un hombre, si con las alabanzas llega a ser más útil y valioso.

la promesa del amigo:
si puedo realizarlo, y si eso se puede realizar

la promesa del adulador:
di lo que piensas

Pues el ser prudente es compartido, no el estar loco.

cuando solo se trata de una cosa vergonzosa, ruega que le dejen tranquilo y se abstiene

Pero el adulador es falso, bastardo y mercenario, porque conoce muy bien que está cometiendo una injusticia con la amistad, convertida por él en una moneda falsa; también es envidioso por naturaleza y usa de la envidia con los semejantes, luchando por sobrepujarlos en truhanerías y en charlatanerías, y tiembla y siente miedo ante el mejor

siempre que no haya un amigo que nos alabe y que hable bien de nosotros, sino que nos reprenda, nos hable con libertad y nos censure. Pues son pocos entre muchos los que se atreven a hablar con franqueza más que a dar gusto a los amigos.

En efecto, la franqueza es algo amistoso y honroso, pero el reproche es algo egoísta y mezquino.

A ti te engendró el glauco mar y las rocas escarpadas, pues tienes un corazón duro.

Y así como Hipérides, el orador, pedía a los atenienses que considerasen no solo si era duro en sus discursos, sino también si era duro en vano.

dijo Dionisio, oh Platón, pues es necesario odiar y castigar no solo las obras de los enemigos sino también sus intenciones.

Esquines -dijo-, un hombre ilustre por su carácter, como cualquiera de los compañeros de Sócrates y poderoso en su discurso para mejorar a aquellos con los que se reúne

suprimiremos de nuestra franqueza los condimentos desagradables, todo aquello, risa, burla y chocarrería... pero su mano debe abstenerse de todo movimiento bailarín y atrevido, de toda gesticulación curiosa, del mismo modo la franqueza admite habilidad y elegancia, si la gracia conserva dignidad, pero el atrevimiento, la desvergüenza y la arrogancia unidas la destruyen y matan completamente.

Pues Antifonte murió por orden de Dionisio, y Timágenes perdió la amistad de César, porque nunca empleó un lenguaje generoso, sino que en las reuniones y en las discusiones decía una y otra vez sin ninguna buena intención solo aquello que le parecía chistoso, favoreciendo en los ataques por ambas partes como una excusa para el vituperio.

para los que lo dicen queda la fama de maliciosos y desvergonzados, y los oyentes no sacan ninguna utilidad de las cosas que se dicen.

Las almas son muy inclinadas a la ira a causa del vino, y, muchas veces, la embriaguez si se cruza en el camino, convierte la franqueza en enemistad.

Cuando la divinidad nos da la prosperidad, ¿que necesidad hay de amigos?
que, sobre todo, los afortunados necesitan de amigos que les hablen con franqueza y reduzcan el orgullo de su mente.

Pero, cuando la divinidad los derrumba y los despoja de su esplendor 
es dulce mirar a los ojos de un persona amable

Pues, para el que está triste, una palabra amiga es saludable.

E efecto, es necesario que la amonestación y el descubrimiento de una falta, como los de una enfermedad indecorosa, se hagan en secreto y sin convocar una asamblea, sin ostentación y sin testigos y espectadores, pues no es propio de un amigo, sino de un sofista ufanarse con los errores ajenos, jactándose ante los presentes, como los cirujanos que realizan su trabajo en los teatros con el fin de adquirir clientela

si uno reprende en presencia de muchos y no perdona, todo vicio y toda pasión se convertirán en algo vergonzoso

igual que Platón pedía que los ancianos que intentan infundir un sentido del respeto entre los jóvenes respetaran ellos mismos primero a los jóvenes

teniendo la cabeza cerca, para que no se enterasen los demás

Por esto, no es preciso corregir ásperamente a los que se niegan ni prohibirles que se defiendan, sino también ayudarles a encontrar excusas convenientes y, dejando el motivo peor, proporcionarles uno más tolerable, como Héctor a su hermano

Infeliz, no está bien que pongas tanta ira en tu corazón
Tu cediste a tu magnánimo corazón

El arte de la franqueza es la más grande medicina en la amistad, que necesita de una oportunidad con buena puntería e indirecta pero de un temperamento moderado

