La Historia de la sangre derramada. "Flujo y reflujo de la sangre vertida en la tierra" que diría Azaña.
Azaña aborrecía la historia porque reivindicaba otra historia. En su libro El jardín de los frailes sostiene que un español del siglo L no será más su compatriota que lo son Indíbil y Mandonio: "No entenderá nuestra lengua más llanamente que entendemos la de Lacio; no guardará con Lepanto, Bailén y Zaragoza más obligaciones que yo guardo con Sagunto y los numantinos".
Eran los Reyes Católicos mismos los que sin olvidar punto ni coma, ni la conquista de Granada, ni el descubrimiento de América, ni la expulsión de los judíos, los que estaban obligados a responder muy bien a todos las preguntas que les concernían en el Programa de la Historia de España y del cristianismo. Somos sus herederos.
El fútbol fomenta los
nacionalismos y la Historia fomenta los nacionalismos, el individuo que se
afirma paso a paso se muere, pero la Historia Nacional nunca se muere, en un
momento en que la tecnología ha formado la nueva raza, y la lengua más bella
está por ver, en que los Reyes Magos vienen de Oriente porque Jesús era
occidental, no se entra a golpes para ocupar el espacio de la Historia sino que
debe de ser suave, ya nadie con todos los arrestos puede coger y matar en la
Historia, hoy tenemos tan mal cuerpo que no podríamos hacer ni la caridad, y en
que estamos en recogernos en vez de nuestro natural dar si alguna vez lo hubo.
Ante una pregunta vacía qué tiene que ver la religión católica con tener amigos, te daré una contestación abierta porque todos somos hermanos en la fe, y eso es más que el número de matrícula en la empresa y que la carta fría de ciudadanía.
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