November 23, 2012

LA GENTE DE MADRID II

A una mirada estúpida y tonta y necesitada del conocimiento y de las bienaventuranzas evangélicas, a una mirada de refilón de caco le prestaré algunos cabellos con carácter del noble Sansón, a una mirada de monito tunecino y que vive en casa sucia le daré el protocolo de la guardia real, son todos los atrapados por el Marasmo de Madrid que los pitidos del metro nos despiertan en las horas nocturnas y frías previas a la Navidad, pero ándate con ojo no te descosan la tela de tu andar porque algunos andan sin extremidades y sin recursos por Madrid, pero yo no paro por Memesio y yo ando como un taoísta que va con su pañuelo hindú tratando de hacer resbalar los escupitajos del crecido pueblo madrileño.

El pueblo madrileño es muy sensible y siente las vibraciones positivas y las negativas de su prójimo sobre su cara fría como la presa del Atazar siente las gotas que le caen, y los ricos de la Moraleja los trazos que se les caen de la copa de helado, pero es el muy libre capricho de las dos capas sociales lo que acaba fastidiándolo todo en la Hélade, por lo que en una mañana luminosa uno se despierta y se da cuenta de la estructura de pecado en la que vivía, y que el camino que acorta a la salvación está cerca y que con la gracia de la humildad y del sentido del humor puede considerarse una bendición a los demás.

Ya nada tiene sentido ni el alimento ni los regalos, nada es excepcional y todos sabemos lo mismo, y estamos medianamente igual de inteligentes, y sabemos la tranquilidad que queremos, y sabemos morir con dignidad, y también nos gozamos haciendo todo el daño posible al que coarta nuestra identidad, ningún placer nos es deseable junto a un indeseable, y nos sabemos llenos de nuestra historia particular, pero llega un Niño Dios en el Adviento y esto encenderá nuestro optimismo y nuestras ilusiones, y quien sabe si la próxima primavera nos pillará aún mejor pero muchas mudas han de hacer los serpientos que se nos enroscan y algunos habrá que pincharlos con estaca de baras, y qué feos por Dios se nos han quedado los cuerpos flojos para el asomo por la playa, y todo porque los músicos dejaron de componer y los pinchadiscos estaban en la Antártida.

Tenemos aves de granja para todos, tenemos agua para todos, nuestros médicos y enfermeras son buenos profesionales bajo el juramento de Hipócrates, nuestros metro y transportes públicos llegan a todas partes de la Comunidad de Madrid, y tenemos canalizaciones sanitarias para todos y qué más queremos.

Si Dios estuviera mirando a través de mí y viendo todo lo que yo veo aunque yo no lo viera la cantidad de banalidades que hay por el mundo, también Flavio Biondo escribió el Historiarum sobre el deterioro de Roma bajo el modelo pagano y dio pie para que el monumental papado se reafirmara en base a su ilustrada forma de ser y por qué no imponerla hasta por la fuerza ante los hechos evidentes de la decadencia y de las masas vulgares de las que no te puedes ni echar una risita aparte porque están dentro de la ciudad y son la raíz de la crisis como en la barbarie de Atenas donde encima todos no paran de estar conectados a esa cultura y posturas de calderilla sobrevenida de los tiempos.

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