Por eso, también es preciso que los que amonestan lleven cuidado sobre todo, en estos casos y no abandonen demasiado pronto ni permitan que algo triste e irritante para sus amigos ponga fin al encuentro y a la conversación

sino que el vicio, añéndose a todas las cosas con el mismo peso,
Como una bola de plomo tira hacia abajo la red

El termino griego prokope que emplea aquí Plutarco para indicar "progreso" es el que los filósofos estoicos empleaban para significar el progreso moral

Uno pude luchar contra el mal, y a la vez, ir viendo sus progresos en la virtud y el camino que le queda por recorrer

En efecto, cuando tales depresiones se producen sin mucha frecuencia y los apoyos morales y las reacciones de la inteligencia abruman y destruyen, rápidamente, como en el recodo de un camino, el aburrimiento y la aflicción, es preciso que pensemos que nuestro progreso, se encuentra sobre una base firme.

y los ataques de los enemigos, surgidos entre risas y bromas, abaten y ablandan, y también  algunos los arrancan a sacudidas completamente de la filosofía, no sería un mal signo de progreso la paciencia de cada uno ante estas cosas, y el no turbarse ni molestarse por los que celebran y nombran a algunos de la misma edad que tienen éxito en los palacios de los reyes o que han conseguido, en su matrimonio, dotes

Pero nosotros no cambiaremos con ellos, la riqueza
por la virtud, pues ésta es siempre inmutable,
pero la riqueza unas veces la posee un hombre otras otro

El coro de aquél, efectivamente, es mayor, pero el mío es más armonioso

en tercer lugar,el aspecto del lenguaje, que es lo que tiene que ver más con el carácter y que es lo mejor, así los que estudian filosofía, cuando pasan de los discursos elogiosos y artificiosos a un discurso que tiene que ver con el carácter y la pasión, comienzan a hacer un progreso real y no presuntuoso

Del mismo modo, la dedicación y el ejercicio constante hace a los hombres sensibles y receptivos de lo que conduce por todas partes a la virtud 

Pues si el amor verdadero a un joven o una mujer no busca testigos, sin que disfruta de su dulzura, aunque lleve a término su deseo en secreto, todavía es más natural que el amante del bien y de la sabiduría al tener relaciones con la virtud a través de sus acciones, se enorgullezca para sí mismo en silencio, no necesitando ni panegiristas ni espectadores

Por es, es propio de un hombre que está haciendo progresos no solo si da algo a un amigo o si hace un buen servicio a un conocido, no decírselo a otros

se ha acostumbrado a conseguir dentro de él mismo las satisfacciones

Ciertamente, yo no soy un dios. ¿Por qué me comparas a los inmortales?

Pues, como dice Esquilo, no pasa desapercibido: el ojo ardiente de una mujer si ha gustado los placeres del amor de un hombre
Pero a un hombre joven que ha gustado del verdadero progreso en la filosofía le son aplicables estas palabras de Safo: 
mi lengua se ha roto, y al punto un fuego
suave recorre mi cuerpo

Sin embargo verás su ojo tranquilo y sereno, y desearías escucharle hablar

son incurables los que se comportan hostil y duramente y se irritan con los que los censuran y amonestan: pero no los que los aguantan y se someten a su amonestaciones, que son más afables

Como decía en una ocasión Diógenes que al que está necesitado de salvación le conviene buscar a un amigo honrado o un enemigo fogoso, para que, al ser censurado o atendido, pueda escapar al vicio

¡Oh extranjero puesto que tú no te pareces a un hombre malvado ni insensato
salve!, y sé muy feliz, ojalá los dioses te concedan prosperidad

una indiferencia semejante debe adquirir, por medio de la razón y la filosofía, el hombre que no desee ser perturbado por las cosas que le sucedan

Mira también cuál era el significado del dicho de Zenón. Pues consideraba que cada uno, a partir de sus sueños, puede darse cuenta de su propio progreso, si observa que en los sueños no es dominado por nada desagradable y que no admite o hace nada terrible ni injusto sino que, como en la clara profundidad de una calma absoluta, brilla sobre él la fuerza imaginativa y emocional de su alma, derramada por la razón.

