December 07, 2012

LUCHA DE GÉNERO Y ABORTO XVII

Tan mal me parece que Casanova se acostara con su hija como que Jodi Foster se ganara un Oscar por su papel de prostituta infantil en Taxi Driver, y tan mal me parece que un cantante fósil y jubilado haga dúo con una jovencita para expresar las canciones del amor, y que la actriz Ángela Molina se encargase de dinamitar las mentes castas de la transición con Ese oscuro objeto del deseo y Carne trémula, y éstos son casos políticos del impulso sociata del laicismo.

El galante y refinado Jean-Honoré Fragonard me pintó el tema amoroso de la época de la cerradura y este gusto por lo atrevido y lo frívolo y por la exaltación del amor y de la vida festiva de la aristocracia parisiense que los cutres y vulgares revolucionarios dilapidaron y que Napoleón y los suyos burdamente no pudieron alcanzar fraguándose su estilo a matacaballo con las guerras para establecer en adelante una cultural estatal y sociata y burdelesca.

A Elena Fourment no hizo más que pintarla como gracia hermosa y lironda de su esposo Rubens porque si el ojo se dirige a ella la imagen de su silueta enfocada en la retina del registro del varón como máxima fidelidad en el cerebro que admite que la gordura es fresca feminidad si uno se deja querer.

Es inconcebible armonizar la Señora y el Socialismo como si un ruido de la voz humana pretendiera ser una nueva música sin instrumento, por eso para todas las camaradas Simone de Beauvoir de España que no quieren casarse ni tener hijos y que quieren ver derramarse la sangre de los otros a los que consideran simples mortales, les diré que los franceses no se andaban con chiquitas haciendo las catedrales como la de Saint-Pierre de Beauvais.

No sé si tenemos derecho a un dios/ desde cuándo piensas tú oh mujer/ desde que nací y dije gugu tata/ y ahora meneas el panderete de ratona como Lady Gaga/ en la madre Tierra.

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