DESANTUL VA FI DIRECT ÎN INFERN III

I

Ellas ven a un tio tan bien plantado por la acera que no entienden cómo no lo ha derribado otra mujer, este es un mundo de muchas inseguridades y mucho cabreo, un mundo de mucho trabajo, un mundo de caminar sin reposo, eres como el sindicalista con la barba recortadita que se hace el interesante ante las mujeres y mi poderío son mis cojones y mi falo.

Los madrileños son de las ordenes mendicantes, te imaginas si toda la porquería de las alcantarillas saliera a la superficie, cuando de joven yo no iba ni preocupado ni agobiado por las calles de Madrid pero es que tiran a dar de todos los portales y ventanas, los hijos devorados por la inmundicia de la ciudad,en algunos aspectos el mercado es como una casa de horror, no sé cómo llega el aire a su buena pesca y vemos que las nanas se las comerá el tiburón.


II

A cualquier hora en Madrid hay movimiento de un lado a otro, cansado de comer y de dormir, solo me siento seguro cuando marco el territorio como un conejo de monte y no sé lo que me pasa hoy que no he estado con mi mujer.

El podemos a veces es jodemos, Alcosanse es agua oxigenada, te vas haciendo mayor y tu zancada es más grande, una moneda de dos euros no la puedo separar yo y compartirla contigo, las mujeres son peligrosísimas con su soberbia y orgullo como una enredadera, las mujeres valen para la función reproductora y luego para liarla parda, quiero la lotería para hoy, te pido una ayuda por favor para que no me mire ni atrape ninguna mujer y la música de las esferas celestes conmigo.


III

Quiero pensar en lo que le dé la gana al cerebro, deberíamos tener una nueva etapa de acumular dinero, la ciudad cuarteada de semáforos y aceras y de coches que no respetan los pasos, rodeados por todas partes de individuos y ciudadanos envidiosos y locos, tratando de disimular la enfermedad y la flojedad, todos contra todos y más divididos que nunca, con pocas cabezas claras en la península ibérica, la monotonía de las tareas de casa y del trabajo salvaguardada por el afán de ganar dinero y todos los problemas por las ansias de tener contacto con los demás.

"No me han dejado hacer la obra de caridad a la que están llamados los cristianos".

Azuzados por el mucho ruido en la ciudad, yo veo mucho entre árboles y eso era un bosque, he disfrutado un maravilloso paseo por Recoletos a la altura del Museo Naval y como culminación las banderas españolas ondeando en Cibeles, quisiera llegar a ser un viejo guapo madrileño como Pierce Brosnan, yo sí creo en el ocasionalismo de Malebranche de que Dios pone las ideas en mí antes de actuar, en Madrid te sale un Octopus en cada rincón y encima el Oculus de Dios te está observando, ese hombre es libre para andar como un paleto y ese españolito tenía cabeza de araña de la Guerra Civil.

"No tengo que perdonar a mis enemigos sino despreciarlos".

"Mi odio tiene más efecto que mis oraciones (salvo el Avemaría por ellos en tiempos de quietud y como repasorrevancha)".


IV

Me paro a mirar como el limpiaparabrisas barre la lluvia sobre el cristal de delante del autobús, por qué algunos zapatos tienen agujeros si no se respira por los pies, los que compran coches rojos son muy peligrosos, cuanto más viejas más corto llevan el pelo, el arco iris mágico sobre el Plaza Norte, si pierdes la figura estás listo, si se acaba el aire en toda la ciudad menos aquí que tenemos porque huele a diesel y a cereales, he estado a punto de caerme en un paso de cebra y de que me atropellaran, algunos tienen la teoría de que el sistema va a explotar y a mí me la suda.

Vaya paliza le dio ayer el Real Madrid al Bayern, los momentos más dulces son cuando llevas los niños al colegio, contemplamos los hijos que Dios nos ha dado, te consiguen móviles libres con dos años de garantía, te ríes con tu móvil como una yegua desbocada, nuevas compañías como Desigual y el Idealista se posicionan en el Mercado, en España nadie es más que nadie y lo que tenía que hacer es ir contigo a todos los sitios, tú ya te ves mal en la decrepitud de viejo y deberías rezar y correr más, viajar es un hecho nacional, me dirás cómo pesco estas frases a la entrada del Carrefour esperando a mi chorba para comer en el Contreras que es como nuestro restaurante José Luis y después de un polvo la verdad que sí y te quiero.