LAS VASCONGADAS V

Nunca dejarán los antiguos enemigos/ que te salgas con la tuya/ de superarlos/ porque entonces qué vacío sería de ellos/ y qué de manotazos darían al aire, a los suyos y a la cara del espejo en que ya no se verían.

Para ser madre no hace falta nada más, me fijo en todas esas madres de políticos y votantes que les han dejado ir muy libres, que les han jaleado en secreto y en odio a sus hijos, en todas esas madres que no estuvieron atentas al espíritu que se vaciaba en los hijos y se llenaba de ideas de odio y de asesinatos, me fijo en todas esas madres que se pueden novelar y peliculear, en esas madres esculpidas en la costa de las cabriolas, en la madre del Guernica, en la madre del vino de las trincheras de Guadalajara, y están sus hijos enmadrados y dramatizados y necesitan de las emociones ridículas y estertóreas para no poner manos en las soluciones españolistas, y en la vejez cómo vamos acercándonos al chocheo del rostro de nuestras madres que se creen que nos conocen muy bien y no saben que aspiramos a ocupar su espacio en los últimos días de la pasada entrada.

El Toque de Oración por los caídos en cualquier batalla, el toque de recuerdo triunfal por las víctimas del terrorismo vasco, que como en el Monte Arruit están enterrados en cruz democrática, y cuya valentía junto con las fuerzas de seguridad frenaron y pusieron en cautiverio a los etarras.

La corsa Bastia se opuso al anticlericalismo de los ideólogos de la Revolución Francesa que asaltaron la Bastilla, y si bien Napoleón y Colón fueron naturales de la isla no eran menos aragoneses antes que genoveses, y por supuesto nada de franceses para decir basta, y eso que los vascos de Bayona fueron los primeros en usar la bayoneta antes que los norteamericanos el bazooka.