UN DÍA DE NIEBLA EN LOS MADRILES

Aunque tenga dientes de pequinés, hoy me voy a reír de todo y de todos los ciudadanos como los filósofos porque el Espíritu está sobre mí, y no hay manera de convertir a estos paganos.

En primer lugar no tomaré en consideración ninguna mirada desaprensiva que me encuentre al azar por el metro.

Tampoco me voy a dar muchas vueltas a la cabeza porque hoy es un día silencioso de niebla y ya se irán asentando los pensamientos.

Esta es una nación donde la gente se dedica a marear a los demás con una tendencia caprichosa y malintencionada en muchos aspectos aunque me queda la duda de si es producto de la inconsciencia generalizada del pueblo mal alimentado y mal dormido, así que yo actúo como un espéculo entre ellos esquivando los escupitajos de las bocas.

Esta mañana la calma de la que disfruto es envidiable ni siquiera quiero enterarme de la mitad de la misa mundana lo que les deja bastante preocupados a mis supuestos enemigos porque me he levantado con un afilado de espíritu.

Las formas cropusculares de la gente acolchonan mi mente. Ninguna edificación de la Castellana me parece bien ubicada y la paloma del Bernabéu me marca el límite de la escritura sagrada en mi posición pisoteada en los días corrientes.

Porque hoy es el día en que me cobro las piezas de estos tontunos danzarines de Madrid y no quieras venir a esta ciudad a participar del baile sin regreso a la continuidad de lo formal y lo sano.

Lo que yo tengo/ me lo da Dios/ y es justo y considerable/ como mi buen corazón.

En los días de niebla se ven las cosas con una claridad de tal cuales son y como yo soy un ser de niebla disfruto con ella desnudando todas las animalidades y movimientos pretenciosos de los individuos de los madriles en cuyo día preveo que a la finalización del mismo alcancen el rango de personas.

Nunca sigas la estela de uno que corre,
no te asientes,
silencio,
no te insinúes,
no te hagas pretendiente,
el pueblo rasca
y no lo consigue
tú pasa leve


EL SACO DE LA DIOSA FORTUNA Y DE LA PAZ

Sometidos a los deleites y el dolor del cuerpo y ánima, que una vida del todo feliz es imposible porque el cuerpo es combatido de muchas pasiones y si el alma padece con él, y con él se perturba, pero confiemos en la Diosa Fortuna y de la Paz y tengámosla de nuestra parte...

pero puedes instruir al pueblo que va en los taxis o hay que darle con el palo como a los animales que han quitado del Belén, y mostrar un muro para quitártelos de encima.

El sabio vive sin trabajo y sin dolor dedicándose a contemplar la vida, y dejando hechos algunos servicios a la familia y a la patria y toma trabajos voluntarios por los amigos a causa del amor y benevolencia, pero tú qué es lo que quieres de aquí.


Aumenten los cariños y los besos por las pasarelas del metro,/ no solo el sexo es la cosa más deleitable,/ lo que tú me vas a hacer a mí,/ por santa Cecilia, verdades oirás,/ disminuyan las carreras sin aliento,/ y corre por Madrid,/ hazme regalos en Nuevos Ministerios,/ en la oscuridad luminosa,/ no te quedes sola,/ paséame por Callao,/ y que la Nochebuena no es una noche cualquiera.

Me entra dolor de cabeza cuando pido que me corten un filete de carne que salga tierno, cuando le digo al camarero que si no me ha visto para servirme, y cuando en el correo me ponen la provincia francesa pero no la dirección, y cuando mi mujer me dice que hace mucho tiempo que no lo hacemos.