April 23, 2015

ABRIÉNDOME PASO ABAJO POR LA CASTELLANA VISCOSA, RESBALADIZA Y ANGUILOSA

I

Durkheim en El suicida culpa de la anomia a la cultura de masas y a la estructura social que desvía la motivación del grupo de ciertas aspiraciones unitarias.
De la soledad sonora de Antonio Gala y de Mujeres Solas de Carmen Alborch.

No es mujer la que no ovula.
Entonces es ángel o diosa.

La andropausia se caracteriza por calvicie frontal, cataratas y dificultades en la erección.

Lo anónimo no tiene nombre o se ignora por oculto o por no sabido de ahí la necesidad de relaciones sociales de los singles.

La angustia es la manera de salvarse de la nada que amenaza con aniquilar al hombre.
La angustia es la conciencia de nuestra libertad.


II

Se ven caras satisfechas de compras por la Gran Vía, menudo es el espectáculo que ya no entro en las iglesias donde hay mendigos en la puerta, ella mueve los tacones detrás como el reloj de tu muerte, por qué las virtudes transigen con los vicios me dice el padre Julián de Doctor Fleming, en los videos musicales juegan a ser dioses, el intelectual en la sociedad dice lo que es verdadero y falso, ante tanto barbadito por Madrid cuando salió el anuncio de ese joven de Emidio Tucci empecé a ir afeitado y sin patillas, menudos bocados pegan las mujeres a los hombres, cuándo se busca el buen vivir y se alcanza la edad para dejar de ser amadas.

Tú mírame a los ojos y dime que puedo hacer daño a alguien, tu ella va a la Clínica Madrid y lleva cristales de Swarovski, los toledanos nos marcan el tipo, el ser o no ser de los singles, no hay nada que hacer porque los españoles son como chanchos-chancorro-moros, la bicha de mi ex se tiró desde el edificio Ocaso, la Aristocrazy iba al SMAC a presentar sus papeletas de conciliación para no quedarse sin paro, se cagan en los pantalones en los servicios de Hacienda e Inspección de Trabajo, un estúpido ejecutivo a mi lado en el vagón con una carpeta naranja de Financial Thinking, las esplendorosas mozas que huelen a desodorante Dove se mueven por el metro sobre la hora del yantar, y en la calle Luis Piernas conocí a mi mejor amigo del colegio San Agustín.

Esas mujeres cuyas manos huelen a lejía,/ manos que se pasan por las tetas y la cara.
Ella tenía la piel de gato de Angora/ y un coño como un ánfora panatenaica.

Parece que bajas la Castellana como el caudillo cartaginés Aníbal al asalto de Sagunto, con los árboles anillados en tres-seis-ochos-y doces a ambos lados, el chamán opera en el alma en los momentos angustiosos de la enfermedad y de la muerte del hombre madrileño mientras ellas se toman un pipermín, el gato Fritz saliendo de la Embajada de los Estados Unidos-marino Popeye de cócteles por Serrano-Roger Rabbit con el coche dibu saltándose el semáforo en Colón.

Las criadas gallegas van infladas y abandeloradas (neologismo que quiere decir "abanderadas como loras-cotorras") por el metro, después de limpiarla su casa la pedí favores sexuales, así es como que hay por la vida como esas dos inglesas que aparecieron como ninfas en el vagón y que te invitaban a ir sin malas intenciones por la vida,/ dos bellezas nunca vistas en el metro con ese culito y esas piernas,/ y no esas españolas petardas y pedorras,/ rancias que te encuentras en todas partes,/ adónde hay que ir y adónde hay que firmar para encontrarse con esas féminas de verdadera beldad,/ y se ve una cantidad de zarrapastrosos por el metro que dan ganas de desaparecer del mundo.

Yendo abajo de la Puerta del Sol bajo el peso del ápex y del ágora del Instituto Cervantes acupuntando la Alcalá con el Banco de España discurriendo en el oficio de Cibeles con el súpito espacio del Retiro dejando atrás a los aqueménidas en las azoteas de este desfile extraño de peón frío.








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