del mismo modo, en aquellas personas en las que el impulso irracional se ha hecho obediente y suave por la razón y ha sido refrenado, ni en sueños ni por enfermedad se llena ya fácilmente de insolencia o desea obrar contra las leyes a causa de sus deseos, sino que observa y recuerda el hábito que introduce en nuestra atención fuerza e intensidad

Y, puesto que una completa indiferencia es una cosa grande y divina, mientras que el progreso, como decimos, consiste en una reducción y contención de las pasiones, es necesario que, comparando nuestras pasiones con ellas mismas y unas con otra, determinemos las diferencias: con ellas mismas, por ver si ahora nos entregamos a deseos, miedos y enojos más nivelados que los de antes, suprimiendo con la razón lo que los excita e inflama; unas con otras, por ver si sentimos más vergüenza que temor, y somos más emuladores que envidiosos, y más amantes de la fama que del dinero

del mismo modo la maldad de los que están haciendo progresos si es trasladada hacia pasiones más moderadas, parece que se extingue poco a poco

esforzándose por unirse, de algún modo, con el hombre bueno. Pues también esta pasión es propia de un progreso verdadero, amar y querer la conducta de aquellos cuyas obras intentamos emular, y procurar hacernos iguales a ellos con un afecto que les confiera un honor elogioso. En cambio, al que le son infundidas rivalidad y envidia hacia lo mejores que él, que sepa éste que esta atormentado por un celo hacia la reputación o el poder de aquéllos, pero que no honra ni admira la virtud.

FORTUNA

Pero si existen la sensatez, la justicia y el valor, ¿cómo puede haber una razón para que no exista la inteligencia? Y si hay inteligencia, ¿cómo no va a haber discreción? En efecto, la sensatez es, como dicen, una especie de inteligencia y la justicia necesita que la inteligencia esté presente. Aún mejor, a la discreción y a la inteligencia, que hacen buenos a los hombres en medio de lo placeres, las llamamos continencia y sensatez; cuando aparecen en medio de los peligros y trabajos, fortaleza y bravura, y en las reuniones privadas y públicas, legalidad y justicia.

En realidad, si no existe la discreción, es lógico que tampoco existan la reflexión acerca de nuestros actos, la observación ni la búsqueda de lo que es más conveniente,

Lo que puede ser enseñado lo aprendo, lo que puede ser encontrado lo busco y lo que puede ser objeto de súplica lo pedí a los dioses

Solo el hombre, según Platon, ha sido abandonado por la naturaleza "desnudo, sin armas, descalzo y sin ropas".

Mas, al concederle un solo don, todo está mitigado,

es decir, la razón, la preocupación y la previsión

Débil es, en verdad, la fuerza del hombre, pero con la destreza de sus pensamientos domina a las terribles especies del mar y las terrestres y las aéreas.

Pero, según Anaxágoras, hacemos uso de la experiencia, la memoria, la sabiduría y la habilidad, nuestras y solo nuestras, y les sacamos la miel, los ordeñamos, lo llevamos y traemos, haciendo con ellos lo que queremos, de tal forma que en todo es no hay nada que se deba a la fortuna, sino que todo es obra de nuestras discreción y previsión.


SOBRE LA VIRTUD Y EL VICIO

una llamada al estudio de la filosofía, ya que dice que el que vive como un filósofo pasará la vida contento, feliz, sabiendo adaptarse a todo lugar y circunstancia y aceptando tanto la riqueza como la pobreza, la gloria con la falta de ella.

De esta forma los hombres soportan también la pobreza, el destierro y la vejez con alegría y en paz según la buena disposición y la tranquilidad de su carácter.



CONSEJOS PARA CONSERVAR LA SALUD

Cosa grande y admirable es si le damos al cuerpo solo aquellos placeres que exige la naturaleza y, más aún, si, luchando mucho con los apetitos, aplazándolos y respondiendo apenas a los necesarios, o. como dice Platón, "cediendo cuando el cuerpo muerda y tire fuerte", escapamos sin daños. Y, al contrario, no hay posibilidad de que los deseos que descienden del ánimo al cuerpo y obligan a éste a obedecer y a compartir las emociones de aquél, no dejen tras de sí los más graves y mayores daños a cambio de placeres poco valiosos e insignificantes.

