Y también puede ser que a un hombre-reloj no le guste el burgués París, y disfrute moviéndose por Praga y Cracovia, y le siente bien el sueño en Constanza pero tenga que salir huyendo de Bucarest y sea matado en Jerusalem. y Benedicto XVI se estrena en su viaje a Cuba después de como un conquistador español hundir las piernas en la orilla de México.
Siempre he pensado que un hombre-reloj podía caminar largo tendido por tierras lejanas y producir con su presencia una revolución en esos lugares que a lo mejor fue a Alemania del Este unos meses antes de que cayera el muro de Berlín pero que se indispuso por el viento gaditano el día anterior y así no entró en Gibraltar pero también pienso que los ángeles o el demonio le siguen por detrás por donde pasa y pueden acontecer luego fenómenos incausales y accidentes indeseables porque se quedan allí a demorar y si le añaden una hora a su reloj imagínense como corre la historia hacia adelante dos pasos por uno que le arrebataron en invierno.
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