Dios no puede despachar en dos segundos a sus hijos.
No debe tener la apariencia de un enfado del copón y no abofetear como si fuera un hermano.
En su verdadero receptáculo está la utilidad y el andar largo y tendido.
Es para los hijos independientes y protegidos y no dramatiza las soluciones.
Está ahí como un escudo justo antes del impacto.
El trabajo con el aliento y el sudor nos acerca a Su Conciencia Luminosa.
No se sirve de nadie para ser Él quien es.
Ése y no otro es tu buen padre.
Arrancará todos los mutismos a hablar.
Dios no sería capaz de decir no a una razón bien fundamentada.
Es una Persona Ética de valor, mérito y esfuerzo no un personaje.
¡al infierno van todos los que no cumplen con sus consejos!
No educa para el joven borreguil.
Es desgarrador que en su ayuda perdería una pierna por alargarnos un brazo.
Si nos alejamos en la misión descenderá a estar con nosotros y si nos detenemos en la dificultad nos animará por detrás o nos buscará un atajo.
Quiere seguir estándolo el mayor tiempo posible junto a nosotros.
En la evolución del género humano siempre estuvo a nuestro lado.
En un día señalado solucionamos con Él lo que no hemos hecho en todo un año.
Para conocer al Universo y a los dioses hay que ser hombre y estar en el fondo de una mujer.
A ciegas nadie anda sin Dios y su aliento-sonido y sin su voz viva y pasará el puente de la dificultad.
Aumentamos cada día en amor cuando se nos acerca.
El Diablo no suena armoniosamente a amor.
De las entrañas de Dios podría salir un Cristo.
Por el tacto conociste a tu madre y por el acto perfecto a Dios.
Es muy difícil cortar el cordón umbilical con Dios.
En un reloj de arena de la Tierra que nunca se acaba se ve la espera de Dios y los ángeles de alas están en el árbol esperando y la serpiente también a la choza achaparrada de Eva y los asteroides sortean el objetivo.
En el parto salimos inmaduros para la Tierra.
La risa, el llanto y otros fenómenos reverberan el útero divino y llegan a fracturarle su cadera delgada masculina.
Naciste respirando por la nariz el aire de Dios.
El sonido e es de la esencia de Dios y la pregunta rogatoria y satisfactoria lanzada al Espacio y que mana de él como el canto sideral.
Dios ama a la Amada con quita de sí y ama al Hijo con suma de pábilo de sí.
Con mi escritura rindo homenaje a algo superior a mí mismo.
No es un hombre viejo cansado y que quizás haya muerto...
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