EL ISLAM XIII

Si a los musulmanes les entregáramos la Pipa Sagrada para custodiar nuestras almas, con su boca en el extremo de un largo tubo de gasolina tentaculizarían y prenderían fuego a nuestras casas e iglesias, y esto sería en unos días de hachazos bélicos como el de las Torres Gemelas y la Estación Atocha de Madrid.

En el baobab de la granja de las neuronas los árabes que soportan la vaca en vez del camello y que son devotos de la caza peninsular y de la danza tendrán un José que les administre las espigas y un inglés que se les lleve el petróleo.

Utilizaremos el sistro de Isis y con esos cascabeles espantaremos el estado de sitio contra los derechos y libertades constitucionales que se vulneran en los países islámicos del pensamiento ácrata y retrasado ante la injerencia del Alá EsquirFe y del imán en la cabeza y libertad de la mujer.

Empezó la decadencia de Damasco cuando cayó en manos musulmanas en el 635 y también la ciudad de Bashan que fue uno de los grandes graneros de Roma perdió su prosperidad, y en el cercano Líbano el emir Bashir a principios del siglo XIX apoyando a unos y a otros pashas de Acre y Egipto, armando y desarmando a cristianos y a drusos, y huyendo de los otomanos, y tocando a Iraq siguieron armando la marimorena.

Donde nació el primer legislador Hammurabi, y estaba el reino de paso de Palmira entre romanos y persas, donde de la paz del dominio bizantino se pasó a la entrada de los árabes en el 634, y donde los cristianos para no pagar el impuesto yizya se convirtieron en masa a Mahoma y donde los mamelucos reemplazarían a los cruzados, y cómo hacer ahora la Gran Siria con los cristianos libaneses y los musulmanes sirios y cómo la Gran Nación Árabe con los egipcios y los yemeníes revolucionarios, socialistas y nacionalistas y los israelíes parándoles en los altos del Golán, ésta es la Siria uno de los interlocutores básicos de Oriente Próximo.

La estrella Sirio del Can Mayor tiene una luminosidad blanca 23 veces mayor que la del Sol y en la cacería de los fatamíes ha caído en el golfo de Sirte.

Los sirios no pueden pedir la salvación a la física de Aristóteles ni al Neoplatonismo ni al Cristianismo ni a la poesía y la música de Bardaisan ni a los dioses solo les quedan las estrellas.

Los escondidos vagabundos ayyarun proceden de la baja y media clase arábiga y en ausencia de la policía actúan como milicia y no tienen una idea clara de lo que ellos quieren de las autoridades, y salen a relucir cuando los gobiernos son débiles y en las guerras civiles de Mesopotamia, y son ladrones y engañan y mienten siendo los antecedentes de los ayyubids de Saladino que lucharon contra los cruzados y les encantaría establecerse en Asia.