Ya que no reside "en los estómagos llenos el Amor", sino más bien en la serenidad y la calma de la carne, y el Amor tiene su fin en el placer, sí como la comida y la bebida. En cambio, la salud proporciona a los placeres como un mar en calma a los alciones, una existencia y un nacimiento seguros y tranquilos.

¡Oh dioses, qué felicidad tan grande perdí por un placer tan breve!

Yo sé muy bien que los hombres tienen fiebre por efecto de la fatiga, por el calor y por el enfriamiento.

"Pesadez y fatiga -dice Hipócrates- sin causa aparente son anuncio de alguna enfermedad", porque, al parecer, el espíritu alrededor de los nervios se encuentra sujeto a tensión y obstrucción, debido a la abundancia de humores en el interior del cuerpo.

Epaminondas, cuando comía con sus colegas en el mando, bebía tras la comida vinagre, y al preguntarle, ellos si era bueno para la salud, dijo: No lo sé, pero estoy seguro de que es bueno para acordarme de mi vida en casa.

Pero también nosotros hemos nacido de la misma semilla

así una broma encuentra disculpa y franquía, si como un producto natural y espontáneo, tiene su origen en la oportunidad del momento, pero si no viene a cuento, sino que es algo extraño, se asemeja a una intriga y ultraje, como la broma de Tigranes al marido de una que vomitaba: "Mal, desde luego, empiezas al traer a casa a esta musa".

Pues la inoportunidad y lo que no viene  cuento, evidencian insolencia y hostilidad 

Éstos, efectivamente, según Platón, por una cosa muy liviana, las palabras, pagaron un castigo muy pesado. En cambio, los que saben y procuran ser oportunos, testifican en favor del propio Platón, que es labor de una persona bien educada el bromear con buen tono y encanto.

Y Aristeneto, el niceo, dijo que recordaba haber leído en algunos otros libros que algo dulce mezclado con vino cortaba la borrachera y que algunos médicos recomendaban que los que habían bebido de más vomitaran; luego, cuando fueran a acostarse, que comieran pan untado con miel. "Por tanto, si los sabores dulces rebajan algo el vino puro, es natural que el vino nuevo no emborrache, hasta que su dulzor cambie".

Por ello, las nodrizas se guardan totalmente de exponer los críos a la luna, pues como están llenos de humedad, al igual que la leña verde, se encogen y retuercen, y los que se han acostado a la luz de la luna vemos que les cuesta trabajo levantarse, como si estuvieran aturdidos en sus sentidos y entumecidos, pues la humedad difundida por la luna apesanta los cuerpos. Y se dice también que coopera a un parto feliz, cuando es luna llena, ya que por la liberación de los líquidos hace los dolores más suaves.

Y Aristóteles también dice que las heridas de lanzas y espadas broncíneas son menos dolorosas y más fáciles de curar que las de hierro, por tener el bronce en sí algo de medicinal y esto al instante quedar en las heridas;

Súmale a ello, dije, un espanto no pequeño ante tales fenómenos y temor y pavor, por lo que muchos que no sufrieron ningún otro mal, por el propio hecho de temer morir murieron. Y, desde luego,  las ovejas, cuando suena un trueno, los pastores les enseñan a correr y reunirse en el mismo sitio, pues las que quedan rezagadas aquí y allá por el miedo abortan. Y es posible ver a miles que han muerto por un trueno sin que tuvieran ninguna huella ni de golpe ni de quemadura, sino que el alma, según parece, al modo de un pájaro sale volando del cuerpo.

pero la mesa nupcial tiene como delator al himeneo, que grita fuerte, y la antorcha y la flauta, cosas que, dice Homero, también las mujeres, de pie en las puertas, admiran y observan.

(Nota de Jorge: también se admiraría uno, pienso, muchísimo del poder de las miradas, que hacen bien, hieren o dañan, derriten y consumen a los enamorados con un placer agridulce)

Mira, por tanto, dijo, no sea que Empédocles haya formado el epíteto más bien por esto, porque, mientras los demás frutos se protegen por fuera con la corteza y tienen lo que se llama piel, cáscara, membranas y vainas en la superficie, la corteza de la manzana está dentro, como una única pegajosa y grasienta a la que se adhiere la semilla, y lo comestible, que la rodea por fuera, naturalmene se llama hypérphloion.

