LA RECAPACITACIÓN DEL JOVEN MADRILEÑO

El obstáculo (y Jesucristo lo conoce muy bien) es el pecado, el mal uso del don de la libertad. 
El hombre, que es por naturaleza apertura, puede encerrarse. 
Cerrarse a Dios, cerrarse a los demás, adorarse a sí mismo, asentarse en el egoísmo de su corazón.
Esta es la gran tragedia de la Historia en la que Jesucristo quiere intervenir.

Jesucristo es, sobre todo, un predicador de la conversión.
El Reino de Dios está cerca y por ello hay que convertirse y creer en el Evangelio.
No se limita a anunciar el Reino, sino que viene a conseguirnos LA GRACIA PARA ENTRAR EN ESE REINO. El hombre puede y debe cambiar.

RECAPACITAR DEL JOVEN es volver en sí, volver a pensar y, en nuestro caso, recordar lo que había perdido, el amor a su padre, y por eso se propone: "Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo; trátame como a uno de tus jornaleros. SE LEVANTÓ Y FUE HACIA DIOS".
SE HABÍA CONVERTIDO.

PODEMOS EVOLUCIONAR, CAMBIAR (COACHING)
Podemos convertirnos en el hombre nuevo, y esa es una de nuestras grandezas.
Esa conversión comienza con un "recapacitar", 
buscar de nuevo el perdón al que Jesucristo nos anima.

DIOS: es reconocer la necesidad de su perdón, de su amistad.
(yo no soy peor que los demás)
(Nota Jorge: ¿pero existe amistad con Jesús?/ yo soy peor que él)

Para mí, Jesús es la Vida que quiero vivir,
la Luz que quiero reflejar,
el Camino que me guía al Padre,
el Amor que quiero manifestar,
la Alegría que quiero compartir,
la Paz que quiero sembrar a mi alrededor.
Para mí, Jesús lo es todo.
(ORAR, Madre Teresa de Calcuta)