España se debilitó
cuando la actriz Lili Marisol se entregó al comunismo de las piernas de Gadés,
muchos después del bloqueo de nuestro territorio y del desbloqueo a los dos
años en 1948 por el estallido de la guerra fría europea, y de que las huelgas y
las protestas y los sindicatos dejasen de ser delictivos, y se puede decir que
para cuerpo histórico, divino y político estaba el de Franco cuando Cristo
empezó a hacerse progresista, y cuando fue asesinado Carrero Blanco como un
final de otoño negro, y ahora qué hemos recogido sino palabrería de los
contrarios y humillación de nuestra patria.
La Iglesia y el Ejército
franquista impidieron que Franco firmara un tratado cultural con la Alemania
nazi y que el partido único dispusiera de milicias armadas cosa que no hubieran
hecho los republicanos con su Stalin y sus obreros y sindicalistas a quienes
armaron, y ni Hitler ni Mussolini pudieron arrastrar a Franco a pesar de las
deudas como bien recordaban los turistas ingleses y norteamericanos en nuestra
España de pandereta.
La autarquía y el
intervencionismo estatal y las cartillas de racionamiento franquistas, y la
industria autóctona del INI, reconstruyeron un país que ahora está tan
desbaratado que necesitaría de otro Plan de Estabilización y otros nuevos
Planes de Desarrollo, con ese espíritu regenerador nacional que se mantiene
seriamente a ritmo de vela en los populares frente a tanto político de la
chiquillería y que saldrá de lo mismo del turismo, las inversiones extranjeras
y la emigración.
Los socialistas abrieron
la puerta a toda la marea humana que quería vivir de nuestro Estado y encima se
quejan de que el franquismo se aislara del desbarajuste que era un continente
como Europa donde todos los que se consideraban europeos habían sido ultrajados
en su conciencia salvo los ingleses que por eso como nosotros no se lo
consideraban ni se les consideraba porque la política continental solo tiene a
dos.
Francisco Franco nació
en el año 400 aniversario de la Hispanidad, y como militar repudiaba de los
políticos de las instituciones democráticas y parlamentarias y de los
nacionalistas y de los comunistas, y de la propaganda masónica, y aunque el
catolicismo era muy reaccionario resulta que el presidente popular Rajoy tiene la
misma inacción que el generalísimo con la que va a solucionar graves problemas.
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