¿Por qué adoptaron el mes de enero como principio del nuevo año?
De hecho antiguamente marzo se contabilizaba el primero...
...febrero el duodécimo. En este último realizaban sacrificios de purificación y llevaban ofrendas a los muertos por ser el final del año.

Y por esto levantó el templo de Pequeña Fortuna y nos enseñó a prestar atención a las cosas y a no despreciar nada de lo que encontramos por razón de su pequeñez.

¿Por qué no apagaban una antorcha sino que dejaban que se extinguiera por sí misma?
¿O también esto es un símbolo de que no se debe destruir ni matar lo que tiene vida a no ser que perjudique, dado que el fuego se asemeja a un ser vivo?

sino que como la luna quiere prestar atención a su superior y está en segundo lugar

siempre mirando hacia los rayos del sol

¿Por qué las varas de los pretores se llevan unidas en haces a las hachas atadas a ellas?
¿Es acaso un símbolo de que la ira del gobernante no debe ser fácil ni desatada?
¿O, al procurar demora y dilación a la ira el desatar poco a poco las varas, les hizo muchas veces cambiar de opinión en torno al castigo? Y puesto que una maldad es curable pero otra irremediable, las varas corrigen al que puede enmendarse y las hachas cercenan lo incorregible.

¿Por qué consideran como principio del día la medianoche?
¿Acaso porque el estado romano tenía en principio una organización militar, y con mucha frecuencia en campaña se tratan de antemano los asuntos de importancia por la noche?

¿Por qué apartan el cabello de la novia con la punta de la espada?
¿Es acaso esto un símbolo de que las primeras mujeres se casaron por la fuerza?

¿Por qué no le estaba permitido al sacerdote de Júpiter, al que llaman Flamen Dialis, ni tocar harina ni levadura?
¿Acaso por ser la harina un alimento incompleto y crudo? Pues ni ha permanecido lo que era, trigo, ni se ha convertido en lo que debe llegar a ser, pan, sino que ha perdido el poder de la semilla a la vez que no ha adquirido la utilidad del alimento.

Pues a aquéllos no les aprovecha su patrimonio ni les adorna, a éstos incluso les daña y les deshonra.

Ea pues, observemos en primer lugar cuál es ese uso por el que se admira la riqueza. ¿Es, acaso, el de las cosas suficientes? Entonces los ricos nada tienen más que quienes poseen moderadamente, sino que "la riqueza no es riqueza", como dice Teofrasto, y verdaderamente "no es envidiable", si Calias, el más rico de los atenienses e Hismenias, el de mayores recursos entre los tebanos, se servían de lo mismo que Sócrates y Epaminondas.

SOBRE LA ENVIDIA

pero la envidia la sienten simplemente de quienes parecen prósperos.

Pero la superioridad y el brillo de la buen suerte con frecuencia extingue la envidia. No es probable que nadie haya envidiado a Alejandro o a Ciro, cuando triunfaron y llegaron a ser dueños del mundo.

Pues los envidiosos no querrían causar la perdición a muchos de sus amigos y conocidos ni hacerles sufrir, pero se apesadumbran de su felicidad. Disminuyen, si pueden, su fama y gloria, pero no les procurarían males irreparables, sino que, como si se tratara de un casa más alta, se contentan con quitar lo que les hace sombra.

SOBRE EL HADO

Pues se llama hado (heimarméne) por ser algo concatenado (eiroméne); y es una norma y ley por haberse subordinado las consecuencias a los sucesos como en la legislación de un estado.

A continuación debemos considerar lo concerniente al concepto de relación. Cómo es el hado respecto a la providencia, y cómo es respecto a la suerte y lo que depende de nosotros y lo contingente y otras cosas semejantes. Y en este punto debemos definir en qué aspectos es verdadero y en cuáles falso el dicho "Todo sucede conforme al hado".

Pues el hado comprende todo según parece. Pero no todas las cosas han de suceder necesariamente, sino que cada una de ellas se comporta tal como viene determinado por su naturaleza.

