En la noción clásica, política es la relación entre el individuo y el Estado. El individuo, al convertirse en un voto, pierde personalidad; también el trabajador en la empresa pierde libertad. Está representado por un Estado que es su administrador, que junto con la empresa son ambos sus agencias económicas mediadoras. La empresa se rige por la ley de la oferta y la demanda de Adam Smith, más artificial y completa que la darwiniana (que equivocadamente se atribuye al liberalismo). El Estado ha de velar por una política de bien que desarrolle la justicia. Y en este laberinto de pequeñez atomística me pregunto: ¿Y la ética?¿Encaja en este título? La industria lleva el progreso y esto desarrolla la sociedad. La grandeza de EE. UU. y Japón viene del dinero que tienen. El capital es la media de todas las cosas y la noción de lo ético, al desaparecer la conciencia del individuo, ha desaparecido en la modernidad. No encaja. El título sería: Política, capital (e individuo).
(Cartas a EL INDEPENDIENTE, año 1991)
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