Lo posible como género precede por su propia naturaleza a lo contingente; lo contingente, como materia es anterior a lo que depende de nosotros, lo que depende de nosotros a su vez, como dueño y señor, se sirve de lo contingente. Y la suerte incide en lo que depende de nosotros por la inclinación de lo contingente a uno u otro lado. Se podrían comprender estas palabras más exactamente reflexionando que todo lo que sucede y el propio suceder no existen separadamente de la potencia y la potencia no existe sin una substancia.

Lo posible resulta claro así; pero podría definirse sumariamente de dos modos: de una manera general lo que sucede por su naturaleza conforme a la potencia; de una forma más estricta, esta misma definición, añadiéndole: "Cuando no existe ningún obstáculo exterior para que suceda".

Podríamos definirlos de este modo: lo necesario es lo posible cuyo opuesto es imposible, lo contingente es lo posible cuyo opuesto es posible.

De nuevo, en cuanto a lo contingente puede ser tres modos, lo que es habitual, lo que es raro y, por último, lo que es en igual medida habitual o raro y lo conforme a la suerte. Es evidente cómo se oponen unos a otros. Lo habitual y lo raro se oponen recíprocamente. Y estas cosas por su naturaleza ocurren las más veces, pero lo que es tanto habitual como raro depende de nosotros.

Y es más general lo que depende de nosotros, pues tiene dos aspectos , el de la pasión, la cólera y el deseo y de otra parte el del razonamiento y la reflexión, lo que podríamos llamar "conforme a elección".

Pues respecto al futuro se llama "posible y contingente" y, en cambio, respecto al presente se llama "dependiente de nosotros" y "conforme a nuestro impulso".

La suerte es un cierto tipo de causa. Pero entre las causas unas lo son por sí, otras son accidentales.

Sin embargo, lo accidental, cuando no se encuentra solamente en las cosas que tienden a un fin, sino en las que dependen de la elección, se llama entonces lo "propio de la suerte". Como, por ejemplo, el encontrar oro cuando se está cavando para sembrar, u ocurrirle a uno algo o hacer algo fuera de lo habitual, cuando se huye o se persigue a alguien, o camina de algún otro modo o solamente se vuelve no por lo que ocurrió sino por algún otro motivo. Por eso algunos escritores antiguos explicaron la suerte como una causa imprevisible y oscura para el razonamiento humano. Pero según los seguidores de Platon, que se han acercado más a ella en su estudio, se define la suerte de este modo: es una causa accidental de las que tienen un fin que se toma por elección. Solo después añaden también lo de "imprevisible" y "oscura para el razonamiento humano". (Sin embargo según el mismo razonamiento también lo infrecuente e inesperado está comprendido en lo accidental).

Se llama espontáneo (autómaton), como dice su nombre,  lo que por naturaleza tiende a un cierto fin cuando no lo ha alcanzado. Por eso también lo espontáneo es, a la vez, común a lo animado y a lo inanimado, mientras que la suerte es propio del hombre con capacidad de actuar. Y prueba de ello es que se crea una misma cosa tener suerte y ser feliz; pero la felicidad es una clase de éxito  que se halla solamente en el hombre cuando ha alcanzado su pleno desarrollo.

La primera y más alta providencia es inteligencia y voluntad del dios primero, benefactora de todas las cosas, y conforme a ella se ha ordenado siempre desde el principio todo lo divino del modo mejor y más bello. La segunda es la de lo segundos dioses que recorren el cielo. Conforme a ella sucede todo lo relativo a los mortales en forma ordenada y también cuanto se refiere a la pervivencia y salvación de todos los géneros. Y con justicia puede llamarse tercera a la providencia y previsión que compete a cuantos démones están dispuestos en la tierra como guardianes e inspectores de las acciones humanas. Y una vez que hemos visto a la providencia en su triple aspecto, aunque la primera recibe el nombre de una forma capital y especial, no vacilaríamos en afirmar, aun a riesgo de emitir opiniones contrarias a alguno filósofos, que todo lo que sucede conforme al hado sucede también conforme a la providencia y no, sin embargo, a la inversa.

Unas cosas ocurren según una providencia y otras según otra, y algunas conforme al hado. Y el hado sucede absolutamente en conformidad a la providencia, pero la providencia no actúa en modo alguno conforme al hado (pero debemos entender que ahora nos estamos refiriendo a la providencia primera y superior).

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